Apuntes para una película de atracos es el nuevo trabajo documental de León Siminiani que tendrá su puesta de largo en el marco del Festival de San Sebastián 2018, dentro de la sección Kutxabank-New Directors. Este documental es la crónica de una amistad entre un cineasta y un atracador, el "Robin Hood de Vallecas", con un objetivo común: hacer una película de atracos. Tendrá su estreno comercial en cines el 5 de Diciembre .

"El Robin Hood de Vallecas" en Apuntes para una película de atracos

Apuntes para una pelĂ­cula de atracos es un "documental de creaciĂłn" que parte de un caso real y que nos acerca una historia de amistad, llena de amor al cine y con el anhelo de la reinserciĂłn asomando al final de tĂşnel.

Ficha TĂ©cnica

TĂ­tulo original: Apuntes para una pelĂ­cula de atracos
Año: 2018
DuraciĂłn: 85 min.
País: España
DirecciĂłn: LeĂłn Siminiani
Guion: LeĂłn Siminiani
FotografĂ­a: Juan Barrero
Productora: Pandora Cinema
GĂ©nero: Documental. Robos & Atracos

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Teaser 1 de Apuntes para una pelĂ­cula de atracos

Sinopsis

Una banda de atracadores, encapuchados y ataviados con la camiseta del Rayo Vallecano, “equipo de los proletarios” por excelencia de la liga española, es detenida al salir por una boca de alcantarilla tras atracar una sucursal de Bankia, institución bancaria rescatada por el gobierno con motivo de la Crisis y uno de los epicentros de la corrupción y especulación financiera que ha sacudido España en la última década.

Se acusa a esta “banda del Rayo” de siete golpes desde 2010. Todos ellos con el mismo modus operandi, butrón desde el alcantarillado, apenas practicado en España y considerado por su dificultad propio de la “aristocracia del crimen”. La opinión pública queda perpleja ante la audacia y sofisticación de estos atracadores de Vallecas, barrio asociado a la lucha obrera y los estragos de la heroína en los 80.

La detención sucede en el peor momento de la Crisis: el rechazo a la institución bancaria es tal, que los medios se hacen amplio eco de la captura de la “banda del Rayo”. Llaman a Flako, su líder, el “Robin Hood de Vallecas”.

Leyendo las noticias es imposible no imaginarse una película del mejor cine negro: aquel que es reflejo de la sociedad. Al menos, eso piensa Siminiani, un documentalista que siempre soñó hacer una peli de atracos. Siente que ésta es su oportunidad.

Pero claro, Siminiani no ha visto una pistola en su vida. No sabe nada de atracadores ni policías. Debería conocer la historia de primera mano. ¿Quién es ese Robin Hood de Vallecas? ¿Cuáles son sus motivos? ¿Cómo aprendió a moverse por el subsuelo?... Fácil decirlo, no tan fácil hacerlo.

Consigue averiguar en qué prisión cumple condena el Robin Hood y le escribe una carta como quien lanza al mar un mensaje en una botella. Es enero de 2014. Contra todo pronóstico, dos semanas después recibe contestación. Comienza así una larga e intensa correspondencia en la que, más allá del complejo modus operandi de la banda y la tradición familiar del “oficio” de butronero, han surgido motivos de muy distinta índole.

Desde la novedosa paternidad que atracador y cineasta comparten hasta el proyecto de ayudar al Robin Hood de Vallecas a publicar su autobiografĂ­a como primer paso para llegar a hacerla anhelada pelĂ­cula de atracos.

Notas del director

La primera vez que vi a Flako, el lĂ­der de la Banda del Rayo, pactamos no hablar de sus atracos hasta que se celebrase el juicio a fin de preservar su defensa en el proceso judicial. AsĂ­ que no quedaba otra que contarnos la vida. Poco a poco llegamos a conocernos muy bien en un cubĂ­culo de comunicaciĂłn de la prisiĂłn de Estremera-Madrid VII.

Al cabo de unos meses, Flako me comentó que estaba escribiendo un libro sobre su vida y me preguntó si yo podría ayudarle con la redacción. Le contesté que no era escritor pero que le ayudaría en lo que pudiera. Si él me estaba ayudando a mí a escribir mi película de atracos, ¿cómo no iba a ayudarle yo con su libro?

Pasaron meses y llegó el juicio. Y las condena. Pasaron meses y llegó el segundo grado. Los permisos. Pasaron años y llegó el tercer grado. Y Flako salió de prisión. Naturalmente, esto dicho aquí en dos líneas fue un proceso largo y complejo para una persona cuya situación familiar, energía ilimitada y hambre de vida le supuraba literalmente estando entre barrotes.

En esos años de fuego interior la literatura y el cine fueron nuestros mejores aliados. Flako, lejos de rendirse, aprovechó ese tiempo de encierro para completar el manuscrito sobre su vida. Nuestra cámara fue testigo de este proceso creativo. Paralelamente Flako guió nuestros pasos con la cámara por la ciudad, barrios ricos y barrios pobres, superficie y subsuelo, para encontrar las claves de mi anhelada película de atracos. En los 60 Pasolini empezó a hacer películas de apuntes para preparar posibles películas posteriores. Paradójicamente esos filmes prometidos nunca llegaron a hacerse. Casi mejor. Quedaron sus películas de apuntes abriendo nuevos caminos para quien, en el futuro, quisiera sumergirse en una realidad desconocida con una cámara.

Fuente Avalon Films

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