Este 15 de abril fue el estreno de Romeo y Julieta despiertan... en el Teatro Español de Madrid. Obra escrita originalmente por E.L. Petschinka, está dirigida por Rafael Sánchez. Además, cuenta en su reparto con verdaderas figuras del mundo artístico como Ana Belén, José Luis Gómez y Jesús Noguero. Junto al elenco protagonista, se encuentran José Luis Torrijo, Irene Rouco y David San José, quiénes acompañan la escena también musicalmente. Estará en cartel hasta el 4 de junio en la Sala Principal del Teatro Español, siendo una de las piezas más esperadas en la cartelera madrileña.
Título: Romeo y Julieta despiertan... Título original: Romeo y Julieta despiertan...
Reparto: Ana Belén José Luis Gómez Jesús Noguero José Luis Torrijo Irene Rouco David San José
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Rafael Sánchez Dramaturgia: E.L. Petschinka Traducción: Luis Carlos Mateo Ruiz
Voz en off: Roberto Mori
Diseño de espacio escénico y vestuario: Ikerne Giménez
Ayudante de escenografía y vestuario: Ana Abad Urpí
Diseño de iluminación: Carlos Marquerie
Ayudante de iluminación: David Benito Picón
Dirección musical: David San José
Ayudante de dirección: Roberto Mori Producción: Entrecajas Producciones Teatrales y Teatro Español con la colaboración del Teatro Calderón de Valladolid y el Ayuntamiento de Fuenlabrada
Tráiler de 'Romeo y Julieta despiertan...'
Sinopsis de 'Romeo y Julieta despiertan...'
Romeo y Julieta despiertan... nos lleva a la historia que todos conocemos: “La excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta”. Los amantes que prefirieron morir juntos antes que vivir separados.
Shakespeare dice que la muerte es el fin de todo y que Romeo y Julieta murieron abrazados en el mausoleo de Verona. Ahora, 400 años después, os vamos a demostrar que Shakespeare se equivocó: Ana Belén y José Luis nos van a contar la verdadera historia de este amor prohibido.
Julieta y Romeo despiertan después de un largo sueño, pero no se reconocen. Julieta solo ve a un caballero ochentón y Romeo a una dama muy bien conservada. Los dos se creen que aún son un par de adolescentes. Julieta piensa que solo durmió un par de instantes y espera ansiosamente a su eterno amado. Romeo, en cambio, no se acuerda de nada. Y así, lo que siempre creímos que era el final de la tragedia es el comienzo de la verdadera historia de los amantes más famosos del mundo.
Julieta tiene que reconocer que ya no tiene 16 años y Romeo tiene que enfrentarse a una pared blanca contra la que choca al intentar recordar quién es y de dónde viene.
Entre la felicidad de por fin poder estar juntos y la enorme tristeza de no haber podido vivir una vida entera juntos, los dos intentan averiguar cómo llegaron hasta aquí y qué es lo que todavía les une.
Ana y José Luis nos cogen de la mano y nos enseñan las escenas más enigmáticas de la tragedia. Se enamoran, se enfrentan en duelo, se fugan, se casan, cantan y bailan, se envenenan y, al final, mueren para demostrar a Shakespeare que la muerte no es el fin de todo. (TEATRO ESPAÑOL).
Los eternos amantes
E.L. Petschinka presenta una variante de la tragedia de Shakespeare donde los eternos enamorados no mueren, sino que despiertan después de varios años de letargo. Así comienza Romeo y Julieta despiertan..., bajo la traducción de Luis Carlos Mateo Ruiz y la dirección de Rafael Sánchez. El libreto podría dividirse en dos espacios, mientras que en uno se sigue el reencuentro de los dos amantes de Verona, en el otro se realiza una exposición de metateatro. Para comenzar, la idea toma las licencias de poder comprar este contexto fantasioso, donde beben más del recuerdo de lo que fueron que del paradigma de qué hacer ahora que son mayores. Por lo cual, el interés que se generaba en su regreso a la vida, se resuelve en la última media hora. En consecuencia, no logra darle más originalidad.
Después, la personalidad tanto de Julieta como de Romeo se dibuja de una forma excesivamente simple, que provoca que se convierta en un relato demasiado lento para el fin al que quieren llegar. Asimismo, al haber esa convención de comedia y tragedia, al mismo tiempo, no se logra fraguar una atmósfera concreta, sino que va pasando de uno a otro. Con lo cual, el público no recibe un mensaje claro, al no dejarle procesarlo. Así se producen risas cuando está ejecutándose una escena de gran carga emotiva y viceversa. Por otra parte, la ruptura de la cuarta pared puede resulta simpática durante las primeras escenas, pero volver a reiterar en ello, quita brillantez a este elemento narrativo y suma incomodidad. En conclusión, se podría haber aprovechado esta dramaturgia de una forma más efectiva y menos campechana.
Dos actores todoterreno
A pesar de las flaquezas que pueda presentar el libreto, Romeo y Julieta despiertan... cuenta con dos actores que son puro talento, en sus papeles protagonistas. En primer lugar, Ana Belén se convierte en una Julieta exquisita, siendo coherente en el contexto en el que se posa su personaje. También se puede ver la gran lucidez en sus momentos de comedia, donde despiertan las carcajadas de forma instantánea. Incluso, un detalle, como el comentario de los boleros, indican su predisposición a entregarse de lleno a la escena. Por ende, no se puede mencionar ninguna mejora a nivel interpretativo, lo que señala su excelencia como actriz en este trabajo. Sin embargo, por este motivo, el espectador puede llegar a pensar por qué no está en obras de mayor calidad narrativa, que hagan honor a su valor como actriz.
José Luis Gómez es fascinante sobre la escena, a pesar de encontrarse en un plano menos visible en algunos momentos. Funcionando como desahogo cómico en varias ocasiones, Gómez no pierde tiempo y sabe posicionarse para mantener una presencia sólida y arrolladora. Por lo que, es de agradecer verle sobre la escena, ya que le aporta algo al personaje de Romeo que no sería posible sin su buen hacer. Dicho de otra forma, la fortaleza que gana el personaje es gracias a su labor como intérprete, dado que desde el guion no es un reto fácil al no tener una profundidad que le permita lucirse simplemente con la confección dramática del guion. También hay que mencionar la gran química que hay entre los dos actores. Por último, una estupenda labor de José Luis Torrijo, Irene Rouco y David San José, están espléndidos, con auténtico carisma.
Música y criptas
Dos tumbas son el eje central artístico de Romeo y Julieta despiertan..., que junto a la banda en directo, logran capta la atención de los espectadores. Por ende, no ha habido una búsqueda de realizar grandes construcciones, una recreación de los parajes más conocidos de los amantes de Verona y es un acierto. Gracias a ello, se establece otro código artístico y visual, siendo atractivo en el uso de los elementos que se ven sobre las tablas. Por ello, aunque se ve una elección más compleja de lo habitual, también se valora que se apueste por lo minimalista, sin florituras innecesarias. El vestuario es maravilloso, un diseño muy elegante, que encaja a la perfección con cada uno de los personajes, brillando sobre todo en el de Julieta. También mención especial al maquillaje y peluquería.
La música en directo siempre es un acierto, un plus añadido, tanto por el riesgo que se corre como la satisfacción de poder oírse en tiempo real. En este caso, se obtiene una grata experiencia, únicamente mejorable en el aspecto técnico, donde había momentos en los que la microfonía de los actores se escuchaba levemente más bajo de lo que debiera ser. Por otra parte, el ritmo de la pieza, a pesar de los golpes de humor, se sintió excesivamente sosegado, impidiendo una progresión más dinámica, carismática, con mayor potencia. Sucede lo mismo con algunos elementos, como la pantalla de proyección, que se comprende el fin, pero es totalmente prescindible. En consecuencia, este tipo de debilidades, afectan negativamente al conjunto, siendo una obra en la que se siente que podría haberse explotado más desde otra perspectiva.
Conclusión
Romeo y Julieta despiertan... cuenta con dos excelentes intérpretes como protagonistas, siendo éste su mayor atractivo. A pesar de presentar una tesis que causa curiosidad, su desarrollo no logra una brillantez embriagadora. Por tanto, se comprueba una pieza que bebe más de lo que ya se conoce de los amantes de Verona, junto con una composición de metateatro que no resulta simpática en todo su desarrollo. A pesar de ello, el reparto logra levantar lo suficiente la pieza, para que no haga aguas del todo. A nivel técnico y artístico, se aplaude que hayan logrado un esquema visual atractivo. Únicamente, queda opacada por un ritmo excesivamente pausado y el uso de elementos en escenas que no aportan demasiado. Una nueva visión de una de las tragedias románticas más conocidas de las artes escénicas, que no llega a buen puerto.