El terror puede adoptar distintas formas, a veces puede amoldarse a otros géneros, sin perder por ello el impacto que pueda ocasionar a través de un personaje, una acción, una imagen, o una temática en particular. En el caso de Sacrilegio, de Paolo Boris, hallamos buena parte de estos aspectos presentes, y que pasaremos a comentar a continuación.
Crítica de 'Sacrilegio'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Sacrilegio
Título original: Sacrilegio
Reparto:
Paolo Boris (Mensajero)
Emilio Macias (Juan)
Aitana Roleytana (María)
Año: 2022
Duración: 10 min.
País: España
Director: Paolo Boris
Guion: Paolo Boris
Fotografía: León Velásquez
Música: Juan Mondejar
Género: Terror
Distribuidor: Yaq Distribución
Dirección artística: Santi García
Maquillaje: Silvia Calvo, Lola Hernández
Departamento de Vestuario y Vestuario: Erica Herrera López, Fernanda Versolato
Sinopsis
A altas horas de la noche un misterioso mensajero aparece en la casa del párroco Juan para entregarle una caja . Juan parece sospechar de qué se trata y sus nervios aumentan... (Yaq Distribución)
Un asunto pendiente
En Sacrilegio tenemos un punto de partida que ya hemos visto en otros thrillers: un protagonista solitario, emergiendo en un vehículo en la noche… Si bien es cierto, que previamente hemos tenido una imagen-prólogo, a modo de retablo religioso, en donde identificamos al que creemos como protagonista: un cura (interpretado con solvencia por Emilio Macias).
Este inicio nos hace pensar en que quizás vayamos a asistir a un nuevo proyecto de terror-sobrenatural, en torno al ya visto, cine de posesiones y exorcismos; de forma acertada, el guion lleva a cabo una desviación para presentarnos a su auténtico protagonista (el propio Paolo Boris); malherido, y que parece, que va a entregar un paquete al sacerdote.
Entramos en un diálogo entre mensajero y cura, por el que llegamos a comprender hasta cierto punto, que el segundo, se ha apartado del mundo por un temor hacia su integridad física. Deudas pendientes, retiro, y una posibilidad de redención, que no sabemos si en algún momento llegará.
¿Pero qué es lo que pretende entregar el mensajero? En este sentido, la puesta en escena, se torna seca y austera: se cubre con una toma máster general la situación de ambos personajes, recurriendo al plano-contraplano, con el fin de aumentar la tensión inherente (sumada a un recurso, que, por ende, no deja de ser manido; atmósferas que ejerzan presión sobre el espectador). ¿Se nos ha pasado algún detalle del porqué de esta visita inesperada?
Ojo por ojo y…
El hábito no hace al monje. Y esto se puede aplicar al personaje de nuestro sacerdote, en un toma y daca, en donde el clérigo, apenas tiene oportunidad de defenderse, y en donde, a pesar de que el suspense podía haber cobrado un mayor impulso; así como el misterio que imbuía a la propuesta. La resolución no deja de resultar efectista, y tajante.
Acorde, por supuesto, con las intenciones de un personaje protagonista, que se muestra como un antihéroe forzado por las circunstancias extraordinarias a las que se ve abocado; a no dejar títere con cabeza. Un relato que entronca más con, como mencionábamos, en una propuesta de wéstern, que saca a relucir su fondo cuasipostapocalíptico; no en el sentido que pudiéramos creer. Justificando en todo momento la narrativa y su contundente y sentenciador cierre.
Conclusión de 'Sacrilegio'
Al igual que le sucediera a ‘The road’, de John Hillcoat, 2009, adaptación de la novela homónima de Cormac McCarthy; Sacrilegio, se sitúa entre dos aguas: por uno, las conocidas aguas del thriller con elementos de wéstern, que ahondan en los demonios latentes, y una suerte de justicia poética, o en parcas palabras: venganza. Y en unas mareas mucho más ambiguas y tenebrosas, en un terror, que si bien aquí, es innegable que parece que está impostado, acredita con creces la intriga inmanente del relato, y su cierre. Dejando la posibilidad de que esta cadena de actos sacrílegos e imperdonables, no ha hecho más que comenzar; como la propia carrera de su joven y aguerrido cineasta.
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