Ambientada en la bella Villa Nougués, Tucumán, El sexo de las madres, es una película dirigida y escrita por Alejandra Marino, basada en sus propias experiencias personales. En España se estrenó en salas de cine el 7 de marzo de 2014. Se puede ver en la plataforma Filmin.
Crítica de 'El sexo de las madres'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El sexo de las madres
Título original: El sexo de las madres
Reparto:
Roxana Blanco (Laura)
Victoria Carreras (Ana)
Carolina Rodríguez Carreras (Marina)
Thaiel Arévalo (Juan)
Manina Aguirre (Eva)
Carolina Jiménez (Marina)
Año: 2012
Duración: 96 min.
País: Argentina
Director: Alejandra Marino
Guion: Alejandra Marino
Fotografía: Fabián Giacometti
Música: ---
Género: Drama
Distribuidor: Olwyn Films
Tráiler de 'El sexo de las madres'
Sinopsis
Ana y Laura son amigas de toda la vida, pero cada una ha seguido su camino. Tras un llamado telefónico en medio de la noche volverán a verse. El ansiado reencuentro estará signado por la alegría pero también por un peligro que merodea y que ninguna quiere nombrar: una niña ha sido violada. Serán Roberta y Juan, sus hijos adolescentes, quienes descubrirán el secreto de amor y sangre que las une.
Escrita y dirigida por Alejandra Marino (Franzie, Las muchachas), El sexo de las madres transita, con elementos propios del melodrama y del thriller, el vínculo entre dos mujeres a través de la mirada de sus hijos. Integralmente filmada en la provincia de Tucumán, en la exuberancia de la selva, el escenario para esta historia aporta misterio y contraste en su belleza. Se trata de un paisaje húmedo y vegetal en el que todo parece estar creciendo y cambiando continuamente, igual que Roberta y Juan. (Filmin)
Donde se puede ver la película
Lluvia y Silencio
Es un acierto que los créditos de inicio no tengan música, sólo el sonido ambiente de la ruta y una lluvia violenta que desaparece unos instantes, cuando irrumpen los traumáticos flashbacks de Laura para mostrarnos un pasado desagradable. De repente vemos a una mujer en un plano que se mueve frenéticamente y se escuchan gritos ahogados de dolor. El clima y tono de la película se instala: thriller.
La lluvia y tormenta de frente, como si le estuviera anticipando a Laura lo que va a ser su estadía en ese lugar hacen que frene el auto y se acomode para dormir en el asiento, mirando a su hijo de perfil que duerme a su lado de acompañante, su amiga Ana con la misma postura de perfil mirando hacia el pasado y con la mirada perdida, ninguna de las dos duerme.
Misterios latentes
Estas dos amigas guardan más de un secreto. Alguno de ellos, tienen que ver con esos cortísimos flashbacks violentos, con el nombre de un hombre que dicho en voz alta, genera silencio y con el drama de no poder ver a sus hijos.
Con todas estas tramas latentes, aun así, sabemos... que hay algo más. Envueltas en un entorno muy cálido, natural y de paz auditiva, las amigas se encuentran y abrazan con alegría; y buscamos detrás de sus ojos, develar algunos de estos misterios y dramas latentes.
Distintas
Poner juntos dos personajes como Laura, una mujer cómoda con su ropa, consigo misma, con su forma de caminar y de mirar en silencio, todo lo que ocurre; junto a su amiga Ana, que es todo lo contrario, exaltación de colores a la moda crochet, verborreica y siempre apurada. Como espectadores, siempre lo agradecemos, es muy interesante verlas juntas.
No pienso más
Ana con su inagotable diálogo, pone a la fuerza a Laura, en el rol de escucha. Es muy buena la actuación de Laura, (Roxana Blanco). La indiferencia, la ignorancia, la bronca y el amor todo en silencio y en su mirada.
Son esas películas que hay que verlas dos veces para disfrutar realmente de las actuaciones de ambas, que tienen grandes registros de actuación. Porque la primera, estáis viendo lo que sucede con todas las tramas por resolver, y la mirada va de un personaje a otro, y quizás, no te detienes a ver todos los detalles de las interpretaciones. Pero si miras, solamente, todo el tiempo a una de ellas, encuentras grandes registros de actuación.
Ana (Victoria Carreras) le da una energía y drama al personaje, muy profundo e intenso, desde llanto dramático inicial, hasta las risas y diversión post marihuana.
Si fuera un film de Woody Allen veríamos pasar a Ana, de un lado a otro del plano, con la cámara clavada en Laura, mirándola pasar en silencio, hasta que Ana decidiera parar sus pasos, en busca de una reflexión a todo lo que acaba de decir y Laura, le contesta con el título de este párrafo.
La mirada en el centro
Laura agotada se tira sobre el colchón sin sábanas, mientras Ana se está probando el vestido que le trajo de regalo.
Uno de los encuadres más interesante de El sexo de las madres por la puesta de cámara y por las actuaciones. Es un plano que no tiene cortes, casi supino a los dos protagonistas, donde ambas por primera vez, se escuchan después de muchos años.
Cuando una directora le da a las actrices "tiempo" para desarrollar su arte dramático (sobre todo en el cine) vemos cómo se van sintiendo cómodas y eso es lo que pasa en este plano largo, donde dan rienda suelta a los personajes y al cansancio.
Ana se acuesta y apoya su cabeza sobre los muslos de Laura. Ambas se toman de la mano y Ana le dice que se saque la ropa, que nadie las ve. Laura se abre la camisa, pues se está muriendo de calor y vemos varias cicatrices cortas desparramadas por todo su abdomen.
En el plano Laura está estirada en todo el colchón, con su abdomen en el centro del plano y Ana con su cabeza sobre los muslos de Laura, de modo que en el centro del plano queda el abdomen con todas las cicatrices... el ojo del espectador inevitablemente va allí, al centro, esperando que en algún momento, digan algo… pero Ana acaricia a una de las cicatrices.
Odio a lo lejos
Otro de los encuadres más interesantes, es el de ellas dos en primer plano mirando fuera de campo a Ramiro, el hombre que finalmente nos enteramos de a poco, que violó a Laura.
Instalado finalmente el conflicto entre estos personajes en un pueblo del interior, ambas lo miran desde lejos, con odio, hasta que Laura decide irse, porque no soporta estar mas allí.
Madres fumadas
Hablan de Queen, The police, Sting, de Janis Joplin, de música, de novios olvidados, de recitales... fumadas. Llegan sus hijos, ambos indignados por el estado de sus madres. Ambas cruzan miradas de riña al final de la escena, luego de tantos recuerdos alegres de adolescencia, Laura le dice a Ana en un tono de voz nada feliz: “Ana sería incapaz de hacer cualquier cosa que dañara sus múltiples maternidades.”
Y sus miradas sacan chispas, cargadas de argumentos pasados y pesados. En cuanto al plano final el montaje de esta escena, siempre agradecemos que duren más tiempo los planos, sobre todo cuando se encienden en las miradas buenas actuaciones.
Desde Grecia es un viaje muy largo...
Roberta, la hija de Ana, le cuenta a Laura sentada cerca del Río: “Se cuentan cosas de este río dicen que la noche aparece una mujer, le dicen la dama del agua, dicen que tiene pelo largo y Rubio... igual nosotras no la podríamos ver, porque sólo se le aparece a los hombres. Dice que los atrae en el agua y después no los deja salir.”
Mientras miran a Ramiro a lo lejos, un personaje que al no tener ningún tipo de expresión, no sabemos si es un sádico, un perverso, un degenerado, o está enfermo, o… es todo eso y más. El personaje de Ramiro carece de total empatía, no sólo por los personajes dentro de la película, sino por todos los espectadores y las espectadoras. Es muy desagradable su presencia, el registro de voz y las formas de contestar. Esa clase de tipo accesible y misterioso, que sabemos en realidad, es un ser despreciable.
No hice nada bien...
No, ninguna de las dos hace nada bien. Gran autocrítica de los personajes dicho en voz alta. Como conclusión, El sexo de las madres, es una película más que interesante, no solo por los temas que toca, como una violacion, el aborto, la maternidad, la adolescencia, los vinculos afectivos, sino por las actuaciones de las dos protagonistas.
Spinetta, cuando las horas “Bajan”
Solo en el plano final y en los créditos, hay música. Es el gran tema de Luis Alberto Spinetta “Bajan” del disco Artaud del año 1973, en una versión instrumental.
Está todo en la lírica, ¿qué tiempo hay? No te apures, porque si te apuras, ese tiempo que tienes, pasa aún más rápido. No importa si las horas pasan. “...Vos sos el sol, pero despacio también, podes ser la luna...”, “...Bajan, el día es vidrio sin sol... Bajan, la noche te oculta la voz…” Pero la letra no está en la película.
Es un tema musical muy poético y muy fuerte dentro del rock argentino, que remite a muchas generaciones y sobre todo a la esperanza, la canción empieza: “Tengo tiempo, para saber si lo que sueño, concluye en algo…”
Quizás, sin spoilear el final, entre mitologías y grandes líricas del rock, sea una metáfora de todo lo que vivieron hasta ese momento.
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