Sirenas, miniserie dirigida por Nicole Kassell, es un entretenido estudio sobre las clases sociales y la familia, una delicia ingeniosa repleta de estrellas que se desarrolla a lo largo de cinco episodios. Se puede ver desde el 22 de mayo de 2025 en Netflix.
Crítica de 'Sirenas'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Sirenas
Título original: Sirens
Reparto:
Julianne Moore (Michaela Kell)
Meghann Fahy (Devon DeWitt)
Milly Alcock (Simone DeWitt)
Kevin Bacon (Peter Kell)
Josh Segarra (Raymond)
Glenn Howerton (Ethan Corbin)
Patrick Voss Davis (Eddy)
Meghan O'Leary-Clark (Oficial Coffin)
Juan Carlos Infante (Cyrus)
J. Richey Nash (Kenny)
Remy Auberjonois (Phil)
Tate Kenney (Tate)
Taylor Shurte (Andrea)
Año: 2025
Duración: 55 min.
País: Estados Unidos
Director: Nicole Kassell
Guion: Molly Smith Metzler
Fotografía: Gregory Middleton,
Música: Michael Abels, Zoë White
Género: Comedia. Drama
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Sirenas'
Sinopsis
Devon sospecha que su hermana Simone tiene una relación muy extraña con su nueva jefa, la enigmática socialité Michaela Kell. La lujosa vida de Michaela es como una droga para Simone. Devon decide que es hora de intervenir, pero no sabe que Michaela es una oponente a la que temer. Sirenas, narrada durante un intenso fin de semana en la lujosa propiedad de los Kell en la playa, constituye un análisis mordaz, sensual y siniestramente divertido de las mujeres, el poder y la clase. (Netflix España)
Dónde se puede ver la serie en streaming
¿Sátira, thriller o telenovela con presupuesto?
La premisa es imán para clicks, Devon, una treintañera con deudas y ansiedad, se infiltra en la secta de lujo de Michaela Kell para rescatar a su hermana pequeña Simone. Lo que empieza como comedia negra ácida, de pronto gira hacia drama familiar trufado con comentarios sociales medio masticados.
Sirenas lanza dardos en todas direcciones, al capitalismo, al neofeminismo de postureo, a las dinámicas fraternales, pero acierta pocos blancos. Los giros, son tan exagerados que cruzan de lo oscuro a lo caricaturesco, eso sí, engancha como un cotilleo.
Montaña rusa tonal
Nicole Kassell dirige los primeros episodios con mano maestra. Planos de Julianne Moore flotando en una piscina infinita como un tiburón blanco, o secuencias donde el glamour se vuelve claustrofóbico, pero cuando la trama exige profundidad emocional, la cámara se pierde. ¿Debemos reírnos de los problemas de las protagonistas o llorar con ellas?. La serie Sirenas no lo sabe ni le importa, su mejor logro, hacer que un jacuzzi bajo la luna llena parezca la boca del infierno.
Diosas, humanas y muñecas rotas
Julianne Moore es Michaela Kell, un Ferrari de la actuación, sus sonrisas cortan más que sus miradas, y sus monólogos sobre "el poder de la vulnerabilidad" son puro veneno con toques de manipulación. Es la única que entiende el tono de la serie y juega con él.
Meghann Fahy, que interpreta a Devon, es la sorpresa, transforma a una mujer desesperada en una heroína torpe y adorable. Sus ojos dicen ¿qué hago hago aquí? mientras su boca sonríe para no delatarse. Milly Alcock, como Simone, intenta lo imposible, ser crédula sin parecer idiota, y casi lo logra, hasta que el guion la convierte en un mero artefacto para avanzar la trama sin darle profundidad a su personaje.
Netflix saca la tarjeta
La mansión es tan protagonista que merecería crédito, paredes de mármol que reflejan paranoias, piscinas donde flotan secretos, y un vestuario que debe costar una millonada. Cada plano es un homenaje a las revistas de moda, minimalismo ostentoso, yoga con vista al abismo, pero tanta belleza ahoga el mensaje, cuando Julianne Moore da un discurso sobre vacío existencial rodeada de lujos pierde la credibilidad. La banda sonora, en cambio, es un acierto, jazz enfermizo para fiestas, y silencios que suenan a alerta de tsunami.
Conclusión de 'Sirenas'
Sirenas ofrece una experiencia televisiva con garra, aunque no todos sus riesgos funcionan, especialmente en lo temático y tonal, su propuesta resulta fresca, divertida y provocadora. Julianne Moore justifica sola los 5 episodios, Fahy brilla como una joya inesperada, y hay frases que cortan como navaja, pero la serie tropieza en su ambición, quiere ser demasiado y termina sin identidad.
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