Llegó el momento de despedir a una de las grandes. Tras casi cinco años y 4 temporadas para el recuerdo, Succession dice adiós. Y lo hace con una entrega final a la altura de muy pocas series. Drama, tragedia y traiciones, no podíamos pedir más. Podemos decir bien alto que hemos presenciado una de las mejores series de la historia. Creada por Jesse Armstrong (Peep Show, In the Loop), la temporada 4 de Succession está protagonizada por Jeremy Strong, Brian Cox, Sarah Snook, Kieran Culkin y Matthew Macfadyen, entre otros. Las cuatros temporadas están disponibles al completo en HBO Max. Puedes saltarte las restricciones geográficas y acceder a una mayor variedad de contenidos en HBO Max con la VPN gratis para seguir viendo tus series favoritas estés donde estés.
Crítica de la temporada 4 de Succession
Resumen
Ficha Técnica
Título: Succession
Título original: Succession
Reparto:
Nicholas Braun (Greg Hirsch)
Brian Cox (Logan Roy)
Kieran Culkin (Roman Roy)
Peter Friedman (Frank Vernon)
Matthew Macfadyen (Tom Wambsgans)
Alan Ruck (Connor Roy)
Año: 2018
Duración: 60 min.
País: Estados Unidos
Director: Jesse Armstrong (Creador), Adam McKay, Mark Mylod, Andrij Parekh, Adam Arkin, Miguel Arteta, S.J. Clarkson, Shari Springer Berman,
Guion: Jesse Armstrong, Susan Soon He Stanton, Georgia Pritchett, Jon Brown,
Fotografía: Andrij Parekh, Patrick Capone, Chris Norr
Música: Nicholas Britell
Género: Drama
Distribuidor: HBO Max
Tráiler de la temporada 4 de Succession
Sinopsis
La venta del conglomerado de medios Waystar Royco al visionario tecnológico Lukas Matsson (Alexander Skarsgård) está cada vez más cerca. La perspectiva de esta venta sísmica provoca angustia existencial y división familiar entre los Roy mientras anticipan cómo serán sus vidas una vez que se complete el trato. Se produce una lucha por el poder cuando la familia sopesa un futuro en el que su peso cultural y político se ve severamente reducido. (HBO Max)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Un final trágico y honesto
En un caso similar a Juego de Tronos y su Trono de Hierro, todos los que hemos visto Succession, en mayor o menor medida, queríamos conocer al heredero. La persona que ocuparía el lugar de Logan Roy como CEO de Waystar Royco. Pero tras ver la temporada 4 de Succession ha quedado más claro que nunca que esta historia va más allá de eso. Los diez últimos episodios han profundizado más que nunca en las heridas de los hermanos. Esas provocadas por la figura de un padre que marcó sus vidas desde pequeños, con una crianza abusiva y manipuladora.
Por ello, el final que nos han dado Jesse Armstrong y compañía se antoja completamente honesto. Una vez reposado los noventa minutos de “With Open Eyes” y sus últimas imágenes solo queda aplaudir. Habrá quien piense que no está suficientemente conseguido o justificado, pero este broche final no podría ser más coherente con lo presentado a lo largo de los treinta y nueve episodios de Succession. El toma y daca entre Kendall, Roman y Shiv, su fractura emocional y la forma en la que afrontan la vida conducen inexorablemente hacia ello. También apoya este cierre el discurso meritocrático del mundo capitalista, que acentúa la tragedia de los hermanos Roy aún más si cabe.
Un retrato inmejorable
Si bien estos últimos capítulos profundizan mucho en la faceta más personal de los hermanos, también hay tiempo otros aspectos. Destaca por encima del resto el retrato del poder y las altas esferas que siempre ha manejado tan bien Succession. En la temporada 4 de Succession esto se ha mostrado de forma brillante en el octavo episodio, donde las elecciones presidenciales toman el protagonismo. Unas elecciones que beben de forma evidente de los sucesos de las presidenciales estadounidenses de 2016 y 2020, ambas con Donald Trump como protagonista.
El discurso que lanza la temporada 4 de Succession va más allá del obvio poder que tienen los medios de comunicación en la construcción del relato. Nos enseña cómo los hermanos Roy, o su clase, son los verdaderos dueños del mundo. Un mundo que no les importa destruir, porque ellos seguirán teniéndolo todo. Para ellos todo forma parte de una riña familiar o, en este caso, de su ansiado objetivo de heredar la empresa de su tiránico padre.
Interpretaciones para la historia
Y más que nunca esta ha sido la temporada en la que más ha brillado el reparto. Un cast que ya se puede sumar al olimpo de series como Los Soprano o The Wire. La forma en la que los directores y guionistas de la serie aprovechan el talento que hay delante de cámaras es simplemente brillante. En especial la de los tres hermanos protagonistas.
Seguramente el intérprete que más ha sorprendido en esta temporada 4 de Succession haya sido Kieran Culkin. Su actuación como Roman ha ido mejorando temporada tras temporada, pero estos episodios han sido una absoluta masterclass de Culkin. El cómo ha mostrado la fragilidad e inseguridad del personaje, consecuencia de largos años de abusos de su padre, es para darle todos los elogios posibles.
En el otro lado tenemos a una Sarah Snook que, de forma similar a Culkin, ha sabido crecer con los años. Shiv es un personaje realmente complejo y al que llega costar descifrar en alguna ocasión, pero todo su arco en esta temporada resume perfectamente a la pequeña de los Roy. En particular, su final no podría ser mejor ni más poético.
Y cierra el trío de la temporada 4 de Succession Jeremy Strong que, aún compartiendo foco con Culkin y Snook, ha brillado como siempre. Kendall y su búsqueda del trono de Waystar Royco han sido el gran foco de Succession desde el piloto, y como no podía ser de otra manera, la última temporada da conclusión a ello. Una que convierte a Kendall Roy en un personaje para la historia de las series.
La pérdida del trono de Waystar hace de Kendall uno de los personajes más trágicos de la historia de la televisión. El personaje no tiene nada por lo que vivir, como muestran los últimos y excelentes segundos de la serie.
Conclusión de la temporada 4 de Succession
La temporada 4 de Succession es una de las mejores temporadas de la historia y una oda a la televisión. La persecución del poder, la tragedia y el drama familiar de los Roy desembocan en un final inevitable y desolador, que da el broche final a la nueva pieza maestra del olimpo HBO. El eslogan “It’s not TV, it’s HBO” sigue más vivo que nunca.
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