La compañía La Peatonal representa su ópera prima Tengo hambre es jueves en el Teatro Lara de Madrid, siendo así su segunda temporada.Escrita por Flavia Forni y dirigida por Jaime Cano, reflexiona sobre el paso de la juventud a la vida adulta y cómo las amistades se ven influenciado en ello. El reparto está formado por Asier Albertos y la propia Forni. A lo largo de su estancia en la Sala Lola Membrives, ha logrado colgar en varias funciones el cartel de "sold out", siendo uno de los éxitos estivales del conocido teatro. Se puede disfrutar hasta el 12 de septiembre en el Teatro Lara.
Duración: 80 min. apróx. Dirección: Jaime Cano Dramaturgia: Flavia Forni Espacio escénico, iluminación y sonido: Jaime Cano
Fotografía y cartel: Isabel Méndez Producción: Compañía La Peatonal
Entrevista a Flavia Forni e Icíar Ventepan por 'Tengo hambre es jueves'
Sinopsis de 'Tengo hambre es jueves'
Tengo hambre es jueves nos presenta a Fran y Aris, que son amigos de casi toda la vida, han llegado a ser inseparables, aunque no están pasando por su mejor momento.
A veces no sabemos lo que nos pasa, por qué nos pasa, ni desde cuando nos pasa; a veces solo podemos contestar: tengo hambre es jueves, porque todo lo demás se resiste a ser explicable; a veces no sabemos porque ya no queremos lo que queremos, pero así dejamos que sea. (TEATRO LARA).
Ante los suspiros de la vida adulta
Flavia Forni reflexiona en Tengo hambre es jueves sobre las rupturas en la amistad durante la etapa adulta, cuando la transición entre la juventud y adolescencia va dejando paso a la realidad laboral y lo que ello conlleva. En primer lugar, cabe aplaudir el retrato que se realiza de la generación Z, la también mal llamada generación de cristal. La razón es el cuidado análisis que realiza de la psique y de la exposición de los traumas. Sin duda, es su punto más fuerte y realista, al explorar una problemática, como es la salud mental, de una forma tan directa y cercana. Una muestra de la necesidad de una generación de romper con el silencio y con las apariencias. Por tanto, Forni moldea a sus personajes, dando la vuelta a lo de "cristal" por fragilidad y dificultad de vivir en un sistema que pide una definición constante. Pura verdad.
El libreto cuenta con una estructura circular, que sirve de punto de partida para ser testigos de la degradación de una relación. Otra gran virtud es mostrar que no solo las conexiones amorosas y su correspondiente ruptura son traumáticas, sino que las pérdidas de las amistades pueden llegar a ser igual o incluso más sentidas. Hay varios puntos que dotan frescura al texto, en especial en el personaje de Aris, que permiten descongestionar la intensidad de lo que se expone. Se ve una influencia claramente teatral, en fórmulas como la repetición de texto, estructuras espacio-temporales concretas, en la mayor parte funcionan sin problemas, mientras que en otras no se encuentran totalmente justificadas. Asimismo, el ritmo decae hacia el último acto levemente. Aun así, en su compendio general, triunfa y engancha al público sin problema.
Autodescubrimiento
Asier Albertos y Flavia Forni son los encargados de dar vida a Aris y Fran en Tengo hambre es jueves. La pareja de actores realiza un trabajo lleno de sinergia, confianza y química, se puede ver a la perfección que entre ellos existe una conexión que está muy consolidada. Por un lado, Asier Albertos regala un trabajo muy fresco, muy natural, sabiendo manejar la comedia a su gusto y emocionar en aquellas escenas más sentimentales. Otro de los puntos a destacar es su expresividad, la cual es exquisita. Por otro, Flavia Forni interpreta con seguridad, sabe manejar la obra y el espacio, así como meterse de lleno en la piel de Fran. Protagoniza algunos de los momentos más complejos dramáticamente hablando. También se debe señalar su movimiento y expresión corporal, permitiéndole ir más allá en su trabajo interpretativo.
La puesta en escena propone una experiencia minimalista, aprovechando los ingredientes para ir expandiéndolo, pero sin perder la coherencia. Por tanto, la escenografía comienza con apenas un elemento sobre la escena, pero no se quedará ahí. La forma de transformar el espacio es interesante, estéticamente luminoso, con pequeñas sorpresas que despertarán las sonrisas de los espectadores. El ritmo es dinámico, fluye fácilmente, aunque en el último tercio se ralentiza levemente. Por otra parte, el diseño de iluminación cumple con su función y tiene escenas visualmente atractivas, como la del principio y el final, con los tonos que se reflejan en los rostros de los actores. Musicalmente cumple y el uso del audiovisual es apropiado. No obstante, su principal baza es colocar el foco en el trabajo actoral.
Conclusión
Tengo hambre es jueves es una reflexión en torno a la generación Z y a los frentes a los que debe combatir desde una óptica cotidiana. El guion refleja la exploración de la salud mental, uno de los grandes pilares de la juventud actual. Sin duda, esa es su principal virtud, más allá de su análisis sobre las amistades y el paso del tiempo. A nivel actoral, Asier Albertos y Flavia Forni ofrecen un trabajo muy fresco, consolidado y con una química brutal. La puesta en escena es minimalista, pero funciona a la perfección por los pequeños regalos que se van dejando, poniendo el principal foco en los actores. Una cita con el tiempo y las consecuencias de la vida adulta, que embadurna de empatía y verdad el escenario.