Algunos creen que la obra de H.P Lovecraft es imposible de llevar a buen término al cine. No pocos han sido los intentos a lo largo y ancho del globo, pero se pueden contar con los dedos de las manos (quizá incluso de una mano) las películas que tienen más cosas positivas que negativas. Es quizá por ello, que la propia H.P Lovecrat Society se ha puesto en la última década ella misma a adaptar sus propias historias, de la manera más fiel al espirítu del escritor posible. La obra que hoy nos ocupa es una de ellas, The Whisperer in Darkness (2011) que adapta el relato homónimo del escritor.
Crítica de 'The Whisperer in Darkness'
Resumen
Ficha Técnica
Título original: The Whisperer in Darkness
Reparto:
Matt Foyer (Albert Wilmarth)
Barry Lynch (Henry Akeley)
Annie Abrams (Starlet)
Luc Fitz (Hannah Masterson)
Stephen Blackehart (Charlie Tower)
Joe Sofranko (George Akeley)
Matt Lagan (Nathaniel Ward)
Año: 2011
Duración: 103 min.
País: Estados Unidos
Director: Sean Branney
Guion: Sean Branney, Andrew Leman (Historia: H.P. Lovecraft)
Fotografía: David Robertson
Música: Troy Sterling Nies
Género: Ciencia ficción. Fantástico
Distribuidor: Raven Banner Entertainment
Tráiler en VO de 'The Whisperer in Darkness'
Sinopsis de 'The Whisperer in Darkness'
Adaptación de la historia homónima del novelisra H.P. Lovecraft. Un escéptico profesor universitario es experto en folklore es desafiado por un amigo a comprobar la existencia de seres sobrenaturales en las montañas de Vermont. Las cosas que verán allí sorprenderán a todos.
Película de serie B
Que la película no cuenta con un enorme presupuesto es algo palpable desde el primer momento en que los actores empiezan a hablar y es que, si hay un aspecto que resulta dantesco es el del reparto. La única cara más o menos conocida es la de Stephen Blackheart (un actor con una carrera de lo más peculiar, famoso en parte por aparecer en la película de culto, Tromeo y Julieta), que afortunadamente interpreta al protagonista principal y es capaz de mantener el nivel interpretativo a un nivel aceptable, pero el resto del reparto deja mucho que desear, con interpretaciones forzadas y demasiado teatrales.
El amor es algo que en esta producción siempre está a años luz por delante del dinero. Pero, sí uno es capaz de sortear estos detalles, la película ofrece otros elementos positivos en contraposición.
Mejor cuando más tétrica se pone
Paradójicamente, la película resulta menos creíble cuando en su primera parte del metraje intenta hacerse pasar por una auténtica obra de los años veinte. Como si fuera un auténtico relato filmado de Lovecraft. Ahí el espectador puede sentirse un tanto extraño: El tono es demasiado teatral, demasiado literal. Adaptar de manera mimética al autor de Providence puede resultar un tanto cómico visto con los ojos contemporáneos, y en ocasiones se roza precisamente esa sensación.
Pero afortunadamente la película alza el vuelo y consigue desligarse de sus ataduras formales para ir abrazando cada vez un relato más tétrico y oscuro. Cuando más adulta se pone la película es cuando mejor funciona, porque es capaz de imaginar soluciones para la pantalla que ya no tienen que ver tanto con la propia escritura, sino con la propia caligrafía cinematográfica. Desde ese audio de las sectas que se supone que está destinada a un Dios arcano (y que consigue estremecernos) hasta la secuencia de la casa, que seguramente es el auténtico clímax de la película, muy por delante de ese final donde el CGI daña a los ojos.
Detalles para lectores
La película, viniendo de la propia sociedad de H.P Lovecraft, está por supuesto llena de detalles que harán las delicias de los más acérrimos del escritor. Para empezar, se nos enseña la Universidad de Miskatonic, que personalmente a este crítico si le ha gustado su recreación, además de varios detalles
Seguiremos esperando
Desde luego, y por mucho empeño que se la haya puesto en ella, The Whisperer in Darkness no es la película definitiva que adapta una obra de Lovecraft. De hecho, más interesante resulta la película que la propia sociedad histórica de Lovecraft produjo unos años antes, en el 2005 The call of Cthulhu, que resultaba mucho más satifasctoria, quizá por ser más arriesgada, quizá porque al ser un mediometraje que no llegaba a la hora de duración era más capaz de tapar sus defectos.