Un simple accidente, película dirigida por el laureado, a la par que perseguido Jafar Panahi (Los osos no existen), es una feroz crítica social al régimen fundamentalista iraní que se sumerge en las grietas de la memoria, la sed de venganza y la culpa de quienes no se atreven a igualarse a los verdaderos responsables del dolor. Estreno el 17 de octubre de 2025 en salas de cine españolas.
Crítica de 'Un simple accidente'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Un simple accidente
Título original: Un simple accident / It Was Just an Accident
Reparto:
Ebrahim Azizi (Eghbal)
Madjid Panahi (Ali)
Vahid Mobasseri (Vahid)
Mariam Afshari (Shiva)
Hadis Pakbaten (Golrokh)
Delmaz Najafi (La hija de Eghbal)
George Hashemzadeh (Salar)
Año: 2025
Duración: 105 min.
País: Irán
Director: Jafar Panahi
Guion: Jafar Panahi
Fotografía: Amin Jaferi
Música:
Género: Thriller. Drama
Distribuidor: La Aventura Audiovisual
Tráiler de 'Un simple accidente'
Sinopsis
Lo que empieza como un simple accidente desencadena una serie de consecuencias cada vez mayores. (La Aventura Audiovisual)
Dónde se puede ver la película en streaming
Panahi, un cineasta valiente
El trasfondo de Jafar Panahi es inseparable de su obra: perseguido, encarcelado, vetado para salir de Irán durante 15 años y obligado a rodar en la clandestinidad con presupuestos mínimos, ha convertido cada película en un acto de resistencia política. No es casual que haya logrado lo inalcanzable para la mayoría: la Palma de Oro en Cannes, el León de Oro en Venecia y el Oso de Oro en Berlín. Con semejante historial, cada nuevo título suyo adquiere una dimensión más allá del cine: es una denuncia y un grito de libertad.
Un simple accidente, incluida en la sección Perlas del Festival de San Sebastián y elegida por Francia para competir en el Óscar 2026 a mejor película internacional, refuerza esa tradición incómoda que le ha convertido en uno de los cineastas más valientes de nuestro tiempo.
Cuando la ira conduce el volante
Un simple accidente se construye como una road movie tensa y amarga por las calles de Teherán, donde un simple atropello a un perro se convierte en el punto de partida de un viaje hacia la redención. Jafar Panahi utiliza el absurdo y pinceladas de humor negro para aliviar la densidad de un relato dominado por la ira y la frustración de sus protagonistas.
Los personajes, cada uno marcado por un pasado atormentado, se agrupan en torno a un objetivo común: saldar cuentas con un régimen que los ha aplastado. Sin embargo, ciertas decisiones narrativas poco verosímiles rebajan la credibilidad, dejando la sensación de que el realismo se sacrifica en favor de la metáfora.
El peso de la tensión
El guion de Un simple accidente funciona como un constante ejercicio de tensión, pero a costa de la paciencia del espectador. La insistencia en alargar secuencias que ya habían transmitido su mensaje genera momentos tediosos y fatiga emocional. Lo que podría ser un crescendo impecable, acaba resultando irregular: tramos brillantes se ven ensombrecidos por un ritmo excesivamente denso.
El desenlace, breve y atropellado, llega sin la fuerza catártica que parecía anunciarse. Se pierden oportunidades de empatía con los protagonistas, y el plano final que se prolonga más de lo necesario diluye el impacto que podría haber dejado.
Aun así, Jafar Panahi logra introducir debates de enorme calado: ¿se puede combatir la violencia del régimen sin convertirse en un reflejo de aquello que se odia? ¿Los verdugos de bajo rango son culpables o meras piezas sacrificables de un sistema inhumano? Estas contradicciones dan forma a lo más estimulante del guion.
La firma inconfundible de Panahi
Fiel a su marca, Panahi combina planos estáticos de enorme expresividad con un uso del sonido como herramienta narrativa. La tensión visual se refuerza con una fotografía sobria y un montaje que, aunque irregular, alcanza sus picos en la secuencia final.
El estilo del director sigue siendo reconocible y sólido, aunque el exceso de duración en ciertos fragmentos termine quebrando el equilibrio conseguido hasta ese punto.
Conclusión de 'Un simple accidente'
Un simple accidente deja en manos del espectador la decisión final: perdonar o vengar. Mientras tanto, hace llegar al mundo el grito de una clase trabajadora iraní asfixiada por la censura y la falta de libertades. Es una reflexión sobre las heridas del pasado y el círculo de odio que aún rodea a un país condenado a repetirse. Jafar Panahi arriesga, como siempre, y nos recuerda que en Irán filmar también es un acto de valentía.
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