Una cita con el pasado (All the old knives) es un thriller de espionaje que tiene como punto de partida un atentado islamista, en un avión, en el aeropuerto de Viena. En el reparto destacan Chris Pine (Star trek, Comanchería), Thandiwe Newton (Reminiscencia, Westworld) y Laurence Fishburne (Matrix, Mystic River). La película está dirigida por el danés Janus Metz Perdersen (Borg McEnroe. La película, True detective II). Se estrena directa en Amazon Prime Video el 8 de abril.
Crítica de 'Una cita con el pasado'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Una cita con el pasado
Título original: All the Old Knives
Reparto:
Chris Pine (Henry Pelham)
Thandiwe Newton (Celia Harrison)
Jonathan Pryce (Bill Compton)
Laurence Fishburne (Vick Wallinger)
Ahd Kamel (Leila Maloof)
Corey Johnson (Karl Stein)
Abdul Alshareef (Suleiman Abdulwahed)
Nasser Memarzia (Mohammed Dudayev)
Orli Shuka (Ilyas Shushani)
David Bedella (Drew Favreau)
Alexander Devrient (Qamar Ayad)
Angela Yeoh (Reportera de noticias)
Año: 2022
Duración: 101 min.
País: Estados Unidos
Director: Janus Metz Pedersen
Guion: Olen Steinhauer
Fotografía: Charlotte Bruus Christensen
Música: Jon Ekstrand, Rebekka Karijord
Género: Intriga. Thriller
Distribuidor: Amazon Prime Video
Tráiler de 'Una cita con el pasado'
Sinopsis
Henry y Celia son dos colegas agentes de la CIA que habían sido amantes años atrás. Ambos estuvieron involucrados en una misión fallida hace 6 años: el secuestro de un avión que terminó con la muerte de todos los pasajeros sin que la agencia de inteligencia pudiera hacer nada aparentemente. Ahora se vuelven a reunir en la idílica ciudad de Carmel-by-the-Sea, pero la reunión entre estos dos viejos conocidos puede ser algo más que un simple reencuentro, Henry quiere llegar al fondo de una conspiración y Celia parece tener las respuestas. (Amazon Prime Video)
Dónde se puede ver la película en streaming
Un trauma en Viena
Una cita con el pasado (All the old knives) comienza con el hecho fundamental y originador de la trama. Un grupo islamista secuestra un avión en Viena y amenaza con una matanza general si Alemania y Austria no liberan de presidio a ciertos compañeros de armas. El resultado final de la acción terrorista termina de la forma más desafortunada posible, sin supervivientes, y por diversos motivos el incidente cae como una losa en la delegación de la CIA en tierras austríacas. Esto ocurrió en 2012.
A día de hoy la CIA reabre el caso, a causa de la sospecha de que los terroristas pudieron contar con un topo dentro de la oficina vienesa de la inteligencia americana, que pudo ser cómplice del atentado. Por ello envían al agente Henry Pelham (Chris Pine) a encontrarse con una excompañera de la CIA, Celia Harrison (Thandiwe Newton), para tratar de esclarecer que ocurrió en aquellos días. ¿El motivo? Ambos estaban destinados en la capital austríaca en el momento del secuestro. Y ella parece ser la principal sospechosa de ser el topo.
No es un detalle menor que ambos también fueran amantes en su momento, con lo que el encuentro entre ambos va a ser una mezcolanza de cita algo embarazosa, y celada por parte de la CIA. Ambos quedan en un restaurante de California y comienzan una especie de investigación retrospectiva a base de los recuerdos que se van contando durante la cena.
Un espionaje sobrio
Una cita con el pasado (All the old knives) indudablemente en una película de espías, pero centraremos mucho más el tiro si decimos que está mucho más cerca de John Le Carré que de James Bond. Apenas hay acción, y Janus Metz Perdersen juega más con la intriga, los giros de guion y las relaciones personales. Por eso quizá pueda recordarnos un poco a la excelente El topo (2011), pero con un tono más intimista. Y es que, dentro de un marco absolutamente clásico, hay un síntoma de cierta originalidad. El núcleo de la historia es una cita en un restaurante. Y a partir de ahí se van ramificando todas las subtramas en tono de flashback.
La verdad es que la memoria de ambos es sorprendentemente fotográfica pues recuerdan hasta los detalles más insignificantes. El caso es que a través de estas remembranzas conocemos las horas previas a la catástrofe, y sentimos la tensa calma del equipo de la CIA trabajando contrarreloj. En este sentido el guion es astuto en varios aspectos. De algún modo el espectador se afana en intentar encontrar una inconsistencia que le lleve a descubrir al topo. Por otro lado, asiste a una especie de partida de ajedrez dialéctica entre Henry y Celia, donde no sabemos quién oculta más detalles o quién tienen más dobleces.
Por resumirlo de algún modo: es como un whodunnit a lo Agatha Christie hecho a base flashbacks, con narradores no fiables, espías de por medio, y un importante factor sentimental. Porque la relación entre Henry y Celia también tiene su cuota de protagonismo, lo que abre un frente romántico en el guion. Quizá por la propia naturaleza fría de la narración este aspecto se desubique o esté un poco de más. Pero nunca hay que perderlo de vista.
El desarrollo de Una cita con el pasado
Una cita con el pasado (All the old knives) tiene una factura del todo coherente con la narración. Elegante, funcional, quizá algo fría. Hay detalles interesantes en los momentos del restaurante. La iluminación cuando se encuentran Henry y Celia es casi radiante, propia de un claro atardecer. Conforme la película avanza y se pone más turbia, cae la noche y la iluminación, en consonancia, se oscurece hasta casi lo inquietante. Janus Metz Perdersen también juega bien con la expresividad de los primeros planos. Escenas de acción no hay casi ninguna. A cambio tenemos un interesante montaje donde se coordinan bastante bien los distintos flashbacks de varias épocas.
Quizá en el debe de Una cita con el pasado (All the old knives) podemos poner que la historia no enganche de forma continua desde el mismo inicio. Hace falta un tramo de aclimatación, que se irá convirtiendo en interés cuando las piezas estén todas dispuestas. Algunos recursos son demasiado alambicados y llenos de rodeos, pero es precisamente la sobriedad en la dirección lo que compensa en parte ese defecto. Las actuaciones, tanto de Chris Pine como de Thandiwe Newton, son apropiadas. Pine parece más otoñal, algo envejecido. En la réplica, Newton, dentro de la contención, dejar translucir algo más de emotividad.
Dentro de tanta sobriedad, un secundario ilustre y veterano como Jonathan Pryce, da la nota algo más vivaz, con un talante más espontáneo. Laurence Fishburne cumple con otro papel algo funcionarial y no muy relevante, de los que suele interpretar con cierta frecuencia en los últimos años.
Conclusiones de 'Una cita con el pasado'
Una cita con el pasado (All the old knives) satisfará a los aficionados al cine de espías más sobrio, contenido y reflexivo, en la onda de Le Carré. Acusa cierta frialdad y algunos rastros de inconsistencia en la historia, pero en general es una obra hecha con mimo y elegancia. Hay que pagar el peaje de dejarse atrapar por la historia pacientemente y adecuarse a su ritmo. Sin embargo, el resultado es satisfactorio y este juego de espionaje, mentiras y romanticismo, acaba dotándose de una interesante melancolía oscura.
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Desenlace totalmente absurdo que se carga en un minuto todo el hilo argumental de la película, que gira en torno a una llamada.