"Una historia de amor": Sonrisas en las lágrimas

Una historia de amor nos presenta a Katia e Inés. Se enamoran, es un amor de cuento de hadas. Inés quiere tener un hijo. Katia, a la que la vida le ha hecho demasiado daño, finalmente acepta que ambas prueben la inseminación artificial. Katia se queda embarazada, pero unos días antes del nacimiento de su hija, Inés desaparece… Doce años después, Katia enferma gravemente y descubre que le queda poco tiempo de vida.

Tendrá que encontrar un tutor para su hija, Sol. Su única opción: su hermano, William, un cínico escritor al que no ve desde hace cinco años. (TEATROS DEL CANAL). 

Y por tanto yo no te dejaré de amar

Alexis Michalik enamoró al gran público con ‘Cartas a Roxane’, la adaptación al cine de su obra de teatro ‘Edmond’ una de las más aplaudidas en Francia. Su intención al adaptar la obra a la gran pantalla era doble: dignificar las tablas y demostrarle al público que el teatro no es aburrido. Y, a juzgar por el éxito de ‘Edmond’ en Francia y de ‘Cartas a Roxane’ en todo el mundo, parece que lo consiguió.

Y de enamorar y enamorarse va Una historia de amor en la que también hay dolor y risas, a veces casi al mismo tiempo, como en una película de Charles Chaplin. El estreno en los Teatros del Canal casi llenó la Sala Verde donde pudimos ver a todo el equipo entre el público, incluido al autor Alexis Michalik.

En el escenario, cinco micrófonos de pie colocados a la altura del elenco que está a punto de aparecer. Tras ellos un diván, un escritorio, una mesa alta, un W.C., una cama... Y todo comienza con una canción francesa en español: ‘Y por tanto’ de Charles Aznavour. ‘Yo sé muy bien que un día despertaré y para mí el sol no brillará, el amor que te di no será ya tu amor, por mi bien, por mi bien’. Una canción que se siente desde el inicio, pero que se entiende y emociona, sobre todo, cuando llega el desenlace, porque ‘Y por tanto’ suena también al final de la obra como cierre al ciclo del amor.

Encaje de bolillos

Una llamada de teléfono de Katia (Loreto Mauleón) a Inés (Silma López) dispara la trama hacia una historia (de amor) que no sabemos muy bien por qué recovecos discurrirá. Dos mujeres empiezan a conocerse y en tres meses ¿por qué no? ya comparten sofá y vida. El sofá no es solo un mueble, es la señal de que un vínculo se está consolidando. En Una historia de amor, además, este sofá forma parte de esa escenografía móvil que se va adecuando a las diferentes escenas. De esta forma, al tiempo que se aprovecha el espacio, se mantiene el ritmo, algo que es crucial cuando la historia transcurre en un periodo largo de tiempo. Si a eso le sumamos un elenco que se desdobla con algunos personajes, no romper la cadencia es como hacer encaje de bolillos.

El libreto de Una historia de amor parece entregado a la comedia, pero, como en toda historia vital que se precie, el drama hace su aparición cuando menos lo esperamos. Para combinarlas de manera creíble, además de un buen texto y una dirección impecable, es necesario un buen equipo de actrices y actores. Ellas y, en este caso, él (Félix Gómez) son los depositarios de la voz del autor y los garantes de que llegue al público con todos sus matices. Experimentar en directo cómo lo hacen, es lo más bonito de la obra.

Además, están las novedades de Una historia de amor. Me encuentro por primera vez con la actriz Teresa Cordero, una de las niñas que interpretan, en alternancia, a la hija de Katia e Inés y su interpretación me ofrece una mano aliada. Me convence. Reconozco que descubro también en esta obra el talento interpretativo de Almudena Cid, que aparece hacia la segunda parte, cuando el drama ya se ha instalado en nuestros corazones.

Una trama sencilla, pero sinuosa

La emoción se apodera de algunos ojos durante la función, soy capaz de darme cuenta de ello al mirar al público cercano a mi butaca. También mis ojos están iluminados por algunas lágrimas que han querido hacer acto de presencia en alguna de las escenas de Una historia de amor.

Y los ojos pocas veces engañan, del mismo modo que pocas veces podemos evitar las lágrimas. Es un acto involuntario que se da cuando la emoción te despoja de toda compostura y libera tus fantasmas. También los buenos.

Conclusión

Puedo concluir que Una historia de amor es una obra que se aleja de vanguardias y tentativas que podrían llevar a la ruina una trama sencilla, pero sinuosa e impredecible.

Asistir a la función es compartir las alegrías y las penas de los personajes, sus cambios de vestuario in situ, pero también es reconocer el privilegio de tener un autor como Alexis Michalik en España. Un trocito de teatro francés en Madrid, no está mal.

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