El Teatro Infanta Isabel acoge del 3 al 7 de abril la adaptación escénica de Una humilde propuesta de  Jonathan Swift. Micomicón Teatro, con Mariano Llorente y Laila Ripoll a la cabeza, actualiza el ensayo satírico de Swift, lleno de ironía y de humor negro sobre la opresión económica y la desigualdad social.

La aclamada dramaturga Laila Ripoll, cuya adaptación de Tea Rooms disfrutamos recientemente, es responsable aquí también de la versión así como de la dirección. Mariano Llorente, por su parte, da vida al monólogo. La colaboración de ambos en Micomicón Teatro se remonta a 1991 y desde entonces han tenido una trayectoria llena de premios y reconocimientos.

Una humilde propuesta de Jonathan Swift se puede disfrutar en el Teatro Infanta Isabel de Madrid hasta el 7 de abril de 2024.



Una humilde propuesta

CrĆ­tica de 'Una humilde propuesta'

Ficha TƩcnica

TĆ­tulo: Una humilde propuesta
TĆ­tulo original: A Modest Proposal

Reparto:
Mariano Llorente

Duración: 60 min. apróx.
Dirección: Laila Ripoll
Versión: Laila Ripoll
AutorĆ­a original: Jonathan Swift
EscenografĆ­a:
Arturo MartĆ­n Burgos
Vestuario:
Almudena RodrĆ­guez Huertas
Iluminación:
Marta MartĆ­
MĆŗsica:
Mariano MarĆ­n
Realización vestuario:
SastrerĆ­a Cornejo
Realización Teaser:
Miguel Ɓngel Calvo Buttini (Salto De Eje PC)
Prensa y comunicación:
MarĆ­a DĆ­az
FotografĆ­a de escena:
David RuĆ­z
DiseƱo cartel y programa:
Javier Naval
Distribución:
Joseba García (A Priori Gestión Teatral)
Ayte. Dirección:
Hector Del Saz
Agradecimientos:
La Escuela De HostelerĆ­a De AlcalĆ” De Henares
Producción: Micomicón

TrƔiler de 'Una humilde propuesta'

Sinopsis de 'Una humilde propuesta'

Una humilde propuesta, de Jonathan Swift, es un latigazo a nuestra indiferencia. Sin aspavientos, con mesura y moderación, se nos propondrÔ una solución infalible para acabar con los pobres que nos rodean. El texto de Swift, cocinado a fuego lento, es una sorprendente reflexión social y al mismo tiempo un gastronómico espectÔculo, ameno y simpÔtico, como un programa televisivo. Aunque puede que semejante sÔtira gastronómica termina provocando en algunos una mala digestión. (TEATRO INFANTA ISABEL). 



Una humilde propuesta
Foto de David Ruiz

Un terrorĆ­fico festĆ­n

Al salir del teatro, despuĆ©s de los brevĆ­simos sesenta minutos que dura la obra, releĆ­a el decĆ”logo que resume las propuestas y no podĆ­a evitar volver a reĆ­r. Sin embargo, algo nauseabundo se seguĆ­a revolviendo en mi estómago. El texto de Swift tiene casi trescientos aƱos. Se dice pronto. En sus menos de veinte pĆ”ginas despliega una bella panoplia retórica para dar solución a un problema del momento. AsĆ­ comienza: ā€œPara evitar que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o su paĆ­s y para que se conviertan en algo de provecho para el pueblo.ā€

El problema y la propuesta trascienden el momento histórico y la geografía. ¿Qué hacemos ante la situación de pobreza y desigualdad? Laila Ripoll toma el texto original y lo trae al presente, no solo actualizando los términos, sino evocando personajes y situaciones muy cercanos a nuestra realidad. No hace falta que los explicite. Son fÔcilmente reconocibles por sus actitudes y sus juegos de palabras. Son los macarras de la moral de Serrat.

Teatro Infanta Isabel
Foto de David Ruiz

Una experiencia sensorial

En escena Mariano Llorente, como maestro de ceremonias, chef y conferenciante. Levita y sombrero de copa, delantal o corbata azul y chaqueta de traje. Rompiendo la cuarta pared como un campechano político en campaña, repartiendo apretones de manos y migajas con las que contentar a su auditorio. Su actuación es brillante y convincente.

Comparte protagonismo con una escenografía inmersiva donde el olfato y el gusto forman parte de una experiencia terroríficamente gastronómica. Tragarnos o no ese bocado de realidad. Ese es nuestro dilema como espectadores.

Una humilde propuesta
Foto de David Ruiz

Conclusión

La propuesta escénica de Mariano Llorente y de Laila Ripoll sobre Una humilde propuesta de Swift ofrece una experiencia teatral intensa y provocadora. Con un humor descarnado y de un finísimo mal gusto nos pone ante el espejo de una realidad a la que es difícil mirar, la del pensamiento liberal y capitalista que cosifica a las personas y aniquila la dignidad humana. La actualización del texto es acertadísima. La interpretación de Mariano Llorente así como la sensorial puesta en escena remueven los estómagos de los espectadores. Altamente recomendable.

Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM

Publicidad 300x250

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquĆ­