Filmin estrena en cines el 28 de octubre la película Varsovia 83: Un asunto de Estado. Este thriller basado en hechos reales y dirigido por Jan P. Matuszynski narra los hechos acontecidos tras el asesinato en 1983 de Grzegorz Przemyk por parte de la milicia polaca.



Varsovia 83

Crítica de 'Varsovia 83: Un asunto de Estados'

Ficha Técnica

Título: Varsovia 83: Un asunto de Estado
Título original: Zeby nie bylo sladów

Reparto:
Tomasz Zietek (Jurek Popiel)
Sandra Korzeniak (Barbara Sadowska)
Jacek Braciak (Tadeusz Popiel)
Adnieszka Grochowska (Grazyna Popiel)
Robert Wieckiewicz (General Czeslaw Kiszczak)

Año: 2021
Duración: 160 min
País: Polonia
Dirección: Jan P. Matuszynski
Guion: Kaja Krawczyk y Cezary Lazarewicz
Música: Ibrahim Maalouf
Fotografía: Kacper Fertacz
Género: Drama
Distribución: Filmin

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Tráiler de 'Varsovia 83. Un asunto de estado'

Sinopsis de 'Varsovia 83. Un asunto de estado'

Polonia, 1983. El gobierno comunista ha impuesto la ley marcial para intentar aminorar el creciente poder del sindicato Solidaridad. El país está sacudido por el caso de Grzegorz Przemyk, un estudiante de secundaria, hijo de una poetisa de la oposición, Barbara Sadowska, que ha sido detenido y asesinado a golpes por la milicia. Jurek Popiel, compañero de Grzegorz y único testigo de la paliza, de la noche a la mañana se convierte en el enemigo número uno del Estado. (Filmin)

Dónde se puede ver la película en streaming



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El asesinato del joven estudiante Grzegorz

Varsovia 83: Un asunto de Estado es una adaptación de la novela "Leave No Traces. The Case of Grzegorz Przemyk", de Cezary Lazarewicz. La película se centra especialmente en los sucesos ocurridos entre los años 1983 y 1984. La acción de este thriller transcurre en Varsovia, capital de Polonia. En un clima de fuerte represión, el gobierno comunista impone la ley marcial para frenar el cada vez mayor respaldo de la población al sindicato Solidaridad cofundado por Lech Walesa.

En un ambiente tenso social se suceden reuniones y manifestaciones de protestas ciudadanas. Buena parte de los estudiantes se suman a la lucha y entre ellos Grzegorz Przemyk que con dieciocho años cursa estudios de secundaria. Después de una reunión en un piso, Grzegorz, Mateusz Górski, y su amigo Jurek Popiel, Tomasz Zietek, se van a la calle. En una plaza cercana son golpeados por la Milicia y llevados detenidos.

En la comisaría Grzegorz es agredido brutalmente por varios milicianos, siendo su amigo Jurek el único testigo ajeno a los policías. Bastante malherido acaba muriendo tras varios días como consecuencia de los múltiples golpes recibidos. A partir de su fallecimiento y entierro multitudinario, pasa a ser un largometraje dramático centrado en el largo proceso de investigación de los hechos sucedidos en el asesinato del joven estudiante. Grzegorz era hijo de Bárbara Sadowska, Sandra Korzeniak, una poeta militante de la oposición.

El guion de Kaja KrawczykCezary Lazarewicz recoge de manera exhaustiva todos los detalles sobre la investigación judicial del asesinato. Jurek empieza a ser hostigado y presionado para que no declare.

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El proceso de judicialización del caso

El personaje del único testigo ocular, está ficcionado en la película para mantener su privacidad, según manifestó el joven director Jan P. Matuszynski en la rueda de prensa de su presentación en el Festival de Venecia.

Tras la exposición de los hechos principales y comienzo del proceso, Varsovia 83: Un asunto de Estado se vuelve muchas veces tediosa y lenta, agravada además ésta sensación por su excesivo metraje. Hubiera sido mucho más adecuado haber reducido en una hora su duración simplificando la trama, que al ser tan larga se vuelve pesada y confusa en su deriva.

Haberse centrado en las partes principales de la investigación hubiera sido muy agradecido por el público. La interpretación de los protagonistas principales es correcta sin destacar especialmente por su brillantez. Los secundarios cumplen adecuadamente para dar el contexto social, familiar y político de los hechos.

La abundancia de personajes introducidos acaba por crear confusión y complicando un correcto seguimiento y comprensión de las relaciones y responsabilidades de milicianos, jefes militares y miembros del gobierno.

La investigación judicial también resulta enmarañada en su exposición perjudicando nuevamente la narración y desarrollo de la película. La parte mejor expuesta es la relacionada con el encubrimiento y distorsión intencionada de los hechos por parte de los responsables políticos y militares.

Aquí es donde aparecen en toda su crudeza los modos de proceder de las cloacas del Politburó para tratar de aminorar la reacción de la ciudadanía. La construcción de versiones claramente alteradas de los hechos se transmite como orden desde el ministerio por el general Czeslaw Kiszczak, Robert Wieckiewicz.

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Las cloacas del Estado en "Varsovia 83"

Para ocultar responsabilidades penales del comisario y miembros de la milicia, investigan el pasado de la vida de la madre del asesinado, además de las del propio Jurek Popiel y sus padres. A toda costa desean encontrar cualquier posible trapo sucio para difamarles e injuriarles, pretendiendo así desviar la atención hacia una pretendida justificación.

El Politburó manipula la Justicia, destituyendo al fiscal general por mantener su objetividad e independencia y no colaborar con la patraña política de la supuesta investigación oficial. Todas estas estratagemas falseadoras de los hechos son desarrolladas de manera grosera siendo ordenada por los altos responsables gubernamentales.

De igual manera se presiona a la madre del asesinado y al único testigo para tratar de que no testimonien o retiren la demanda judicial, ejerciendo la misma táctica sobre sus abogados. Un papel destacado en la trama lo tiene Tadeusz Popiel, Jacek Braciak, acérrimo comunista, con su posicionamiento respecto a la previsible declaración de su hijo Jurek.

Las secuencias de interrogatorios y declaraciones en la vista del juicio son tratadas de manera superficial, por lo que hubiera sido deseable más hondura para el peso de Varsovia 83: Un asunto de Estado. El epílogo tampoco da mucha más información al narrar de manera rápida el desenlace del caso y sus protagonistas. Varsovia 83 resulta una película errada y errática por su ritmo pesado, excesivo metraje y confusión en partes importantes.

Recibida fríamente por los críticos cinematográficos de la prensa internacional, coinciden en la falta de solidez y excesivo metraje para el resultado mediocre conseguido.

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Conclusión

Varsovia 83: Un asunto de Estado es una ocasión fallida de haber hecho una película rigurosa basada en hechos reales, todo ello por un montaje confuso, el excesivo metraje y no haber simplificado la narración de los hechos. Sobran personajes en un numeroso reparto que acaba enmarañando la trama y confundiendo al espectador.  

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