"Viva la Pepa": La política que merecemos

Viva la Pepa nos presenta a Pepa, una mujer sin futuro, madre soltera de dos gemelas que vive la vida alimentada tan solo por el aire que respira y, quizá, por la positividad y la sonrisa que nunca pierde ante tanta amargura.

Pero de pronto todo cambia y, de la noche a la mañana, se convierte sin quererlo en una heroína. Los medios de comunicación hacen de ella la persona más popular del momento y políticos, periodistas y programas de televisión se la disputan.

Su vida gris parece volverse rosa y las promesas de ayudas para sus hijos, para su alquiler, para todo, poco a poco se olvidan. Ante tanta mentira, Pepa decide dar un puñetazo sobre la mesa y tomar las riendas aprovechando que todavía no ha perdido del todo la popularidad. Quiere ser alcaldesa de su ciudad, Melilla. ¿Quién ha dicho que no puede serlo?

Una comedia llena de verdad, porque es en la verdad donde nace la mejor comedia. (PENTACIÓN ESPECTÁCULOS). 

La princesa del pueblo

La política en el arte es uno de los temas más espinosos para la gran audiencia. Sin embargo, Juan Luis Iborra y Sonia Gómez logran deshacerse de esos miedos, para traer en Viva la Pepa un monólogo absolutamente brillante. La narración no goza únicamente de una comedia hilarante, llena de grandes momentos, sino que expone una crítica social mordaz y totalmente actual de una manera muy inteligente. Sin buscar polémicas innecesaria, aborda la realidad de las grandes esferas con una sencillez, que encaja con su principal personaje. Por este motivo, es lógico que los espectadores conecten, siendo un texto perspicaz y lleno de matices que hacen que esos 80 minutos se conviertan en oro. Por tanto, demuestran, una vez más, que la comedia es compleja a grandes niveles, dado que no es fácil conjugar todo lo que se habla con la brillantez con la que lo hacen.

Además de ese aspecto más social y político, la dramaturgia también se moja sobre temas de total actualidad, como la creación de referentes en una sociedad que, constantemente, busca nuevos ídolos. Sin mencionar explícitamente ningún ejemplo, no son pocas las “princesa del pueblo”, que se erigen como reinas sociales por motivos poco consistente. Lo mismo le sucede a esta Pepa, que, sin embargo, reflexiona sobre el término de “juguete mediático” para proponer una conversación sobre el valor público que se realiza en estos momentos. Nadie queda a salvo de las vivencias de esta mujer, que en ese conglomerado de carcajadas, deja una sensación reflexiva positiva e, incluso, sanadora. Como detalle, el nombramiento de los distintos personajes públicos en situaciones de lo más rocambolescas son de los momentos humorísticos más divertidos, hilarantes y exquisitos de este 2021. Calidad pura.

Solo Pepa

Pepa Rus es conocida por el gran público por su excelente manejo de la comedia en distintas series de éxito, como “Aída”, “Gym Tony” o “La que se avecina”. Sin embargo, el reto interpretativo al que se enfrenta en Viva la Pepa es totalmente distinto. A través de un monólogo en el que se encuentra sola ante el peligro, aborda una verdad dramática que emociona al verla en escena. Maravillosa, excelente, impoluta, son adjetivos que nacen decir una vez se la ve sacar pecho por este papel sobre las tablas. En ningún momento pierde esa fragancia tan personal, pero, es que, también se aleja de cualquier papel que haya podido hacer antes. Por tanto, aunque pueda recordar en primeras impresiones a otros papeles, una vez se va acompañando a esta actriz por este texto increíble, se descubre una intérprete extraordinaria.

La naturalidad con la que reviste a esta Pepa, se combina con esa picaresca ingenua que regala multitud de risas a los espectadores. La manera con la que recrea cada uno de los momentos, las dramatizaciones exageradas en su justa medida y ese brillo tan especial, logran que una de las razones por las que merece ver este monólogo sea ella. Hay veces donde las obras de teatro hacen que reluzcan los actores, pero, en este caso, el alma de este espectáculo es ella misma. Por tanto, se forma una relación simbiótica, donde intérprete y texto se funden para llegar a la excelencia. Gracias a ello, de una forma rotunda e inapelable, Pepa Rus es una de las mejores interpretaciones de la temporada. Por lo que, seguramente, se convierta en uno de sus papeles más importantes de su carrera profesional.

Directa y mordaz

Una de las características de los monólogos teatrales es la personalidad que adquieren con la puesta en escena. Mientras que alguno lo revisten de distintos artilugios para poder jugar constantemente con el espacio, hay otros que saben darle al minimalismo una intimidad dinámica poderosa. En el caso de Viva la Pepa, se realiza la segunda opción. Con lo cual, es una propuesta que se aleja de sobrecargarse de recreaciones en vivo, sino que utiliza ese aspecto teatral que llama a la creatividad y el compadreo de los propios espectadores. Por ende, pone el foco en Pepa Rus, dándole el lugar que se merece y permitiéndole explorar toda esa gama expresiva que se encuentra en un crescendo constante. Puro teatro, pura interpretación, aunque hay que aplaudir también el trabajo técnico que hay en ella.

No son muchos los objetos que aparecen en escena, pero son suficientes para marcar perfectamente el espacio y el tiempo de este viaje por la vida de Pepa. Por consiguiente, esa composición se realiza con una suavidad ingeniosa, siguiendo un ritmo totalmente dinámico y que aporta viveza al resultado. Asimismo, los cambios de vestuario no son muchos, pero exponen de una forma gratificante lo que se quiere transmitir al espectador. También hay que aplaudir el cuidado del movimiento, así como a la iluminación, que van marcando los distintos saltos de energía que van produciéndose. De esta manera, no se mantiene en un solo tono, sino que de una forma inteligente lo lleva por distintos colores de potencia. Por último, la canción principal, que aparece en el último tramo de la pieza, es una celebración certera de todo lo que se ha vivido sobre el escenario.

Conclusión

Viva la Pepa es una comedia brillante, donde se conjugan las carcajadas con una crítica mordaz sobre la sociedad, la política y los medios. Un texto inteligente que no deja títere con cabeza, pero lo realiza desde la perspicacia, desde un prisma que expone una inteligencia y una sensibilidad espléndidas. Por ello, divierte al máximo, pero también deja esa sensación de reflexión y de sanación con el debate.

Por otra parte, una excelente Pepa Rus, que se encuentra ante uno de los mejores papeles de su carrera. Además, se puede decir perfectamente, que es una de las mejores interpretaciones de esta temporada. Asimismo, la puesta en escena mantiene la calidad de la obra, que utiliza una construcción dinámica y llena de vida. Una muestra de cómo la comedia tiene un poderío y una firmeza de gran nivel, con una calidad excepcional. Una experiencia sorprendente, magnífica y con un derroche de talento exquisito.

Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM