Windless, película búlgara dirigida por Pavel G. Vesnakov, y protagonizada por el rapero Fyre, tuvo su estreno en el Festival de Karlovy Vary, y ahora seleccionada en la sección Domestic del Atlántida Mallorca Film Fest 2025 (del 27 de julio al 27 de agosto en Filmin). El rapero Fyre, toda una sensación en su país, interpreta a un hijo que regresa al pueblo en busca de respuestas tras la muerte de su padre. Un debut que ha despertado pasiones en multitud de festivales gracias a la efervescente presencia de su protagonista.
Crítica de 'Windless'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Windless
Título original: Windless / Bezvetrije
Reparto:
Ognyan Pavlov (Koko)
Veselin Petrov (Matches)
Mihail Mutafov (Mihail)
Nadya Derderyan (La madre de Koko)
Lidia Vulkova (Lidia)
Konstantin Trendafilov (Konstantin)
Vasil Binev (Vasil)
Radostina Ganeva (Stanka)
Miroslava Gogovska (Miroslava)
Neli Valkanova (La madre de Matches)
Miroslava Filippovich (La esposa de Matches)
Nikolet Dobreva (La hija de Matches)
Antoaneta Petrova (Secretario municipal)
Año: 2024
Duración: 89 min.
País: Bulgaria
Director: Pavel G. Vesnakov
Guion: Simeon Ventsislavov, Pavel G. Vesnakov
Fotografía: Orlin Ruevski
Música: Ascari
Género: Drama. Familia
Distribuidor:
Tráiler de 'Windless'
Sinopsis
Kaloyan regresa a casa para encargarse de la venta del apartamento de su difunto padre. Lo que al principio parece una tarea rutinaria y mundana, pronto se transforma en un viaje de autodescubrimiento que explora los lazos entre el trauma infantil, la memoria y el paso del tiempo. (Filmin)
Volver es exponerse
Windless no fuerza el drama, sino que lo deja flotar en el ambiente, como si el propio viento, o su ausencia, como indica el título, nos hablara de lo que no se dice. El guion acierta al evitar lo melodramático, aquí no hay discursos catárticos ni golpes de efecto, sino miradas, silencios y detalles que revelan mucho más. Windless se convierte así en una experiencia íntima y casi confesional, que resuena especialmente con quienes han dejado atrás un lugar, una familia, una vida.
Subrayar lo importante
La gran virtud de Pavel G. Vesnakov como director es su contención, su mirada es sobria, pero empática, no busca manipular al espectador, sino invitarlo a compartir el viaje interno de Kaloyan. La planificación es austera, sin florituras, pero cargada de intención. Cada plano parece buscar el punto justo donde el personaje se siente incómodo, desubicado, forzado a mirar hacia adentro, esa incomodidad se vuelve poco a poco en descubrimiento.
También hay una clara voluntad de observar lo que queda de un país, y de una generación, tras el éxodo. La Bulgaria que Kaloyan encuentra no es ni idílica ni completamente devastada, es simplemente real, llena de cicatrices, contradicciones y una cierta resignación que duele sin escándalo, esa mirada serena, sin condescendencia, se agradece.
Rostros que siempre han estado
Ognyan Pavlov, cuya contención merece subrayarse, lleva el peso de la película con una naturalidad que parece casi documental. Su Kaloyan no es ni simpático ni antipático, es humano, lleno de contradicciones, frustraciones y heridas no cerradas, cada gesto, cada momento de duda o irritación, resulta creíble y reconocible.
El reparto secundario, especialmente los familiares, vecinos y figuras del pasado que aparecen en su camino, aporta realismo y textura al mundo que se retrata. Nadie parece actuar para una cámara, al contrario, todos los personajes transmiten esa sensación de estar ahí desde siempre, de formar parte de un país que no ha dejado de cambiar sin que nadie sepa muy bien hacia dónde.
La importancia de la intimidad
La fotografía de Windless opta por una gama fría, desaturada, que refuerza el tono introspectivo del filme. Los interiores del piso paterno, con su luz filtrada por persianas polvorientas, parecen sacados de un recuerdo borroso. El trabajo de cámara, por su parte, mantiene una distancia prudente respecto a los personajes, como si no quisiera interrumpir su intimidad.
Conclusión de 'Windless'
Windless no pretende conmover con fórmulas ni sorprender con artificios, es cine de emociones contenidas, de observación paciente, de silencios que pesan más que las palabras. Puede parecer fría en un primer vistazo, pero si se entra en su ritmo y en su tono, ofrece una recompensa emocional profunda y sincera.
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