Un terremoto destruye algunas ciudades del Ecuador. Hubo muchos muertos y edificaciones derrumbadas. El documental 10 Historias en Abril dirigido por Fabricio Terán Vélez se adentra en la devastación para ubicar a algunos sobrevivientes que simbolicen, con su sentir y relatos, el drama humano generado. A través de 10 historias, que en realidad son 10 perspectivas de vida, el filme dirigido intenta descubrir cómo un ser se reconstruye internamente cuando la naturaleza le ha arrebato a familiares, amigos y a su propio hábitat.
Crítica de 10 historias en abril
Resumen
Ficha Técnica
Título: 10 historias en abril
Título original: 10 historias en abril
Año: 2017
Duración: 47 min.
País: Ecuador
Director: Fabricio Terán Vélez
Guion: Adolfo Macías, Fabricio Terán
Fotografía: Manuel Suquilanda, Byron Sygcha
Música: Ivis Flies- Pulso
Género: Documental
Producción: GPL Comunicación, Sidartha Films
Tráiler de 10 historias en abril
Sinopsis
Después del terremoto del 16 de abril de 2016 en las provincias de Manabí y Esmeraldas en la costa ecuatoriana, varias personas reflexionan su sentido de vida a través del arte y la creación. Es el testimonio de diez sobrevivientes que encontraron en el dolor, un camino de sabiduría y sanación. Después de un año miran este acontecimiento como una enseñanza donde la memoria, las relaciones humanas y la identidad cultural son las bases indispensables para seguir adelante.
La simbología de la bicicleta
En la mente de un pintor ha quedado la huella de una escena que presenció al poco tiempo de sucedido el terremoto: un hombre pedaleando una bicicleta sobre techos caídos y llevando un ataúd blanco pequeño. El artista intenta plasmar en un dibujo ese momento, pero la quietud de la imagen no le es suficiente y decide mejor montar ese medio de transporte con un maletín lleno de recuerdos y salir a un largo recorrido en búsqueda de algún sitio en donde estacionar, por un momento, su vida.
A través de esta parábola, el documental intenta simbolizar el drama humano vivido en el terremoto. A modo de un road movie, el ciclista irá construyendo en su viaje una serie de reflexiones sentidas desde lo más profundo de su ser. Su pensamiento hurga lo fundamental de la existencia misma, porque el terremoto evidenció que el dinero no sirve de nada y que lo trascendental está en el afecto y hasta en un simple abrazo. Acepta que hay designios de la naturaleza que el hombre no puede cambiar, pero sí está en su poder el construir una memoria que mantenga vivo al recuerdo de quienes han partido.
La bicicleta no hace más que representar el mensaje de que las personas tienen que seguir pedaleando ante la adversidad, es decir, luchando y avanzando en el camino de la vida, pero nunca olvidando lo que se queda atrás.
Más historias
Para estructurar el soporte expresivo de 10 Historias en Abril se invita, de inicio, a un músico para que toque su piano en medio de las ruinas de la ciudad y confluya su arte en un momento surrealista de visiones fantasmagóricas del drama humano vivido durante el terremoto y que emergen en las paredes que han podido permanecer de pie.
A continuación, un historiador muestra las barcas, símbolos inequívocos de las ciudades costeras, porque en sus inertes tablas han quedado impregnadas imágenes imborrables del dolor. Sin embargo, él cree que lo sucedido puede servir de germen para que nazca una nueva ciudad y nuevas historias de vida.
El viaje abstracto que realiza la cámara sigue su curso y encuentra en su camino a una chica que se ha dedicado a pintar motivos en los escombros porque quiere sensibilizar y cambiar la mentalidad pesimista que reina en la zona. Lo mismo hace un médico al mantener unidos a un grupo de niños y jóvenes a través de la música.
Y el camino sigue… aparece una activista social contemplando un faro ¿Por qué lo hace? Porque lo admira, por estar de pie y representar a la fortaleza, que tal vez ella la ha perdido. En otro sitio, una mujer no puede olvidar que su padre y la casa a la que se aferró ya no están en ninguna parte.
Y otra fuerte historia irrumpe en escena, la cuenta un panadero que perdió en el terremoto a su esposa, hijo, madre y sobrino. Él acepta su realidad y quiere encontrar la paz observando el mar, al tiempo de cuestionar que el ser humano se afane mucho en lo que pasará al día siguiente y se olvide de vivir el presente.
Falta el sobreviviente especial, aquel que dieron por muerto por haber sido sepultado por los escombros, pero no fue así. Él está vivo y su rostro es el fiel reflejo de la impactante situación vivida y también de agradecimiento por la segunda oportunidad que tiene para seguir caminando y construyendo afectos en este mundo.
La expresividad de la imagen
Pese a que 10 Historias en Abril se sustenta en testimonios, destaca en él además el concepto expresivo que adquiere la composición de la imagen fílmica para despertar emociones en el espectador.
A través de atrayentes tomas aéreas, se muestra la belleza de la costa ecuatoriana, aunque de a poco la cámara se adentrará en el cielo de las ciudades y se atreverá a descender con el fin de recorrer pausadamente las calles y los poblados para evidenciar lo que es la desolación. Pero cuando se encuentre con la gente no solo enfocará su tristeza, sino que hallará en su rostro el trayecto a la esperanza.
Conclusión de 10 Historias en abril
10 Historias en abril es un compendio de reflexiones sobre lo perdido, la resistencia al olvido y el intento de encontrar un sentimiento de optimismo en medio de la destrucción. Utiliza a la expresión artística como condumio para sostener las historias, dentro de un andarivel diferente al que abordaría otro tipo de documentales sobre los efectos de un desastre natural. Un filme que merece ser visto para comprender lo que a veces se nos torna incomprensible.
