El 23 de junio de 2018 el corazón del mundo se detuvo. Todas las miradas se dirigieron a la cueva Tham Luang Nang No, al norte de Tailandia: 12 niños y su entrenador quedaron atrapados en ella tras una tormenta que la anegó, impidiendo su salida. Sus vidas pendieron de un leve hilo que fue sustentado por la esperanza de millones de personas. En la película 13 vidas, Ron Howard recrea el agónico y desgarrador rescate de esos muchachos con Viggo Mortensen (Falling, El señor de los anillos) y Colin Farrell (Escondidos en Brujas, Alejandro Magno) que interpretarán a los espeleobuzos protagonistas del rescate. El guion corre a cargo de William Nicholson, el novelista y dramaturgo responsable de Gladiator y Destino de caballero, entre otras.
Por unos días el mundo dejó de un lado sus diferencias para estar pendiente de esos chicos, encerrados en una fría cueva oscura, sin comida ni abrigo. Había pocas o casi ninguna posibilidades de supervivencia, pero aún así, se hizo todo lo humanamente posible. Esta es su historia. Estrenada en Prime Video el 5 de agosto de 2022. Puedes leer AQUÍ otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.
Crítica de 'Trece vidas'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Trece vidas
Título original: Thirteen Lives
Reparto:
Viggo Mortensen (Rick Stanton)
Colin Farrell (John Volanthen)
Joel Edgerton (Harry Harris)
Paul Gleeson (Jason Mallinson)
Tom Bateman (Chris Jewell)
Año: 2022
Duración: 142 min
País: Reino Unido
Dirección: Ron Howard
Guion: William Nicholson
Música: Benjamin Wallfisch
Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom
Género: Drama
Distribución: Amazon Prime Video
Tráiler de 'Trece vidas'
Sinopsis de 'Trece vidas'
La cueva de Tham Luang Nang No, situada al norte de Tailandia no es una cueva cualquiera. Forma parte de un sistema subterráneo de 10 kilómetros repleto de laberintos formados por salas estrechas cuajadas de estalagmitas y estalactitas, pasillos sinuosos y callejones sin salida, y que se inunda en época de monzones.
Sin embargo, ese fatídico 23 de junio de 2018, no había signos de tormenta que permitiera presagiar lluvias, y la caverna no parecía peligrosa, solo un sitio fresco y aventurero para explorar. Esos doce chicos de un equipo de futbol y su entrenador, entraron para pasar una tarde divertida. Ninguno se imaginaba que ese día se fraguaría la tragedia.
La tormenta se desató fuera con una fuerza descomunal y cuando quisieron darse cuenta, el agua había anegado por completo la cueva.
No podían salir ni comunicarse con nadie.
Atrapados
El operativo de rescate se formó rápidamente. La noticia saltó a las rotativas de todos los informativos mundiales. Varios países y numerosos voluntarios ofrecieron su ayuda. Esta historia es también un conjunto de cifras y un ejemplo único de solidaridad mundial.
Participaron 10000 personas en el incierto rescate.
17 países
18 buzos entre los más experimentados del mundo.
10 helicópteros
700 cilindros de buceo
Mil millones de litros de agua se evacuaron de la cueva y otra gran cantidad se desvió de la montaña
Decenas de agricultores perdieron sus cosechas debido al agua desviada o evacuada.
Millones de oraciones se elevaron en un único clamor.
Cientos de ideas se sopesaron.
13 vidas es una película que cuenta esto y mucho más.
Una apuesta arriesgada en Trece vidas
En 13 vidas, su director, Ron Howard, se ha enfrentado al reto de recrear un hecho real que conmocionó al mundo y que muchos conservamos todavía en la retina, e incluso conocemos el desenlace. Al reto de trasladar a la pantalla una situación agónica que aunó los esfuerzos de miles de personas y la angustia de millones de espectadores. Al reto de reproducir un rescate titánico en una cueva de varios kilómetros de longitud, completamente anegada, a oscuras, con pasadizos infernalmente estrechos por los que apenas cabía una persona. Al peligro y la dificultad de grabar en estas condiciones.
Sin caer en el amarillismo o el morbo, ha reflejado de una manera sobria y contundente la crónica de supervivencia y la generosa y voluntaria acción de rescate, incidiendo en la espiritualidad del pueblo tailandés, sin olvidar los intricados caminos de la burocracia y los estamentos políticos, iguales en todas partes del mundo.
En el realismo que emana de la película se nota que detrás hay un gran trabajo de documentación. Howard habló con los protagonistas de la operación de salvamento: los buzos, el ingeniero voluntario que se ocupó de evacuar el agua de la montaña y con varias de las numerosas personas que participaron. Los actores, Viggo Mortensen, Colin Farrel y demás miembros del reparto también hablaron con ellos para empaparse de lo que realmente sucedió. Su relato, les cautivó.
Todo ello redunda en el espectacular resultado de la película 13 vidas. Al mostrarnos el planeamiento inicial del rescate, nos hacemos cómplices. Queremos ayudar. Meternos en ese agua negra. Salvar a esos niños de una vez por todas. Nada se deja al azar. Los 142 minutos de metraje son todos y cada uno necesarios y nos mantienen en vilo hasta el último momento.
Lo que no se vio
El tremendo drama que vivieron esos chicos y su entrenador podría enfocarse desde muchos puntos de vista, pues sus aristas son infinitas.
El primero, desde luego, sería desde el punto de vista de los chicos, el ver con detalle cómo afrontaron esos terribles 16 días en que quedaron encerrados sin agua, abrigo, comida o luz.
Otro debería ser desde el punto de vista de los padres, que se instalaron a pie de cueva, muchos ya solo esperando que les entregaran los cadáveres de sus hijos.
Otra manera de enfocar el asunto sería la cooperación internacional y de los lugareños para salvar como fuese a los chavales.
Y otro punto de vista sería el planeamiento de la operación de salvamento, que fue la opción escogida.
Se podría hacer una película que tocara someramente cada aspecto, o una que relatara uno solo de ellos y reflejase todos las dificultades y escollos que surgieron. Y eso es lo que Howard ha hecho en esta producción inmersiva, incidir exclusivamente en el rescate audaz y novedoso, en el que nada se escatimó y en el que todo se torció.
Bajo el agua
Que a Ron Howard se le dan bien las películas de desastres, lo sabemos. Ya lo vimos en Apolo XIII. Parece que el número trece se le da muy, pero que muy bien.
La película 13 vidas cede el protagonismo a los rescatistas ingleses Rick Stanton y John Volanthen, interpretados por Viggo Mortensen y Colin Farrell, respectivamente. Todos les conocemos sobradamente, ambos son unos grandes actores, pero es que en esta ocasión, se salen. Literalmente. Sobrios y comedidos, son el verdadero puntal de la cinta.
Y después de verlos, es imposible imaginarse a ningún otro actor interpretando esos papeles. Completamente imposible.
Cuando el metraje avanza, se incorporan más rescatistas ingleses, Mallinson (Paul Gleeson), Chris Jewel (Tom Bateman) y el anestesista, Harry Harris (Joel Edgerton) que añaden su toque personal y giran el foco al problema final.
Destaca la profesionalidad con que todos ellos se han adaptado a un medio acuático, para el que tuvieron que renovar su carnet de buzo aficionado, y para el que fueron entrenados por buzos profesionales, que en un principio serían los que rodarían la mayor parte de las tomas. Pero los actores dijeron que aprenderían lo que fuese y entrenarían lo que hiciera falta, pero que querían ser ellos los que rodaran todas las escenas. Y así se hizo.
El escenario
Con 13 vidas estamos ante una película grandiosa, tanto por el resultado como por el numeroso reparto. Tenemos que tener en cuenta que en la boca de la cueva original, hubo momentos en que se juntaron más de 500 personas, lo que hizo que el oxígeno bajara a menos del 15 %. Tenemos también a los padres de los chicos, a los SEAL tailandeses, que movilizaron a sus buzos, a los políticos de turno o a los voluntarios que con sus manos desviaron el agua de la montaña. Toda una superproducción que merecería haberse estrenado en las mejores salas mundiales, y no simplemente en una plataforma audiovisual.
Si bien las imágenes de la cueva gozan de un realismo impresionante, no podemos dejar de lado las del campamento base que se instaló en su día en las fueras del enclave, o los campos sembrados que fueron artificialmente anegados. Aunque, ciertamente no son llamativas, ahí sí que nos traslada de golpe al interior de Thailandia, a su pueblo. A su manera de vivir y su profunda religiosidad y respeto, claves en la resistencia de los chavales.
Conclusión de 'Trece vidas'
Una grandiosa y apasionante película que reproduce con gran exactitud el drama de un rescate agónico e incierto que conmovió al mundo entero y abrió durante semanas los telediarios. Un drama que llegó a todos los corazones, y que movió medios, operativos e ideas, algunas más peregrinas que otras, en medio de la frustración por la imposibilidad de salvar a los muchachos.
Ha sabido recrear todos los aspectos de la operación de salvamento, sin obviar la importancia de la fe y la religiosidad del pueblo tailandés o el singular papel que la meditación, guiada por el entrenador de los muchachos, tuvo en la supervivencia de los chicos.
Es angustiosa, claustrofóbica, inmersiva, emocionante, esperanzadora, desgarradora, conmovedora.
13 vidas es una película que nos atrapa desde el minuto 1 hasta el final, no importa que recuerdes o conozcas la historia. Hacía tiempo que ninguna cinta me conmovía de esta manera. Muy recomendable y didáctica. Un canto a la superviviencia y a la unidad de los países por una causa que mereció la pena, y que demuestra, afortunadamente, que no todo está perdido.
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