La gran triunfadora como mejor película española del Festival de Málaga 2023 fue 20.000 especies de abejas de Estibaliz Urresola Solaguren, que recibió la Biznaga de Oro en un evento que partía como la favorita. No solo porque Sofía Otero obtuviera el Oso de Plata a la Mejor interpretación protagónica en el 73.° Festival Internacional de Cine de Berlín, si no porque la ópera prima de la directora española es un sublime retrato, inteligentemente abordado, desde una perspectiva de vida sobre la diversidad y la identidad género y la relación entre hija y progenitora. Estreno el 21 de abril de 2023 en salas de cine españolas. Puedes leer AQUí otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.
Crítica de '20.000 especies de abejas'
Resumen
Ficha Técnica
Título: 20.000 especies de abejas
Título original: 20.000 especies de abejas
Reparto:
Sofía Otero (Lucía)
Patricia López Arnaiz (Ane)
Ane Gabaraín (Lourdes)
Itziar Lazkano (Lita)
Martxelo Rubio (Gorka)
Sara Cózar (Leire)
Miguel Garcés (Jon)
Unax Hayden
Andere Garabieta
Año: 2023
Duración: 129 min.
País: España
Director: Estibaliz Urresola Solaguren
Guion: Estibaliz Urresola Solaguren
Fotografía: Gina Ferrer
Música:
Género: Drama
Distribuidor: BTeam Pictures
Tráiler de '20.000 especies de abejas'
Sinopsis
Cocó, de ocho años, no encaja en las expectativas del resto y no entiende por qué. Todos a su alrededor insisten en llamarle Aitor pero no se reconoce en ese nombre ni en la mirada de los demás.
Su madre Ane, (Patricia López Arnaiz), sumida en una crisis profesional y sentimental, aprovechará las vacaciones para viajar con sus tres hijos a la casa materna, donde reside su madre Lita (Itziar Lazkano) y su tía Lourdes (Ane Gabarain), estrechamente ligada a la cría de abejas y la producción de miel.
Este verano que cambiará sus vidas obligará a estas mujeres de tres generaciones muy distintas a enfrentarse a sus dudas y temores. Y sobre todo, a Ane a ser por fin honesta consigo misma. (BTeam Pictures)
Dónde se puede ver la película en streaming
Metáforas desde el título
Uno de los grandes aciertos de 20.000 especies de abejas es hablarnos desde las analogías que debemos formularnos con los elementos que nos brinda en las dos horas de metraje. Y es que, para reflexionar y plasmar una idea de diversidad, la directora recurre a diferentes aspectos de la puesta en escena. La iluminación cálida de las velas, de las lámparas, del sol. Las especiales prendas que viste la protagonista. El pinchado de la abeja en la espalda en uno de los personajes como poder curativo o la dramática resistencia a pronunciar un nombre.
Todo ello y más, fomentan una obra que se expresa por sí sola y sirve para fortalecer la densidad discursiva. Y eso es digno de aplaudir porque no llega a ser explicativa. Esta obra se va inmiscuyendo en nosotros transparentemente con otros pequeños elementos que despliega para formar un corpus especial sobre la relación entre abejas y personajes. Sin embargo, hay momentos en que una ligera sobrecarga de estas figuras retóricas se pronuncian, pues algunas cuestiones son evidentes que son remarcadas, y que no lo necesitan para comprenderse.
La diversidad de género
La temática principal que guía 20.000 especies de abejas está dada desde la exploración y la mirada de Cocó, pero que ella reniega que le digan Aitor, su nombre de pila. Esto va a conllevar a estar en un dilema de cómo deberían llamarla y, sobre todo, como quiere ser llamada, además de la forma en que es vista, puesto que su aspecto físico, la hace ver cómo alguien femenino, ¿o tal vez no hay una forma de establecer esto? Justamente eso es de lo que nos habla el filme. También desde las cuestiones de Cocó y su intento de comprender esa ambigüedad que siente y expresa. Esto es trabajado inteligentemente durante todo el metraje, pero quizá el final difiere de ello al plantearse como una sentencia definitiva y cerrada en cuanto a las pretensiones de Estibaliz Urresola.
Una interpretación a la altura
La cinta protagonizada por la niña Sofía Otero, que grabó con ocho años la película, es de los puntos más altos, pues su interpretación se mantiene en una verosimilitud elevada. Los momentos en que la emoción solo puede transmitirse con la mirada y con un quietismo excelso, el ángel y la sabiduría sale a relucir en sus primeros planos y movimientos gestuales y corporales. Nunca desconectan con el discurso del filme y las intenciones de la cineasta con un personaje tan complejo.
Evidentemente también es fruto de la directora y demás personajes el logro de la interpretación, porque esa ambigüedad de la diversidad principalmente nos la da su personaje. Desde su semblanza hasta sus momentos de arrebatos y alegría. Todo ello y más, significó que, al terminar la película, recibiera aplausos por cinco minutos por parte de la grada en el Teatro Cervantes, donde incluso llegó a observarse a la joven actriz, nacida en la localidad de Basauri, secarse algunas lágrimas mientras continuaba la ovación.
Conclusión de '20.000 especies de abejas'
La ópera prima de directora española es una película sentida y poderosa, que trae consigo mucha reflexión sobre una temática en boga en la actualidad. Sus esfuerzos por hacer lírica se notan desde diversos elementos que conforma el todo. Se agradece también que hay muchas cosas que se encontraron y exploraron durante el rodaje, expresiones, palabras, movimientos que aprovecharon para no ser una precisa ilustración del guion o mero trabajo de oficina. Y 20.000 especies de abejas restriega en nuestros ojos ese poder.
Reportaje de 20.000 especies de abejas en Días de Cine TVE
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