El cortometraje 29 de Febrero, dirigido por Diego Fandos, ha obtenido recientemente el premio a la Mejor Interpretación Masculina (Ramón Barea) en los Premios Fugaz (los Goya de los cortometrajes). Fandos ha creado una comedia triste, un drama esperanzador sobre la situación de muchas personas mayores en nuestro tiempo. 29 de febrero está protagonizado por Ramón Barea (Cinco lobitos) y Zorion Eguileor (El hoyo) y cuenta con la colaboración de la actriz navarra Maiken Beitia.



Crítica de '29 de Febrero'

Ficha Técnica

Título: 29 de Febrero
Título original: 29 de Febrero

Reparto:
Ramón Barea (Tomás)
Zorion Eguileor (Arturo)
Maiken Beitia

Año: 2024
Duración: 23 min.
País: España
Director: Diego Fandos
Guion: Diego Fandos
Fotografía: Adri Nogales
Música: Mikel Salas
Género: Drama
Producción: Maria Vallejo Ilarduya
Arte: Beatriz García
Montaje: Daniel Bengoetxea
Sonido: Miguel Hualde
Productora: Azaroa Films
Distribuidor: Selected Films Distribution

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Tráiler de '29 de Febrero'

Sinopsis

Anciano y solo, Tomás quiere celebrar su cumpleaños pero no tiene a quién invitar. Excepto a su más amado enemigo. Una comedia triste, un drama esperanzador sobre la situación de muchos de nuestros mayores. (Selected Films)



Una fiesta para dos o para uno

Con apenas unos minutos 29 de febrero logra encapsular una verdad incómoda y conmovedora, la soledad de los mayores, una realidad cotidiana muchas veces silenciada. Bajo la apariencia de una pequeña historia sobre un anciano y su cumpleaños, se esconde una reflexión sensible y sorprendentemente luminosa sobre el paso del tiempo. La memoria, el resentimiento y la necesidad humana de conexión, incluso con aquellos que nos hicieron daño.

Lo que en principio parece un drama melancólico adquiere rápidamente un tono casi poético, con destellos de humor triste y una calidez que se abre paso entre la rutina y el aislamiento.

29 de Febrero cortometraje

Sencillez con propósito 

Diego Fandos opta por una puesta en escena sobria, íntima, que privilegia los detalles. Una mesa puesta con esmero, una foto antigua, una carta escrita a mano, no hay alardes técnicos, pero tampoco los necesita. La dirección se pone al servicio del personaje y su mundo cerrado, casi suspendido en el tiempo, como el día que da título al corto.

La economía narrativa, propia del formato, está bien administrada, y aunque algunos momentos puedan resultar algo subrayados, el equilibrio entre emoción y contención se mantiene.

Un protagonista con corazón que sostiene el relato

La interpretación de Ramón Barea es el alma de 29 de febrero, con una mezcla de cansancio, ironía y ternura, transmite sin necesidad de grandes diálogos el peso de los años, la persistencia del rencor y la esperanza tímida de que aún es posible un gesto de humanidad. Es una actuación contenida pero efectiva, que invita a la empatía sin caer en la manipulación emocional.

29 de Febrero cortometraje

Funcionalidad y cercanía

La fotografía y el montaje están al servicio de la historia, sin florituras, pero con sensibilidad. La luz cálida, las estancias modestas y la cámara cercana refuerzan el ambiente doméstico y solitario, sin recrearse en la tristeza. La música, si está presente, funciona con discreción, acompañando más que comentando, y eso se agradece en un formato corto donde todo debe sumar.

Conclusión de '29 de febrero'

29 de febrero es un cortometraje que consigue emocionar sin aspavientos. Su mirada sobre la vejez es dulce y amarga a partes iguales, pero no se queda en la denuncia, propone un gesto de redención. Un instante de ternura inesperada, un pequeño milagro en un día que casi no existe, refleja bien lo que propone. Una obra digna, bien realizada, sensible, que sin ser deslumbrante deja un poso amable y reflexivo.

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