Tras A todos los chicos de los que me enamoré (2018) y A todos los chicos 2: P.D. Todavía te quiero (2020), Netflix cierra este romance adolescente con A todos los chicos Para siempre. La trilogía se basa en los libros de Jenny Han y sus aciertos clave han sido su actriz principal, Lana Condor, y su fuerte estética. Estreno en Netflix el 12 de febrero.
Crítica de 'A todos los chicos Para siempre'
Resumen
Ficha Técnica
Título: A todos los chicos: Para siempre
Título original: To All the Boys: Always and Forever / To All the Boys: Always and Forever, Lara Jean
Reparto:
Lana Condor (Lara Jean)
Noah Centineo (Peter)
Janel Parrish (Margot)
Madeleine Arthur (Chris)
Lisa Durupt (Esposa del señor Kavinsky)
Sarayu Blue (Trina Rothschild)
Momona Tamada (Lara Jean de joven)
Emilija Baranac (Genevieve)
Kayla Deorksen (Angela - Planificadora de bodas)
C. Ernst Harth (Director de Adler)
Rish Shah (Ravi)
Gina Jun (Estudiante universitario de NYU)
Linda Ko (Aunt Carrie)
Anisha Cheema (Novia de San Valentín)
Año: 2021
Duración: 109 min.
País: Estados Unidos
Director: Michael Fimognari
Guion: Katie Lovejoy (Novela: Jenny Han)
Fotografía: Michael Fimognari
Música: Joe Wong
Género: comedia romántica
Distribuidor: Netflix
Tráiler de A todos los chicos Para siempre
Dónde se puede comprar la novela
Sinopsis
Lara Jean Covey se prepara para acabar el instituto y entrar en la edad adulta, pero un par de viajes cambian su visión de la vida, la familia, los amigos y Peter tras la graduación. (Netflix)
Dónde se puede ver la película
Una final dulce por San Valentín
Netflix tiene una estrategia clara con A todos los chicos Para siempre, estrenada el fin de semana de San Valentín. Lara Jean es la protagonista más dulce de su catálogo, algo cursi, algo estereotipada, le gusta la repostería y la novela romántica. En esta entrega es más segura de sí misma y se aleja de la inmadurez de las primeras películas.
El reparto incluye a dos actores que harán de gancho para un público más adulto. Estos interpretan a la hermana y el padre de Lara Jean, respectivamente son Janel Parrish (Bratz, 2007; Pequeñas mentirosas, 2010) y John Corbett (Sexo en Nueva York, 1998; Mi gran boda griega, 2002) .
La Lara Jean más madura hasta ahora
A todos los chicos Para siempre se aleja de sus predecesoras, que fueron comedias de enredos, equívocos y engaños hasta llegar a la repetición en la secuela. En esta ocasión, se centran en tomar decisiones que afectan al futuro de los protagonistas. Un problema intergeneracional, que más de un espectador habrá vivido, o va a hacerlo pronto.
Así el público empatizará con Lara Jean y podrá reconocerse e incluso inspirarse en ella, ya que anima a escoger las pasiones por encima de todo y hacer de una afición, tu profesión. En este cierre, Lara Jean debe tomar decisiones que afectan a su futuro de manera radical.
Al final se elegirá a sí misma, su formación y un ambiente donde podrá crecer personal y profesionalmente. También vemos más relieve del personaje de Peter Kavinsky, que estuvo bastante desaparecido en la segunda película. Incluso se muestra una reconciliación con Gen, alejándose de enredos anteriores y mirando al futuro.
La producción, su gran acierto
La estética de la trilogía nos presenta una paleta de colores pasteles y alegres, con predominación de azul, rosa y amarillo. Esta se apoya en la fotografía y el vestuario, así cuando Lara Jean viste de rosa, sus compañeros en escena visten de azul. O cuando ella viste de azul, toda la iluminación o el atrezo a su alrededor son amarillos.
A todos los chicos Para siempre tiene visuales cómodos de ver, además de una banda sonora pop y reconocible, que suena familiar y positiva. Esta tercera película está dividida con carteles, algo que Netflix viene haciendo en sus producciones originales. Se titulan "Baile de fin de curso" o "Viaje a Nueva York", esto recuerda a un libro y le da un ritmo diferente a la película.
Conclusión de 'A todos los chicos Para siempre'
A todos los chicos Para siempre es un producto apetitoso, bonito, atractivo al ojo. Netflix entrega un dulce especial para San Valentín, no apto para diabéticos. Y aunque le sobra clichés y algo de metraje, ya que dura 109 minutos, es una mejora respecto a la segunda película. Así deja un buen sabor de boca, con este final aspiracional el público se despide de una protagonista que ha acompañado en su madurez.
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