Alimezher es un cortometraje de doce minutos de duración dirigido por Liteo Pedregal. Este proyecto producido por Kiko Medina PC y escrito por Caridad Fernández junto al director, nos acerca un relato que tiene como principal protagonista a una de las más duras enfermedades, el Alzheimer.



Alimezher

Crítica de 'Alimezher'

Ficha Técnica

Título: Alimezher
Título original: Alimezher

Reparto:
María José Alfonso
Javier Godino
Manuel Zarzo

Año: 2020
Duración: 12 min.
País: España
Director: Liteo Pedregal
Guion: Caridad Fernández y Liteo Pedregal
Fotografía: Mario López
Música: Sofía Sainz
Género: Drama
Producción: Kiko Medina P.C.

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Tráiler de 'Alimezher'

Sinopsis de 'Alimezher'

Cansado de luchar contra la voluntad de su padre y contra la oposición de su madre a contratar a alguien que la ayude, Alberto tira la toalla y decide dejar de cuidar a su padre, enfermo de Alzheimer. (KMPC)



Alimezher
Foto de Kiko Medina P.C.

El detalle de los títulos de crédito

El mensaje inicial del cortometraje nos viene a decir que la ordenación de los en personas que padecen Alzheimer viene dada en función de las neuronas sanas que posee el cerebro. Por esa razón, los enfermos de Alzheimer no entienden el orden de las cosas.

A partir de este mensaje introductorio, se juega a cambiar las letras de orden en el propio mensaje, haciendo que cueste entender lo que pone, y lo mismo ocurre con los títulos de crédito y el propio título del cortometraje, Alimezher. No quería dejar sin comentar este detalle porque me ha parecido muy oportuno e inteligente. Asimismo, destacar esas transiciones de escena, donde parece que la escena se desvanece, se borra, al igual que los recuerdos en las personas que sufren esta enfermedad. También un elegante detalle.

El punto de partida

El comienzo del cortometraje Alimezher nos presenta a los protagonistas a partir de los planos detalles de la casa, en las fotografías de los cuadros (curiosamente una manera que tenemos las personas para plasmar esos recuerdos inolvidables). Después acude a un plano medio para presentarnos al hijo de la familia interpretado por Javier Godino. En esta primera escena vemos como el hijo quiere irse de la casa y está buscando su móvil, diría que es un comienzo frío y duro, ya que el hijo no ayuda a su padre mientras grita preocupado buscando sus zapatillas. A cualquier persona le saldría ayudar a su padre a buscarlas. No lo entendemos, e incluso, ya desde los primeros minutos de metraje el personaje de Javier Godino nos genera algo de extrañeza con su forma despreocupada de actuar.

Liteo Pedregal
Foto de Kiko Medina P.C.

La narración

Después de esa primera escena, la historia vuelve a atrás y nos presenta momentos anteriores a las escena inicial, tampoco podría decirse que es el inicio de la enfermedad ya que esta se ve que ya es algo avanzada. Los recuerdos se irán sucediendo, veremos hasta cuatro recuerdos, unos recuerdos cálidos que apuntan con una flecha a nuestra sensibilidad. No obstante, aunque al hijo se le ve mucho más atento con su padre, la primera sensación que generaba la escena inicial y la insistencia en que su madre busque a alguien para que cuide a su padre, nos deja claro que no tiene muchas ganas de seguir cuidando de él.

Alimezher acude a una narración circular, es decir, empieza como acaba. Y durante su transcurso los recuerdos parecen sucederse de forma lineal, presentando el avance de la enfermedad en el padre de la familia. No obstante, en el tercer recuerdo que nos muestra como duchan al padre, parece romperse esa linealidad debido a que la madre y el hijo están vestidos con la misma ropa que en el recuerdo pasado, donde el padre ya había terminado de ducharse. Por lo tanto, según eso se rompería la linealidad que en apariencia siguen los recuerdos, y quizás fuera esa la intención en consonancia con el mensaje inicial del orden de las cosas. En base a lo observado, se me ocurre asemejar la narración a un puzzle que el espectador debe organizar, y que lo terminará al finalizar.

Alimezher
Foto de Kiko Medina P.C.

La sensibilidad de las interpretaciones

En general el cast de Alimezher es muy conocido y está magnífico, pero la medalla de oro, sin ninguna duda, es para el madrileño Manuel Zarzo. Un actor español que cuenta con una reconocida trayectoria tanto en cine como en televisión, al igual que María José Alfonso. Manuel Zarzo está realmente increíble, que interpretación más pura nos ofrece, tanto que hasta nos duele. Sin ninguna duda, consigue traspasar con eficacia los límites de la pantalla.

Lo mismo sucede con Javier Godino y María José Alfonso, ambos están sublimes, ofrecen un interpretación cargada de sensibilidad, con una gran carga de sentimientos interiores que se manifiestan sin necesidad de hablar. Sus rostros y sobre todo sus ojos hablan por ellos. Más de una vez durante el visionado la piel se pone de gallina, y no tanto por el tema, que también, sino por la pureza de sus interpretaciones y lo creíble que resultan.

Liteo Pedregal
Foto de Kiko Medina P.C.

La reflexión

Lo que más me ha gustado de Alimezher es esa capacidad de contar lo importante solo con acciones, no con un diálogo. Ese final es muestra de ello. Hay muchas películas que tratan esta enfermedad, por ejemplo, Siempre Alice, pero ponen generalmente el foco inicial en cómo lo vive el paciente, y el cómo lo viven los personajes que rodean a ese paciente se siente algo más secundario. No siempre se da el caso, pero suele ser la regla general.

En este cortometraje el foco principal se pone en cómo sufren la enfermedad los que rodean al paciente. Ese dolor, sufrimiento y miedo se hacen muy presentes gracias a las interpretaciones y los momentos duros del cortometraje, que llegan a romper el corazón del espectador.

Alimezher
Foto de Kiko Medina P.C.

Conclusión

Alimezher es un doloroso, pero bello cortometraje que se luce con muy buenas interpretaciones que llegan a poner la piel de gallina. Su realismo duele, y mucho. Ese miedo a olvidar siempre está presente en los proyectos que tratan esta enfermedad, pero no nos podemos olvidar del miedo a ser olvidados, y más, por las personas a las que más queremos. Un foco más que interesante, y que bien llevado consigue tocar la fibra sensible. Eso es lo que hace Liteo Pedregal con este cortometraje, un producto con una dirección notable que destaca con una buena elección tanto de planos como de encuadres.

"¿Tú de qué me conoces, imbécil?"

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Javier Atienza
Estudiante de la Facultad Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Nací el 7 de febrero de 2001 y actualmente estoy cursando el grado de Comunicación Audiovisual. Además, estoy de colaborador en el programa de radio Momentos de Cine en Inforadio. Aunque fui marcado de pequeño por la mano de Shyamalan y su sexto sentido para crear historias, no fue hasta mi adolescencia con la magia de Chazelle y su historia donde los sueños y el amor se entrecruzaban cuando algo despertó en mí. Ese algo fue la pasión por el cine, Shyamalan y Chazelle me dieron un pase a descubrir un amplio universo de historias, emociones, y cómo no, sueños. Fui pasando por Kubrick y Bergman hasta Tarkovski, descubriendo lo que la historia del cine tenía para mí, mientras germinaban mis ganas de trabajar en la industria. Por otro lado, Alejandro G. Calvo ha sido una de las razones por las que quise adentrarme en el mundillo de la crítica cinematográfica, la pasión que demuestra me hizo darme cuenta de que yo también quería tener la oportunidad de escribir sobre cine expresando la pasión que tengo por este mundo, devolviéndole al cine lo que tanto me ha dado. “No es a mí a quien le gusta el cine, sino el cine a quien le gusto yo” - Arrebato (1979)

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