La compañía teatral Bestiario Teatro representa el famoso clásico "Antígona", bajo el nombre de Antigonía. Esta reinterpretación se estrenó en la V edición del Festival IMPARABLES - Muestra de Nuevos Creadores de Nave 73. Además, es el resultado del laboratorio de investigación realizado en 2021 de la mano de Antonio Malonda, director de la obra, el cual tristemente falleció recientemente, junto a Lorena Benito y Víctor Velasco. Descubre este experimento teatral fascinante el 9 y 10 de abril en Nave 73, tras su paso por la Sala Buluú 2120.
Reparto: Patricia Berenguer
Lorena Cervera
Moisés Chic
Pablo Ríos
Paula Susavila
Borja Torres
Duración: 80 min. apróx. Dirección: Lorena Benito, Antonio Malonda y Víctor Velasco Dramaturgia: Lorena Benito Autor: Sófocles Compositor musical: Moisés Chic
Coreografía: Ana Alcázar
Dirección musical: Andrés Navarro
Técnico de iluminación: Sara Galicia
Diseño de iluminación: Víctor Velasco
Producción audiovisual: Maya Malonda y Jaime Bartolomé Producción: Bestiario Teatro y Bululú 2120
Tráiler de 'Antigonía'
Sinopsis de 'Antigonía'
Antigonía nos pregunta: ¿Un enemigo, incluso tras su muerte, jamás se convierte en un amigo?
Antígona debe enfrentarse al dilema más importante de su vida; dejar insepulto el cadáver de su hermano y vivir muerta en vida presa de la culpa, o anteponer su propia ley y enterrar a Polínices, aun a sabiendas de que eso conlleva su propia muerte.
¿Y tú?¿Estás hecho para amar, o para odiar? (BESTIARIO TEATRO).
La sangre de ser mujer
Bestiario Teatro regresa a uno de los clásicos por excelencia de la cultura teatral como es el mito de Antígona, bajo el nombre de Antigonía. Como un repaso por el esqueleto propio del conocido relato, la compañía logra una propuesta que se evade de la palabra consumada únicamente. Por tanto, se establece el poder del símbolo y de la metáfora, donde los diálogos se convierten en una aportación artística más y donde no hay una intención de establecer una conversación al uso y generalista. Así, la obra asume el riesgo de ofrecer una creación que no desea ser entendida desde una sola visión, sino que requiere la participación activa del significado de los símbolos para los espectadores y, con ello, su bagaje existencial. Experimental en su narrativa, logra que no se convierta en una adaptación más.
Por otro lado, no se limita a hacer un viaje difuminado de la que fuera la hija de Edipo, sino que aborda temas universales como la muerte, la pérdida, la violencia, la feminidad, el orgullo… sin olvidar uno de los temas principales como es el concepto de mujer en una versión abstracta y brillante. Por tanto, se muestra una historia que traspasa el significado inicial, que emerge del sentimiento puro y descarnado, pero también dibuja una línea que no desea tener un solo motivo o significado. Con lo cual, la interpretación queda libre al entendimiento de cada asistente, lo que indica que cada experiencia puede llegar a ser una versión distinta de la obra. Lógicamente, hay puntos en común, pero su base se halla más en cómo hace sentir al público en su sentido y dejando esa libertad narrativa.
Un solo cuerpo
Uno de los aspectos más brillantes de Antigonía es el desempeño de su reparto artístico. Los seis intérpretes están en plena catarsis, dejando cualquier distracción del exterior para entregarse en esa ensoñación artística. Por lo cual, el trabajo de cada actor no difiere con el otro, sino que todos forman un solo cuerpo que luce el amalgama de sensaciones que vam desprendiendo con cada metamorfosis que remueve la escena. Hay veces donde los artistas llegan a tal nivel de unión, que se hace difícil poder observarlos fuera de esa conjunción que envuelve todo un ejercicio sinérgico. Por ende, logran un ejercicio grupal de una gran calidad, que demuestra la potencia como conjunto y lo que es elevar cada una de las partes De esta manera, todos ellos se encuentran en el mismo nivel de energía y de ejecución dramática.
Una vez transmitida el análisis de su labor en conjunto, se procede a analizar el trabajo individual de cada uno de los integrantes. En primer lugar, Pablo Ríos lleva una concentración que hace que su energía sea tangible desde el primer momento. Estupendo. Asimismo, en Lorena Cervera converge la sutil sensibilidad del desgarro y la fuerza, que potencia una mezcla de gran nivel. Por otro lado, Borja Torres llega desde una comodidad férrea, que hace que su esplendor se halle en la tranquilidad de su remolino interior. También Paula Susavila realiza todo ese viaje desde la elegancia, pero con una combinación curiosa de realismo y crudeza, que le dan más impresión. Patricia Berenguer es un auténtico huracán energético, se come cada una de las escenas, dejando extasiados a los espectadores. Para terminar, Moisés Chic emerge desde una determinación arraigada en una expresividad certera y contundente.
La precisión del movimiento
Cada vez son más obras las que se deciden por romper con la estructura clásica de lo teatral por introducirse en un maremoto experimental con la propuesta escénica. Antigonía se fundamenta en las sombras, combinadas con una composición de iluminación exquisita, donde los colores no sólo pintan la escena, sino que emulan ese dolor, ese símbolo, esa rabia… emoción en estado puro. Los golpes de efecto no son pocos, hay una violencia constante que impresiona y sobrecoge a los espectadores. Por tanto, ese éxtasis de tensión logra que la puesta en escena hable por sí sola, por ello las palabras no son necesarias, sino que se abandonan a los distintos estímulos que se formulan. Ejemplo de ello son los desnudos, despojándose de cualquier significado puramente sexual para trasladarse a ese testimonio de la muerte y de la pureza de lo corporal.
El vestuario tampoco desluce en su composición, siendo minimalista, pero efectivo y complementándose como un elemento más físico sobre la escena. También hay que mencionar el espacio sonoro, el cual es un torrente de energías, que lleva a esa ensoñación oscura y sombría, con un efecto sobrecogedor en varios momentos. Únicamente, alguna parte, se excede en esa escenificación chirriante del efecto. Por otro lado, la coreografía y la precisión de cada uno de los movimientos que se hacen, es lo que lleva a convertir esta obra en una auténtica maravilla. Se observa un excelente trabajo detrás, que hace que la sorpresa y la admiración por el cuidado del movimiento sea impresionante. No deja indiferente, sino que remueve los cimientos para dar al público una experiencia completa de principio a fin. Como apunte, un escenario de mayor envergadura daría todavía mayor efecto a este gran trabajo.
Conclusión
Antigonía es el frenesí del mito llevado hasta el estímulo de la emoción universal. Transforma el texto en una sinergia de sensaciones, abordando temas que van más allá del conocido clásico. Por ello, el experimento abstracto se eleva a una construcción escénica de un gran nivel, que ofrece una experiencia de un gusto y una potencia extraordinarias. La precisión del movimiento y el cuidado del simbolismo son una muestra de una composición que va más allá y triunfa en su creación. Asimismo, un conjunto actoral excelente, que se deja la piel sobre las tablas desde el primer minuto y respira en un solo cuerpo totalmente compasado. La tragedia hecha un amalgama sensitivo que deja en éxtasis al público por su composición valiente e innovadora.