Teatro del Barrio representa Arrancamiento este 6 y 13 de junio de 2024. La obra forma parte de la Residencia artística de Teatro del Barrio y está protagonizada por Pamela Palenciano, reconocido rostro por su trabajo en "No me duelen los golpes". Esta pieza denuncia la violencia institucional que padecen las madres que denuncian los abusos sexuales contra sus hijos.
Título: Arrancamiento Título original: Arrancamiento
Reparto: Pamela Palenciano
Duración: 80 min. apróx. Dirección: Laura Pacas Dramaturgia: Iván Larreynaga Ayudante de Dirección: Marina Pallarès
Dirección de producción: Elisabeth Palenciano
Producción ejecutiva: Flor Maldjian
Iluminación: Tony Sánchez
Escenografía: Blanca Bescós con asesoría de Roberto Baiza
Diseño de Sonido: Nando Jiménez
Vestuario: Blanca Bescós
Fotos y vídeo: Georgia Ark Producción: La laboratoria y el Museo Reina Sofía
Tráiler de 'Arrancamiento'
Sinopsis de 'Arrancamiento'
Según el Consejo de Europa, 1 de cada 5 menores sufre violencia sexual antes de cumplir 18 años. En España no hay estadísticas oficiales, pero un estudio reciente, centrado en el país, supera dicha estimación. 2 de cada 5 niños y niñas lo han padecido.
¿Sabéis lo que es un arrancamiento?
Dura apenas un instante, pero hasta llegar a él, las madres pasan por un largo proceso de denuncias, descrédito, pérdida de la custodia y criminalización.
El sistema dictamina que las denuncias de violencia son falsas, que la madre es malvada y que la criatura debe ser apartada de quien la protege y condenada a vivir con su abusador.
Sin preparación ni acompañamiento, cuerpos de policía armados arrancan a un niño o niña de corta edad de los brazos de su madre por orden judicial.
En Arrancamiento, Pamela Palenciano hace uso de su particular estilo para dar voz y poner en escena esta realidad. Nos cuenta la historia de madres luchadoras, hijas e hijos desdibujados, padres abusadores y jueces que perpetúan esta tortura.
¿Por qué? ¿Qué hay detrás de todo esto? (TEATRO DEL BARRIO).
La lucha perpetua
Hay que ser sinceros, hay obras de teatro que no es posible abordarlas desde un lugar que no sea la incomodidad y la visceralidad, del ataque frontal ante la denuncia de una lacra social. Por tanto, es lógico que estas piezas tomen un cariz de desgarradoras, de punzantes, pero completamente necesarias. Arrancamiento es una obra que se alza contra la violencia machista institucional, además de exponer las realidades absolutamente espeluznantes y terroríficas de los abusos cometidos contra menores por sus padres y la lucha ardua de sus madres. El libreto de Iván Larreynaga es un puñetazo en el estómago, es un golpe directo al corazón, es la realidad sin aditivos, sin edulcorantes, cruda, pero necesariamente debe ser así.
Ante el horror que se expone sobre las tablas, no debe haber concesiones o la infantilización del público, sino que debe abordarse sin tapujos y es como lo hace. Además, lo realiza de una forma en la que interviene esa ruptura de lo que se considera “lo normal”, para quitar mitos en torno a la injusticia que se suceden en los tribunales. Por ello, no se centra únicamente en los sucesos, sino que también se escenifica el proceso por el que deben transitar estas madres, que se enfrenta a la sociedad, a los jueces y a su propio cansancio. Un retrato completo ante una vivencia que merece esta visibilidad. La forma en la que se van enlazando los relatos, las piezas del puzzle, se realiza con precisión y mediante una estructura en la que fluye el discurso de una forma muy orgánica. Dura sí, pero es fundamental verla.
Heroínas que no escogieron serlo
Pamela Palenciano es la encargada de dar vida al horror en Arrancamiento, a través de un trabajo interpretativo de absoluto compromiso en el que debe ir pasando de distintos estados a otros, incluyendo su propia visión. Por ello, se deja el alma y la piel en dar vida a las distintas mujeres que han alzado su voz, a los menores silenciados e, incluso, a los padres que ejercen esta violencia. La forma en la que dibuja cada perfil es maravilloso, cambia absolutamente de registro, desde la voz hasta la gestualidad, incluso la corporalidad es distinta, hasta los pequeños detalles, llega a los lugares comunes que llevan al público a identificar rápidamente de que se trata.
Hay algo en Palenciano muy especial y es la ferviente verdad con la que desempeña su trabajo, sobre todo, por la humildad con la que explica por qué la emoción que deposita en el escenario. Es innegable que este proyecto va más allá de lo teatral y profesional para Palenciano, razón de más para captar a los espectadores. La razón es que lo hace desde la humanidad, desde la concienciación, pero desde un prisma de intercambio, de conversación. Para terminar, destacar la personalidad y la fuerza arrolladora que tiene Palenciano en el escenario, hace que sea magnética y atraiga la atención constante de los asistentes.
La construcción de esa infancia que no se cuenta
Uno de los aspectos mejor valorados de Arrancamiento es la dirección del proyecto, a cargo de Laura Pacas, quién ha sabido gestar y equilibrar los distintos lenguajes que aparecen sobre la escena. Para comenzar, no es una propuesta que a priori, cumpla con los estándares de escenografía y espacio, sin embargo, según va transcurriendo la obra, las decisiones artísticas tomadas son comprendidas y aplaudidas. El motivo es la fluidez en la que van coincidiendo en distintas parcelas, unidas en un compendio que toma sentido y en el que hay un dinamismo muy conseguido. También se valora positivamente la ruptura de la cuarta pared, sin abusar de ella y sin obligar al espectador a sentir incomodidad.
Los objetos que van apareciendo en escena son fundamentales, todos ellos tienen una carga simbólica de gran envergadura. Algunas de las partes más emotivas vienen dadas por imágenes, construcciones, lo que va más allá del sentido literal. Una muestra de la sensibilidad y contundencia con la que también se aborda el proyecto artísticamente e, incluso, técnicamente. Por último, el ritmo es vertiginoso, va pasando por diferentes estadios, haciendo que el espectador entre de lleno en todo momento. Combina aquellas partes que exigen mayor detenimiento, ante las que necesitan más velocidad y deja espacio para que el espectador se recomponga ante las partes que es imposible no llorar. Sin duda, han logrado un montaje que atina en su desempeño. La duración es otra gran aliada, dado que su contundencia permite que no haya una sensación de quedarse corta o larga, sino en su justa medida. Chapó.
Conclusión
Arrancamiento es necesaria, es combativa, es visceral, es real. Una denuncia social y teatral que alza la voz ante uno de los horrores cometidos en la sociedad actual, que se convierte en un imprescindible por la crudeza y la gran carga que hay sobre ella. Por tanto, es un ejercicio que va más allá de lo teatral, es enriquecedora también a nivel social y cultural. Además, se acompaña de una interpretación magistral de Pamela Palenciano, quién pone su cuerpo y su alma en el montaje. A nivel técnico y artístico, acierta en su construcción, con un respeto y una sensibilidad apabullantes, que unidas al simbolismo emotivo, triunfa sobre la escena. El desgarrador grito de una guerra todavía sin terminar de vital importancia por la imprescindible reivindicación y lucha que hace. De obligado visionado.