El arte del engaño es una miniserie irlandesa que une el drama y el thriller psicológico, y que añade cierto aire de novela gótica. La ficción cuenta con el aval de haber sido coescrita por Lisa McGee (creadora de Derry girls), y entre el elenco podemos encontrar al protagonista masculino de Normal people (una de las series del año), Paul Mescal. Los principales papeles son para Emily Reid y Emmet J Scanlan. Consta de 4 capítulos de 45 minutos cada uno. En España se podrá ver en Filmin a partir del 30 de Octubre.
Crítica de 'El arte del engaño'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El arte del engaño
Título original: The Deceived
Reparto:
Emmett J Scanlan (Michael Callaghan)
Catherine Walker (Roisin Mulvery)
Paul Mescal (Sean McKeogh)
Eleanor Methven (Mary Mulvery)
Emily Reid (Ophelia Marsh)
Shelley Conn (Ruth)
Dempsey Bovell (Matthew)
Lloyd Everitt (Richard)
Cathy-Brennan Bradley (Sheila)
Año: 2020
Duración:
País: Irlanda
Director: Chloe Thomas
Guion: Tobias Beer, Lisa McGee
Fotografía: Donna Wade
Música: Hannah Peel
Género: Intriga. Thriller
Distribuidor: Filmin
Tráiler de 'El arte del engaño'
Sinopsis
La creadora de la serie "Derry Girls", Lisa McGee, està detrás de este moderno thriller gótico irlandés, con ecos de la "Rebecca" de Hitchcock, sobre la peligrosa relación entre una joven estudiante y su profesor y amante.
Ophelia, una joven estudiante de Inglés, se enamora de su carismático profesor, Michael. Tras la muerte accidental de la esposa de Michael, Ophelia se muda a Irlanda para vivir con él, justo cuando empiezan a aumentar las sospechas sobre la muerte de su mujer. Mientras Ophelia ocupa el espacio de la difunta, deberá descubrir si es el fantasma de la esposa de Michael quien la persigue, o su propio sentimiento de culpa. (Filmin)
Dónde se puede ver la serie
La hora del ambiente gótico
El arte del engaño, por una pequeña moda o simple confluencia, forma parte de una serie de ficciones que toman para ambientarse los efluvios del estilo de la ambientación gótica. Los dos principales títulos recientes que se asientan en estas directrices son La maldición de Bly Manor y Rebeca. La diferencia de El arte del engaño, es que se aleja de la opulencia aristocrática que sí contienen las otras dos obras.
En efecto, hay caserones antiguos, paisajes brumosos, localizaciones tétricas y presencias perturbadoras. No obstante El arte del engaño es más mundana, en parte por la historia, en parte por un presupuesto más menguado. No hay un palacete con decenas de habitaciones, todo es más modesto, y con tesituras más policíacas. Particularmente, es cierto, en la prensa de Reino Unido se ha hecho hincapié en los parecidos con Rebeca y la obra de Daphne du Maurier. A estas correlaciones añadiría Luz que agoniza (1944), de George Cukor.
Todo empieza, no obstante, con otro tópico. La relación que comienza a mantener un docente con una alumna. En concreto el profesor de literatura de Cambridge, Michael Callaghan (Emmet J Scanlan) con la estudiante Ophelia Marsh (Emily Reid). La relación, que además es adúltera, va de más a más y concluye con el embarazo de la joven. Sin embargo, de buenas a primeras, Michael desaparece sin dejar ni rastro. Finalmente Ophelia averigua que está en Knockdara, un pueblecito de Irlanda.
El retiro irlandés
La causa de de la desaparición de Michael tiene un motivo sobradamente fundado, el fallecimiento de su mujer, Roisin Mulvery (Catherine Walker). La causa de la muerte es un incendio ocurrido en una de las habitaciones de la casa que la familia de Michael tiene en Knockdara desde hace varias generaciones. A partir de aquí se produce toda una barahúnda de datos en torno a la relación entre Michael y Roisin. Desde el perfecto conocimiento, por parte de la esposa, de los deslices extramaritales del profesor, hasta un íntimo sentimiento de envidia de éste hacia el éxito como novelista de su mujer.
De cualquier modo, El arte del engaño entra en velocidad crucero y a ratos muestra un ritmo de acontecimientos y de información absolutamente enfebrecido. De momento, ocurre la anómala situación de que Ophelia, que ha ido a buscar a Michael, se establece temporalmente en la casa de Knockdara junto con el escritor. Justo después de haber enterrado a su mujer. Ophelia, casi desde el inicio de su estancia, comienza a percibir perturbadores indicios en el caserón del pueblecito irlandés. Algunos de ellos inexplicables.
La joven tiene la sensación de que o bien el fantasma de Roisin está rondándola, o bien de que está perdiendo el juicio. Y a partir de aquí la trama mantiene un definitivo trazo sinuoso donde, valga el tópico, nadie es lo que parece, y los giros vienen uno detrás de otro. Incluso podríamos decir que El arte del engaño tiene su propia señora Danvers, la pérfida ama de llaves de Rebeca. Se trata de la madre de Roisin, Mary (Eleanor Methven), que profesará cierta antipatía hacia Ophelia.
En busca de la verdad
Como buen thriller, El arte del engaño se fundamenta principalmente en el descubrimiento de un misterio. Sin embargo, acaban siendo demasiadas personas las que buscan la verdad, de tal modo que aparecen numerosas subtramas de interés dispar. Incluso algunas son callejones sin salida, sin mucho valor. A cada episodio nos encontramos con más personajes que se van involucrando en mayor grado en la trama, produciendo cierto agobio narrativo.
Esto hace que el guion de la impresión de estar comprimido, como si en 180 minutos se hubieran querido condensar demasiadas ideas y enigmas. En este aspecto podemos encontrar una característica positiva, es realmente difícil aburrirse con El arte del engaño. Tendremos la sensación de ir un poco a salto de mata, pero a cambio la serie nos exigirá constantemente nuestra atención.
No se trata tampoco de una historia particularmente original, más bien aglomera una serie de características historias tipo. Está el toque telenovelesco de la relación profesor-alumno, con resultado incluso de embarazo. También el ambiente fantasmal de un caserón que tiene pinta de abrigar todo tipo de secretos. Y por último una calculada sensación de ambigüedad, generalizada a todos los personajes. Algunos de ellos pueden pasar de aliados de Ophelia a villanos en un solo momento.
El acabado
Además de la ambigüedad moral, la otra gran baza de El arte del engaño es la más que aceptable ambientación. Tanto el pueblecito irlandés como el caserón de Knockdara tienen ese aspecto lúgubre de los lugares apartados y amenazantes, pero no exentos de belleza. Son localizaciones sencillas pero eficaces. El pueblo ofrece una sensación de incomodidad, como si Ophelia jugara siempre en campo contrario y fuese escrutada con ojos de desconfianza.
El caserón por su parte no es ni Bly Manor ni Manderley, más bien es una vivienda vinculada a la familia de Michael desde hace varias generaciones. La arquitectura no es apabullante, pero es suficiente para generar una interesante cantidad de inquietud. En el apartado actoral no hay nada particularmente destacable, limitándose el elenco a cumplir airosamente el expediente.
Como Paul Mescal participa en Normal People, una de las series del año, se tiene la sensación de que su papel está un tanto desaprovechado; y quizá si debería tener un peso específico mayor. Emmet J Scanlan es un protagonista un tanto normalito, aunque Emily Reid da una buena réplica y acaba siendo el mejor personaje principal. Hay algunos personajes secundarios que aumentan el interés de El arte del engaño. Un ejemplo de ello es Hugh (Ian McElhinney), el padre de Michael, y también Mary, la madre de Roisin. Sus actuaciones son vigorosas y experimentadas.
Conclusiones de 'El arte del engaño'
El arte del engaño es un eficaz thriller psicológico de atmósfera gótica, que cumple airosamente con el cometido de entretener. En el debe se puede apuntar el carácter un tanto abigarrado de la trama en algunos momentos, y la sensación de tener demasiados frentes abiertos. No obstante, tiene una ambientación lograda y la suficiente cantidad de misterio como para disfrutarla durante una lluviosa tarde otoñal.
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