Ashkal, los crímenes de Túnez, el último largometraje del prometedor director Youssef Chebbi se articula como un thriller criminal ambientado en el Túnez reciente, posterior a la revolución que derrocó a Ben-Ali. Su retrato nocturno, casi fantasmal, contrasta con la filmación de imágenes impactantes, unas inmolaciones deslumbrantes y un simbolismo sorprendente a la hora de tratar el estancamiento político de la última década después de la revolución.

Programada en la Quincena de Realizadores de Cannes y en los festivales de Londres, Toronto o Sevilla, este thriller casi místico llegará a los cines el 6 de octubre de 2023 de la mano de Flamingo Films.



Ashkal, los crímenes de Túnez

Crítica de 'Ashkal, los crímenes de Túnez'

Ficha Técnica

Título: Ashkal, los crímenes de Túnez
Título original: Ashkal

Reparto:
Fatma Oussaifi (Fatma)
Mohamed Hassine Graya (Batal)
Aymen Ben Hmida (Amir)
Rami Harrabi (El hombre del capó)
Oumayma Meherzi (Lilia)
Ghalia Jebali (Aya)
Adel Monam Khemis (Sami)
Hichem Riahi (Lassaad)
Nabil Trabelsi (Bouhlel Jilani)
Barrie Marleen (Fanta)
Bahri Rahali (Jilani)
Daniel Guikpa (Subsahariano 1)
Céline Yaho Amenan (Subsahariano 2)
Fatma Felhi (Agente de la IGPN)
Imen Badarjah (Médico forense)
Youssef Oueslati (Doctor)

Año: 2022
Duración: 94 min.
País: Túnez
Director: Youssef Chebbi
Guion: François-Michel Allegrini, Youssef Chebbi
Fotografía: Hazem Berrabah
Música: Thomas Kuratli
Género: Thriller. Intriga
Distribuidor: Flamingo Films España

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Tráiler de 'Ashkal, los crímenes de Túnez'

Sinopsis de Ashkal

En los Jardines de Cartago, un barrio de Túnez creado por el antiguo Régimen y cuya construcción se detuvo al comienzo de la Revolución, dos policías encuentran un cuerpo calcinado en uno de los solares. A medida que la construcción de la zona se reanuda lentamente, comienzan también a investigar este misterioso caso. Cuando el evento se repite, el caso da un giro desconcertante. (Flamingo Films España)

Dónde se puede ver la película en streaming



El jardinero de Cartago

Lo fácil para solucionar un caso es cerrarlo en falso. Un cuerpo calcinado sin signos de violencia es un suicidio. Ir más allá sería de metomentodo. Fatma y Batal son de ese tipo de policías, si todas las piezas no encajan es que no es un puzzle. Los cuerpos calcinados se van sucediendo sin explicación aparente en el barrio. Las estructuras de hormigón son el escondite de un mal que acecha. Víctimas sin relación aparente mueren bajo el fuego. Su persistencia en la investigación les llevará a una silueta en la oscuridad.

Ashkal, los crímenes de Túnez se adentra en las interioridades de la sociedad tunecina. No hay mejor análisis sociológico que el cine negro para radiografiar los mecanismos de una comunidad. Vemos la vertiente religiosa, los estamentos de orden, incluso nos quedamos con ganas de más en ese conocimiento de Túnez.

Ashkal, los crímenes de Túnez
Copyright Flamingo Films

Inmolar-se

No sólo se inmolan las personas, también los sistemas. El mundo árabe tras su primavera sufrió una serie de convulsiones que transformaron la zona. Los regímenes autoritarios daban lugar a sistemas populistas que tienen que luchar por mantenerse. La dualidad entre estado y religión es muy difusa en esos países por lo que su capacidad de ignición es altísima.

Otra película, superior en este caso a Ashkal, los crímenes de Túnez es el Cairo Confidencial (2017). Contiene un hilo argumental más potente y desarrollado. Sin embargo ambas beben de los mismos lugares, sociedades con lugares oscuros, con disputas de poderes, donde siempre hay un inocente que paga los platos rotos. Ese no levantar la voz por lo que pueda pasar, está muy vivo en ambos films.

Ashkal, los crímenes de Túnez
Copyright Flamingo Films

Levantar las alfombras

Una de las tramas secundarias dentro de Ashkal, los crímenes de Túnez, injustamente cerrada es la corrupción policial. Cuando los sistemas autoritarios mueren quedan rescoldos en todos sus estamentos. Toda clase de abusos policiales eran las prácticas habituales hace unos años, y ahora se quiere y se necesita pasar página.

Todas las prácticas antidemocráticas son analizadas en una comisión en la que participa el padre de nuestra protagonista. Este parentesco le genera dificultades dentro del cuerpo. Este antagonismo entre el policía moderno y el antiguo, lo podemos ver en películas como La isla mínima (2014). Figuras que cambian de un régimen a otro sin apenas hacer ruido. Pasan de comunistas o fascistas a ejemplares demócratas sin decir esta boca es mía. Esas sombras que se vuelven lugares comunes del sistema, siempre han estado ahí y morirán estando ahí.

Por otro lado Batal, aunque policía poco ortodoxo quiere colaborar en la limpieza del sistema policial. Sus ideas se mueven entre la conciencia de los horrores cometidos y la necesidad de sobrevivir en un mundo complejo. Tiene una familia, algo por lo que merece la pena luchar y será el late motiv de su personaje durante toda la película.

Ambos Fatma y Batal desde la melancolía y la violencia tienen sus luchas particulares. La lucha de Fatma con el amor tampoco tiene un hilo claro, nos deja un personaje muy apetecible para desarrollar en una hipotética segunda parte.

Mohamed Hassine Graya
Copyright Flamingo Films

Un espíritu inflamable

Aunque Ashkal, los crímenes de Túnez se maneja a lo largo de su hora y media de metraje en un tono oscuro, sobrio, típico del cine negro, el final tiene más que ver con la radicalidad y la pirotecnia. Una película que sigue con los patrones de este tipo de cine de género, quizá demasiado al pie de la letra y que sin embargo cuenta con tramas muy interesantes (relación Fatma, crímenes policiales) quedan incomprensiblemente olvidadas o cerradas en falso.

Sin embargo su final destaca por encima del resto de la película. Te deja con ganas de saber más sobre ese barrio y su espíritu dispuesto a combustionar.

Reportaje de Ashkal, los crímenes de Túnez en Días de Cine TVE

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