¡¡Ya está aquí!! Por fin ha llegado Bad Boys for Life, la esperadísima tercera entrega de los policías Mike Lowery y Marcus Burnett,  o lo que es lo mismo, el regreso de una de las parejas con más química del cine de acción actual: Will Smith y Martin Lawrence.

Los Chicos Malos están de vuelta

Bad Boys for Life, que es así como se titula esta tercera entrega, ofrece al seguidor lo que viene buscando, comedia y acción a raudales siguiendo la misma línea de sus antecesoras, pero con tres ausencias muy notables que ensombrecen, quizás, esta última aventura de estos dos policías de Miami.

Bad Boys for life
Will Smith y Martin Lawrence han vuelto

Tres ausencias notables

En primer lugar la dirección. Aquí se estrenan en su debut en Hollywood Adil el Arbi y Billah Fallah, dos directores de origen belga especializados en la televisión y en el campo del largometraje, con títulos como Image (2014), Black (2015) y Patser (2018).

El arbi Fallah
Los directores Adil el Arbi y Billah Fallah

Su estilo visual es bastante parecido al de  Michael Bay, del que se nota su admiración, pero muy lejos de la espectacularidad visual que nos ofrece el  mago de las explosiones en sus dos anteriores entregas. Las escenas, por otra parte, son impresionantes, cargadas de ese frenetismo característico de la franquicia, pero no alcanzan el don que Bay posee  para filmar las persecuciones, tiroteos o peleas que suceden en cada una de sus aventuras.

En segundo lugar, y de ello os voy a dar mi particular opinión en breve en el siguiente apartado, es su música. Fatal elección una vez más al confiar en un compositor tan impersonal y plano como Lorne Balfe (M: I 6). Otro alumno de la factoría Zimmer que se dedica a explotar todos los conocimientos de su mentor, y que nuevamente vuelve a perderse musicalmente como ya hizo en la última entrega de la franquicia Misión Imposible.

Lorne Balfe
El compositor Lorne Balfe

Y en tercer lugar un villano sin fuerza, muy a años luz de ese magnífico Jordi Mollà con ese acento cubano inolvidable que se come con su carisma la segunda parte .

La Química Salvadora

Aun así, el filme cumple con su cometido, con un Will Smith on fire volviendo a hacer equipo junto a un Martin Lawrence quizás en un escalón por debajo de Smith, pero solventando correctamente toda clase de situaciones disparatadas que se suceden a lo largo del metraje.

La Música de Bad Boys for Life

Como ya os he dicho en anteriores líneas, el que fuera  alumno de Hans Zimmer,  Lorne Balfe, ha sido el elegido para sustituir a Trevor Rabin, autor de la psicodélica partitura que compuso para la segunda entrega, que, también a su vez, sustituyó la espectacular, potente y alucinante composición de Mark Mancina para la primera aventura de Mike y Marcus.

El error de Bay

Personalmente, creo que Bay se equivocó en su día dándole carta blanca a Rabin, que fusiló el enorme trabajo de Mancina, sin respetar en ningún momento su trabajo, construyendo una composición totalmente techno sin base alguna, con momentos aceptables, pero poco más.

El Score

En esta tercera entrega Balfe, recupera el magnífico tema principal compuesto por  Mancina y que, sin ninguna duda, refleja tanto el carisma duro  como la personalidad de este par de policías . La guitarra eléctrica dota de esa fuerza a la melodía como también  sabe  personificar el lugar donde acontece la trama, Miami, bajo sonidos caribeños como los timbales y la emergente percusión.

Bad Boys for life
En esta ocasión será Mike el objetivo de los villanos del filme

El Toque Balfe

Dicho tema principal es machacado constantemente en casi toda la totalidad del Score. En el que el compositor, sin plantear ningún rumbo fijo, lo utiliza para intentar ilustrar la acción en temas como It's Good Shit Lieutenuant.

Un corte en donde simplemente se dedica a golpear la percusión insistentemente junto al tema central, fusionándolo junto a una base coral que no aporta intensidad ninguna, patrón que repetirá en otro fragmento: We're Dangerous People.

El efecto Mancina

También comprobamos muchos momentos donde Balfe toma prestado el frenetismo de  Mancina intentando aproximarse al estilo de este último con poco éxito en su ejecución,  en cortes como God's Gun, por poner un ejemplo.

Las lecciones del Maestro

La impersonalidad de Balfe en este trabajo está muy presente en cortes como Take Back What's Ours. Donde las progresiones son muy parecidas a las de su mentor, utilizando sencillos movimientos de programación electrónica que intentan dar profundidad al lado oscuro de los villanos del filme.

Prayer es otro ejemplo muy similar al tema antes mencionado, donde encontramos nuevamente al sintetizador como  hilo conductor dramático,  incluso podemos decir que toma prestado el estilo de Steve Jablonsky para una de sus mejores obras, Transformers.

Conclusiones

Equivocación nuevamente en dejar las riendas musicales a un compositor tan plano como Balfe. Pero lo más grave de esto es que simplemente toma lo mejor del trabajo de Mancina y se dedica a explotarlo, incluso  simula su potente estilo, que fue una pieza clave en la primera entrega.

El trabajo de Balfe, simplemente es un corta y pega al que inserta la potencia de la percusión, algo que debo aceptar que funciona para intensificar las persecuciones automovilísticas o la acción del filme. Pero, tristemente, el vacío de Mancina es muy difícil de llenar y aunque Balfe lo intenta, fracasa estrepitosamente al no personificar su música.

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