Being Maria es la nueva película de la realizadora francesa Jessica Palaud (conocida por Back Home), quien se propone deconstruir la vida de la actriz María Schneider tomando como punto de partida su participación en El último tango en París. Este biopic se adentra así en uno de los capítulos más tristes dentro de la historia del cine moderno, dando voz a una historia que, hasta hace poco, había sido silenciada. Con motivo del Atlántida Mallorca Film Fest 2025 (del 27 de julio al 27 de agosto en Filmin), hoy os contamos qué tal está la película y si triunfa en su acercamiento a tan controversial tema. Puedes leer aquí otra crítica realizada por Cinemagavia de esta película.
Crítica de 'Maria (Being Maria)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Being Maria
Título original: Maria
Reparto:
Anamaria Vartolomei (Maria Schneider)
Matt Dillon (Marlon Brando)
Giuseppe Maggio (Bernardo Bertolucci)
Hugo Becker (Marc el director)
Marie Gillain (Marie-Christine Schneider)
Yvan Attal (Daniel Gélin)
Céleste Brunnquell (Noor)
Stanislas Merhar (Behrman, el agente)
Alexandre Ionescu (Luis, el ingeniero de sonido)
Swann Dupont (Escritura de tango)
Jérémy Charvet (Puntero de tango)
Annaig Briand (Mujer cervecera)
Patrice Tepasso (Vittorio Storaro)
Aurélie Garault (El maquillador Daniel Gelin)
Año: 2024
Duración: 102 min.
País: Francia
Director: Jessica Palud
Guion: Jessica Palud, Laurette Polmanss. Novela: Vanessa Schneider
Fotografía: Sébastien Buchmann
Música: Benjamin Biolay
Género: Drama. Biográfico
Distribuidor:
Tráiler de 'Maria'
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Sinopsis de 'Being Maria'
La corta carrera y la trágica vida de la estrella de 'El último tango en París', Maria Schneider, a la luz del post #MeToo. La actriz de 'El acontecimiento', Anamaria Vartolomei, interpreta a Schneider mientras que Matt Dillon encarna a su compañero de reparto Marlon Brando. La película sigue en parte la controvertida producción y las desgarradoras consecuencias de la obra maestra de Bernardo Bertolucci de 1972, un hito que convirtió a Schneider en un icono al tiempo que la encerraba en una imagen sexualizada de la que nunca pudo escapar.
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Momentos que cambian el transcurso de una vida
El ser humano es el resultado de todas las cosas que ocurren en su día a día. Desde las acciones más convencionales a las más excepcionales, todas construyen la persona que somos y que seremos. Sin embargo, hay acciones y episodios que nos moldean, que nos dejan huella y que marcan el camino que recorreremos hasta nuestro final. En el caso de Maria Schneider, son dos los capítulos que condicionaron su vida: la ausencia de la figura paterna y el rodaje de El último tango en París.
Being Maria se adentra en la psique de la actriz a través de ambos hechos para dar forma a una idea principal: María era tratada como un objeto, alguien cuyo papel en la vida parecía ser el pertenecer a alguien o el obedecer sin miramientos. Being Maria remarca esto desde primera hora a través de las figuras paternas, quienes no dudan en maltratarla cuando actúa en contra de sus deseos, tal y como hace su madre, o exhibirla como un trofeo para después olvidarse de ella, siendo este el caso del padre, haciéndola sentirse sola.
Es ahí cuando surgen Bernardo Bertolucci y Marlon Brando, dos figuras con experiencia y reconocimiento que la acogen, supuestamente, como una más. Being Maria hace un excelente trabajo a la hora de representar la doble moral del cineasta italiano y la excentricidad abusiva del interprete, dando forma a dos personajes ajenos a la realidad que consideran el arte como algo superior a la vida misma.
Una vorágine de autodestrucción
Las consecuencias del rodaje son caóticas, y así lo expone Being Maria. La interprete vivió a la deriva entre rodaje y rodaje, abusando de diversas sustancias y relacionándose con todo tipo de personas, pasando a ser un juguete roto de una industria podrida. Esto se ve reflejado a la perfección en la actuación de Anamaria Vartolomei (a quien hemos visto recientemente en Mickey 17 o El conde de Montecristo), cuya expresiva y absorbente mirada nos adentra en su diluida mente.
No solo la secuencia de la violación presenta un nivel actoral excelente, recreando a la perfección la infame secuencia con una frialdad imponente y con un acertado uso del montaje para señalar a los testigos y culpables, si no que toda la película es un ejercicio de lucimiento sensacional para la joven actriz. Quizá pueda pecar de una cierta ausencia de expresividad en determinadas secuencias, pero esto lo zanja con el rango que plantea en secuencias como la confrontación con su pareja o la entrevista final.
Junto a ella encontramos un elenco algo irregular, destacando de forma positiva la interpretación de Matt Dillon (conocido por La casa de Jack) como un enigmático y amoral Marlon Brando, y de forma negativa la interpretación de Céleste Brunnquell como Noor, la joven estudiante que acaba forjando una relación con María.
Me gustaría profundizar brevemente en esto último, ya que considero que es uno de los ejes que articula Being Maria. La relación entre María y Noor supone un triste reflejo de las relaciones que esta ha tenido previamente en la cinta, siendo ahora María la que tiene el control y la experiencia. La cinta juega con la ironía señalando lo inevitable: María, en su afán por huir de esas relaciones, ha acabado adoptando rasgos de las personas que la marcaron. Being Maria busca hacer justicia con la interprete, pero no por ello evita abordar de forma directa sus problemas.
El arte no lo justifica todo
La dirección de Jessica Palaud, cineasta aún en ascenso con tan solo una película a sus espaldas, resulta interesante aunque un tanto superficial. Digo esto porque, aunque se plantean buenas ideas en cuanto a puesta en escena, estas no son novedosas ni memorables. En la puesta en escena destaca el uso de los espejos (que permite entender las intenciones de ciertos personajes) y el uso de primeros planos de los rostros, así como el tratamiento del color que simula lo visto en el cine de la década de 1970.
Más allá de esto, la dirección no consigue sorprender en lo más mínimo, haciendo de esta una cinta convencional que dista mucho de acercarse a los códigos de Bertolucci. A fin de cuentas, hay que ser claros en una cosa: como persona era despreciable, pero como director pocos consiguieron ser tan detallados y perfeccionistas como él.
Como las comparaciones son odiosas, solo puedo decir que Being Maria cumple en su puesta en escena, pero podría dar mucho más de sí. Algo similar ocurre en el guion, que destaca por dar constantes saltos temporales que impiden, entre otras cosas, comprender mejor a sus personajes o emocionarse con ciertos puntos de la trama.
Being Maria pretende centrarse en momentos muy concretos de la vida de la interprete, y no todos los que se presentan tienen la misma importancia. El resultado es un biopic que, aunque hace bien su trabajo a la hora de exponer y denunciar un abuso, no nos permite conocer bien a fondo a sus personajes principales.
Conclusión de 'Being Maria'
Being Maria es una reinterpretación acertada, aunque un tanto convencional, de la vida de una de las actrices más controversiales del cine moderno. La dirección de Jessica Palaud es efectiva pero poco memorable, siendo quizá el aspecto más reseñable de la cinta la actuación de su protagonista, la hipnótica Anamaria Vartolomei.
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