La Sala Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía de Madrid acoge el estreno de Cortázar en juego, dirigida por Natalia Menéndez. A partir textos del autor argentino, José Sanchis Sinisterra y Clara Sanchis construyen un recorrido teatral que entrelaza fragmentos emblemáticos de Cortázar con otros menos conocidos. Pablo Rivero y Clara Sanchis, como guías a través del laberinto cortazariano, dan voz y vida a los textos.
Cortázar en juego puede disfrutarse hasta el 7 de noviembre de 2024 en la Sala Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía de Madrid. De martes a sábado a las 19.00 h y los domingos a las 18.30
Título: Cortázar en juego Título original: Cortázar en juego
Reparto: Pablo Rivero
Clara Sanchis
Duración: 80 min. apróx. Dirección: Natalia Menéndez Dramaturgia: José Sanchis Sinisterra y Clara Sanchis Texto original: Julio Cortázar
Ayudante de dirección: Valle del Saz
Escenografía: Mónica Boromello
Música y espacio sonoro: Mariano Marín
Iluminación: Pilar Valdelvira
Vestuario: Laura Ferrón
Jefe de prensa: Nico García
Producción ejecutiva: Chusa Martín Producción: Entrecajas Producciones Teatrales
Tráiler de 'Cortázar en juego'
Sinopsis de 'Cortázar en juego'
Cortázar en juego es un espectáculo creado a partir de los textos del autor argentino Julio Cortázar, un viaje teatral a través de sus mundos con la fuerza expresiva de sus palabras, el atractivo de las historias, el enigma de sus personajes. Historias entrelazadas que surgen una de otra, como en un juego de muñecas rusas, historias cruzadas, historias que buscan su propia correspondencia como en el juego de la rayuela. La música, tan presente en los textos de Cortázar será un elemento cómplice, un generador de unión.
Un espectáculo sin precedentes con una dramaturgia de José Sanchis Sinisterra y Clara Sanchis sobre textos de Julio Cortázar. (TEATRO DE LA ABADÍA).
El universo de Cortázar
Onírica, lúdica, surrealista, subversiva, la vastísima producción narrativa de Julio Cortázar es un pilar del boom hispanoamericano del siglo XX y un terreno fértil que aún cautiva y desafía a quienes se adentran en él. Su estilo es único e inimitable. Su experimentación formal, que empuja los límites lingüísticos y entrelaza lo cotidiano y lo fantástico, explora profundidades inesperadas en lo absurdo y ofrece interminables niveles de interpretación. Es imposible quedarse indiferente ante la lectura de Rayuela, ante las vicisitudes de los cronopios o ante cuentos como Casa tomada. Mientras muchos lo consideran maestro del relato y veneran sus textos, otros lo detestan por pretencioso y confuso.
Si se reconocen entre los primeros, es más que probable que Cortázar en juego les reporte una experiencia deliciosa. Un reencuentro con los textos desde un nuevo ángulo, donde las palabras cobran vida de manera sorprendente e inesperada. La selección y disposición de los fragmentos llevada a cabo por José Sanchís Sinisterra y Clara Sanchís renuncia a ofrecer una línea argumental clara para decantarse por algo más emocional y lírico, lleno de sorpresas y texturas. Las escenas se superponen ágilmente, como piezas de un collage, a la manera fragmentada de Rayuela.
Con las palabras sí se juega
La directora Natalia Menéndez se enfrenta al difícil reto de llevar la atmósfera y la complejidad de los textos de Cortázar al espacio escénico. Para ello, cuenta en primer lugar con las interpretaciones de la magnética y poderosísima Clara Sanchis y de Pablo Rivero, que aporta un aire de ingenuidad y de ternura casi infantil. Ambos asumen múltiples papeles, llenos de matices. La ironía, la ambigüedad, la complejidad, el miedo, el juego, la poesía… La química y el contraste entre ambos, el juego que entablan con la palabra capturan la esencia del autor y resultan fascinantes.
Especialmente acertada es la escenografía de Mónica Boromello. Con elementos sencillos crea un espacio surrealista que evoca también la fragmentación de los textos. Los elementos escenográficos se transforman y adquieren nuevos significados conforme las escenas se suceden. De igual modo, el vestuario de Laura Ferrón es modulable, con piezas que se quitan y ponen en función de las necesidades. Las texturas, los estampados y otros elementos nos trasladan a la década de los setenta. El cuidadísimo espacio sonoro de Mariano Marín y la iluminación de Pilar Valdelvira terminan de crear la atmósfera envolvente de esta experiencia teatral, lúdica y poética.
Conclusión
Cortázar en juego es un homenaje a la obra del autor de Rayuela, una celebración del ingenio, de lo lúdico y lo poético, que transita entre la complejidad y un tono que a veces roza lo naif. Con las interpretaciones exquisitas de Pablo Rivero y Clara Sanchis y una puesta en escena sugerente, la propuesta se convierte en una oportunidad de descubrir nuevos significados de los textos de Cortázar y de apreciar su vigencia. Una invitación irresistible a participar en el juego de la literatura.