Coque es el primer cortometraje que escriben y dirigen el actor Juanma Falcón (Pulseras rojas) y el productor Miguel Ángel Faura (Enemy). Rodado en Huesca y con una duración de veinte minutos. Coque ha recogido el premio a Mejor Cortometraje en el Festival De Cine De L'Abdet además de tres nominaciones en los Premios Fugaz por Mejor Fotografía, Mejor Dirección Novel y Mejor Fotografía.
Crítica de 'Coque'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Coque
Título original: Coque
Reparto:
Álex Losada
Pau Roca
Aleida Torrent
Roc Abad
Jimena Chiorazzo
Marta Bayarri
Alzira Gómez
Miquel Gelabert
Año: 2021
Duración: 20 min.
País: España
Director: Miguel Ángel Faura, Juanma Falcón
Guion: Miguel Ángel Faura, Juanma Falcón
Fotografía: Josep Pardo, Pau Muñoz
Música: Dani Ferrer
Arte: Berta Llargués
Montaje: Domi Parra
Sonido: Victor Marín, Álvaro De Iscar
Género: Ficción
Productora: SOMOS ACME S.L.
Distribuidor: Selected Films Distribution
Sinopsis
Coque, un niño de 11 años, viaja junto con su hermano pequeño, al pueblo de sus abuelos para pasar las vacaciones de verano. Durante esos días de calor y hartazgo, conocerá a Vanessa, la sobrina de la panadera. Ese encuentro le despertará sensaciones hasta la fecha desconocidas para él, las cuales deberá gestionar sin contar con el apoyo ni la comprensión de su entorno.
Jugando a ser adulto
El peso recae sobre el joven Àlex Losada, que parece comprender a la perfección a su personaje, Coque, dándole vida con intensidad y frescura. Coque nos lleva a las primeras emociones intensas e indescriptibles que nos provoca el descubrimiento del amor. Al mismo tiempo, lucha contra la frustración del abandono. Testigo y víctima, Coque, a diferencia de su hermano pequeño, es consciente de la situación. Enfocando las conversaciones entre adultos desde su mirada, Losada sabe transmitir la soledad, la tristeza y la ira que invade a Coque, mientras lucha por no abandonar la niñez prematuramente.
En un paraje retenido en el tiempo, el pueblo donde transcurre la narración se asemeja a tantos y tantos lugares del territorio español, que podría ser cualquiera de los que guardan los recuerdos propios. En ellos, muchos fuimos Coque, visitando a nuestros abuelos, correteando por las calles desangeladas, buscando entretenimiento sin apenas recursos más que los del propio entorno. Lugares de calor seco en los que se combinaba la desidia con la fascinación. El escenario del primer amor para muchos, amores de verano que cargar en la maleta al marchar.
La escenografía noventera
Josep Pardo y Pau Muñoz, los directores de fotografía, nos introducen con los planos conjunto en el pueblo, casi apreciamos el calor que desprenden las calles. Al detalle, la dirección nos introduce en la piel de Coque. Ambientado a principios de los años noventa, utilizan con inteligencia este recurso para llegar al corazón del espectador. La escenografía es la herramienta para enternecer. Vestuario y decorado en interiores especialmente nos resultan tan familiares que es sencillo introducirnos en la historia.
Narrado con madurez, el guion de Coque es mucho más de lo que aparenta. Un vistazo a esos niños casi perdidos entre la marea de padres separados en una época en la que esas situaciones aún comenzaban a normalizarse a ojos de la sociedad. Unas pocas frases certeras nos hacen comprender inmediatamente. Mientras los adultos rehacen sus vidas, los niños intentan mantener su niñez, cargada de inocencia e ilusión. Coque, como hermano mayor además, es la espalda que carga con el peso de la situación, empujado a madurar lo suficiente para afrontar el reto. Esto enternece al espectador, que disfrutará de esos veinte minutos de visionado y al que invito a prestar atención al detalle.
Conclusión de 'Coque'
Coque es un cortometraje tan cargado de ternura como de crudeza. Velada por los ojos del niño protagonista, la realidad que le rodea nos produce una empatía instantánea. Ignorado por sus adultos, Coque intentará vivir su propia historia, y nosotros procuraremos acompañarle. Es importante no dejar de lado la crítica sagaz que puede leerse entre líneas: sea cual sea la situación de un adulto, nunca debe olvidar a sus niños. Todos tenemos un niño interior, a veces grita, otras se mantiene aletargado. Ese es el niño que Faura y Falcón despiertan: el nuestro.
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