Situándonos en un panorama de series de televisión que compiten por la máxima notoriedad posible, Cuando nadie nos ve se arriesga bajando el volumen para que podamos apreciar esos susurros que Enrique Urbizu realiza entre cirios y katanas. Sí, en la andaluza Morón de la Frontera. Sí, con el seguro de tener a Maribel Verdú en cualquier papel que le des. La primera serie original española de Max se cuece a fuego lento, entre el aroma del incienso y la rigidez militar estadounidense, un interesante ejercicio de contrastes que merece ser comentado. Estreno en Max el 7 de marzo de 2025.
Crítica de 'Cuando nadie nos ve'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Cuando nadie nos ve
Título original: Cuando nadie nos ve
Reparto:
Maribel Verdú (Lucía Gutiérrez)
Mariela Garriga (Magaly Castillo)
Austin Amelio (Andrew Taylor)
Dani Rovira
Ben Temple (Coronel Seamus Hoopen)
Lucía Jiménez
Eloy Azorín
María Alfonsa Rosso
Abril Montilla
Lorca Prada
Lucía Paredes
Virginia de Morata
Ana María Vivancos
Año: 2025
Duración:
País: España
Director: Daniel Corpas (Creador), Enrique Urbizu
Guion: Daniel Corpas, Arturo Ruiz, Isa Sánchez, Germán Aparicio, José Antonio Valverde. Novela: Sergio Sarria
Fotografía: Unax Mendia
Música:
Género: Thriller. Intriga
Distribuidor: Max
Tráiler de 'Cuando nadie nos ve'
Dónde se puede comprar la novela
- Sarria, Sergio(Autor)
Sinopsis
La trama se desarrolla durante la Semana Santa de 2024 en Morón de la Frontera, un pueblo de Sevilla situado junto a la base área del ejército estadounidense, donde conviven con naturalidad la forma de vida americana con las tradiciones de la Andalucía profunda.
Lucía Gutiérrez (Maribel Verdú) es una sargento de la Guardia Civil que investiga el insólito suicidio de un vecino y unos extraños sucesos acaecidos en la primera procesión de Semana Santa. Magaly Castillo (Mariela Garriga) es una agente especial del ejército de Estados Unidos enviada a la base de Morón para averiguar el paradero de un soldado americano desaparecido que parece estar relacionado con los negocios ocultos del Coronel Seamus Hoopen (Ben Temple), máximo responsable de la base área. El solitario policía militar, sargento Andrew Taylor (Austin Amelio), acompaña a Magaly en sus pesquisas.
Enseguida descubren que ambas investigaciones están conectadas, que el caso es más complejo de lo que inicialmente habían supuesto y que involucra tanto a vecinos de Morón como a militares americanos de la cercana base. (Max)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Protocolos militares y religiosos
Cuando nadie nos ve nos sumerge en un universo de capirotes codeándose con los cascos militares. El director de No habrá paz para los malvados prioriza en esta ocasión un enfoque más sutil. La historia habla de dos investigaciones entrelazadas: un suicidio local sospechoso y la desaparición de un soldado americano. Es en esta intersección donde la serie encuentra su mejor pulso.
Maribel Verdú, encarnando a la firme sargento de la Guardia Civil Lucía Gutiérrez, termina siendo el mayor ancla narrativa. Su papel es sólido, como acostumbra, aunque no llega a sus más elevados niveles de excelencia porque el guion no da más de sí. La vemos pisar fuerte entre el devocionismo propio a la Semana Santa andaluza y la frialdad de los espacios militares. El peso de este contraste no es apoteósico en sus manos, pero sí se siente orgánico.
Cuestión de ritmo
A estas alturas no vamos a engañar a nadie: el ritmo de Cuando nadie nos ve es deliberadamente lento, suponiendo así una virtud contagiosa. ¿Por qué? Primero porque el director así lo precisa, de manera adecuada y propicia a la buena cocción de los elementos que terminarán explotando. Segundo, porque termina contagiándose de un ánimo algo exasperante impropio a un género así. Una bendición por una parte, ya que los detalles respiran su propio aire y los personajes huyen de los habituales arquetipos.
Dicho tempo pausado encaja sobremanera cuando la serie se tira al charco de la introspección y la soledad de los protagonistas. Ahí es donde todo crece, cuando Enrique Urbizu pone a prueba su maestría dejándonos entrever las grietas en esas artificiosas fachadas de devoción y disciplina militar. Insisto, en algún momento que otro la serie se regodea en su propia atmósfera, pero no pesa como para desengancharse de la trama principal.
Conflicto cultural
Si hemos de señalar el mayor brillo de Cuando nadie nos ve, debemos hablar de la exploración del choque cultural, religioso y entre países. Una clara yuxtaposición entre la tradición andaluza, tan característica incluso en España, y la presencia militar estadounidense. Un encuentro no exento de problemáticas lógicas pero siempre lejos del cliché como recurso. Sinceramente, se agradece.
A este respecto es bueno apuntar el enriquecimiento del elenco internacional, especialmente de Mariela Garriga y Austin Amelio. Ambos aportan interesantes matices a misma dinámica de la serie. No es el paradigma de la profundización o el desarrollo de los personajes, pero está bastante logrado en la línea de las complejidades culturales.
Sigue siendo España
Cuando nadie nos ve deja claro desde el principio que uno no va a ver la típica España, sin duda uno de sus objetivos. Morón de la Frontera es una especie de microcosmos tan peculiar como fascinante, una buena mixtura de tradición y modernidad. Uno de los peligros era hacer balanza de ambas realidades, ensalzar una y demonizar la otra, pero se exploran suficientemente las particularidades de su coexistencia.
Es más, es el tono del thriller lo que otorga mayor plenitud a este cometido, esto es, la serie de Enrique Urbizu se aventura a cuestionar la devoción ciega a las tradiciones, incluso religiosas, así como la desmesurada admiración a lo extranjero, sobre todo cuando es estadounidense. He aquí la reflexión más estimulante del relato.
Conclusión de 'Cuando nadie nos ve'
Cuando nadie nos ve aparece como una promesa fiable y acaba siendo una serie sólida que da más de lo esperado, suficientemente intrigante para mantener la atención, sin reinventar la rueda del género, pero sí aportando frescura. No dudes, prueba con la primera entrega seriada española de Max.
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