El drama carcelario creado por Daniel Écija, Álex Pina, Iván Escobar y Esther Martínez Lobato llegaba a su fin en la cuarta temporada de Vis a vis. Mientras que su primera etapa estuvo bajo la producción de Globomedia con Atresmedia Televisión, en las dos últimas temporadas se trasladó a FOX España. Gracias a ello, los fans acérrimos de la serie pudieron ver como sus presas televisivas cambiaban la cárcel de Cruz del Sur por la de Cruz del Norte. Esta cuarta entrega se estrenó el pasado 3 de diciembre de 2018, siendo su final el 4 de febrero de 2019.
Crítica de la cuarta temporada de 'Vis a vis'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Vis a vis
Título original: Vis a vis
Reparto:
Najwa Nimri (Zulema)
Alba Flores (Saray)
Marta Aledo (Tere)
María Isabel Díaz Lago (Sole)
Maggie Civantos (Macarena)
Año: 2018-2020
Duración: 45 min por capítulo apróx.
País: España
Creadores: Daniel Écija, Álex Pina, Iván Escobar y Esther Martínez Lobato
Guion: Iván Escobar, Esther Martínez Lobato, Daniel Écija, Álex Pina, Jesús Cañadas, Pablo Roa, Alberto Úcar y Adriana Rivas
Música: Manel Santisteban e Iván M. Lacámara
Fotografía: Miguel Ángel Amoedo
Género: Thriller
Distribuidora: FOX España
Tráiler de la cuarta temporada de 'Vis a vis'
Sinopsis de la cuarta temporada de 'Vis a vis'
La cuarta temporada de Vis a vis se sitúa tras la trepidante fuga en la que Zulema (Najwa Nimri), Saray (Alba Flores) y Altagracia (Adriana Paz) vivieron diversas aventuras en la República Dominicana durante unos meses. Las chicas son capturadas por la policía y vuelven a Cruz del Norte como reclusas. Sandoval (Ramiro Blas) es nombrado nuevo director de Cruz del Norte con el fin de restablecer la orden en la cárcel. Unas semanas después, el gran regreso de Macarena (Maggie Civantos) a Cruz del Norte pondrá patas arriba la prisión. (FOX ESPAÑA).
Donde se puede ver la serie
Con cárceles y a lo loco
La marea amarilla veía como el ciclo de la cárcel de Cruz del Norte cerraba el círculo con la cuarta temporada de Vis a vis. La ficción de Daniel Écija, Álex Pina, Iván Escobar y Esther Martínez Lobato ha sido uno de los títulos más aclamados por la audiencia y llegaba a su fin con el desenlace de las presas más famosas de España. En primer lugar, llevaba al espectador hacia lugares emocionales que no había descubierto previamente de sus protagonistas, pero se fractura esa idea tan original en un texto excesivamente rápido. Por lo tanto, durante los ocho episodios de la ficción televisiva se expone un conglomerado de situaciones en los que la forma de entrar en ellos se hace de abruptamente. No da tiempo a asimilar tanta acción y acontecimientos. Por lo cual, da una sensación de cajón desastre.
Como es lógico, han buscado cerrar las tramas más importantes de sus protagonistas, pero muchas de ellas encuentran su final de una manera que no hace honor al peso que han podido anteriormente. Al igual que ocurrió en la tercera temporada, hay varios momentos de vital importancia que pasan sin esa carga dramática que se merecían. En consecuencia, no proyecta implicación hacia al espectador, lo que hace que sea un espectáculo de acción y reacción constantes, sin pararse en profundizar en el efecto sensitivo que envuelve a esos personajes. Por suerte, durante los últimos tres episodios se ofrece una catarsis que sí deja en un punto alto a la serie, siendo un festín para la audiencia. Por desgracia, la exposición narrativa irregular de toda la temporada afecta, desgraciadamente, en el resultado global.
El matriarcado
La calidad del reparto coral de la cuarta temporada de Vis a vis sigue siendo exquisito, las actrices no defraudan y siguen manteniendo un trabajo actoral extraordinario. Como es lógico, Najwa Nimri vuelve a convertirse en la columna vertebral de la serie, a la cual no se le puede negar que tenga esa magia a la hora de meterse en la piel de Zulema. Mientras que sigue controlando toda esa potencia escénica, en este temporada también ha ofrecido una cara menos agresiva y más sentimental. Por lo cual, unas luces y sombras que Nimri regala al espectador en todo su esplendor. Después, la inagotable Alba Flores sigue en su salsa. Además, sabe mostrar la madurez que hay en su personaje con firmeza y un lenguaje expresivo que emociona al público en todo momento.
Por otro lado, destacar a una de las mejores interpretaciones de esta temporada, María Isabel Díaz Lago, la cual transporta a la audiencia hasta una introspección personal soberbia. Al igual que en las anteriores entregas, Díaz Lago no tiene dificultad en adentrarse en su personaje con una naturalidad y una ternura excelente, pero, en esta ocasión, va un paso más allá y se convierte en la protagonista absoluta de la ficción. Es un todoterreno interpretativo. Luego, Itziar Castro, Marta Aledo y Abril Zamora han crecido actoralmente en sus papeles, las tres se consolidan y dan una facción más que interesante. Inclusive, conectan con los espectadores e iluminan las escenas en las que participan. Por último, comentar que Berta Vázquez no brilla lo suficiente y se ha desaprovechado su participación en la serie, al contrario que Maggie Civantos, que vuelve con potencia, pisando fuerte y dejando boquiabierto al público.
Adiós con sabor amargo
Una de las razones que hizo del regreso de la ficción carcelera un acierto fue la mejora técnica en su tercera parte. En esta cuarta temporada de Vis a vis sigue manteniendo un cuidado estético espectacular. Para comenzar, la dirección de fotografía continúa siendo impoluta, además de saber dónde colocar la cámara para dar mayor énfasis en lo que está ocurriendo. Incluso, por el ritmo frenético de la narrativa, ha sabido calibrarlo para no ser una sucesión de escenas desbocadas y le da una estructura fácil de seguir y con un gusto espectacular. Por otra parte, la dirección artística se centra en la vida dentro de Cruz del Norte, pero establece varios simbolismos que dan ese toque especial. Sin embargo, en esta ocasión, no se luce como sí ha hecho en anteriores partes, aunque sigue siendo fantástica.
La utilización del color en esta serie es un factor artístico de gran importancia, ya que el amarillo se ha convertido en una insignia. Al igual que en el resto de la serie, no se pierde ese efecto y conlleva a obtener un gratificante resultado en la coherencia estética. No obstante, aunque todos los elementos técnicos son notables, el montaje ha tenido la dificultad de poder llevar una organización que no se dispare y confunda al espectador. Aunque ha dado un resultado maravilloso, no ha podido aplacar la rapidez de lo que ocurre en cada secuencia, lo que lleva a un atragantamiento también a nivel visual. Es decir, no se puede apreciar la construcción de la imagen al haber tanto en movimiento. Por último, hay ciertos cameos que pasan sin pena ni gloria, siendo tan anecdóticos que no tienen una justificación ni expresiva ni narrativa.
Conclusión
La cuarta temporada de Vis a vis ha sido un tren a toda marcha que se ha salido de los raíles al ir a tanta velocidad. El guion se ha apresurado en querer cerrar todas las tramas y ha obtenido un puzzle abrupto, desordenado y sin tiempo para asimilarlo. Sin embargo, su plantel interpretativo salva el resultado, volviendo a obtener unos trabajos actorales impecables. Por suerte, a nivel técnico se mantiene esa calidad visual, que ya es una insignia de la serie, aunque, tristemente, su montaje se haya visto influido por el exceso de momentos cumbre del libreto. En consecuencia, se convierte en una despedida agridulce que llega en sus últimos episodios con maestría, pero que flaquea en su desarrollo. Un oleaje vestido de amarillo que arrampla con tanta fuerza, que no deja huella.
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