Culpable es un remake de un thriller danés de 2018 con una sola localización, sobre una mujer secuestrada que busca ayuda. La última película de Antoine Fuqua es una mezcla de tensión y entretenimiento. Estreno en Netflix el 1 de octubre de 2021.
Crítica de 'Culpable'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Culpable
Título original: The Guilty
Reparto:
Jake Gyllenhaal (Joe Baylor)
Christina Vidal (Sargento. Denise Wade)
Eli Goree (Rick)
David Castaneda (Tim Gerachi)
Adrian Martinez (Manny)
Oscar Balderrama (Scott)
Becky Wu (Riva)
Bret Porter (Marion)
Riley Keough (Voz / Emily Lighton)
Peter Sarsgaard (Voz / Henry Fisher)
Año: 2021
Duración: 84 min.
País: Estados Unidos
Director: Antoine Fuqua
Guion: Nic Pizzolatto. Guion original: Emil Nygaard Albertsen, Gustav Möller
Fotografía: Maz Makhani
Música: Marcelo Zarvos
Género: Thriller. Drama
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'Culpable'
Sinopsis de 'Culpable'
La acción de la película transcurre a lo largo de una mañana en una centralita del servicio de emergencias. El operador Joe Baylor (Gyllenhaal) intenta salvar a su interlocutora, que parece estar en grave peligro. Pero pronto descubre que las cosas no son lo que parecen y que solo tiene una escapatoria: afrontar la verdad. (Netflix)
Dónde se puede ver la película
Angustia entre cuatro paredes
En Culpable nos encontramos con un tenso thriller sin cambio de escenarios, dirigido por Antoine Fuqua. Es una adaptación al mercado USA de la elogiada película danesa The guilty (Den Skyldige) de Gustav Möller. En esta versión se añade algo más de brillo made in Hollywood, lo que no mejora el conjunto necesariamente. El guion, por parte de Nic Pizzolato, no aporta demasiado a una historia que aporta poco a la visión danesa. La narración parte de la premisa de un operador de emergencias que recibe una llamada sobrecogedora de una víctima de secuestro que intenta disimular con su captor, mientras habla con el agente. La película de Brad Anderson, La última llamada, protagonizada por Halle Berry como operadora, es un claro referente.
Joe Baylor, interpretado por un demacrado Jake Gyllenhaal, es un problemático policía de Los Ángeles, con un matrimonio fallido y una salud débil. Desde las primeras escenas queda claro que está metido en serios problemas por algún incidente en el trabajo. A este respecto sigue recibiendo llamadas de la prensa. Ahora, mientras se investiga su caso, Joe ha sido reducido a lo que considera el nivel más bajo y humillante del cuerpo, como operador de emergencias telefónicas, recibiendo llamadas públicas, la gran mayoría de ellas sin importancia. Bien podía ser una continuación emocional del personaje que interpretaba en la muy destacada Sin tregua de David Ayer. Mientras tanto, los incendios forestales de California están creando una atmósfera continua y ambiental de crisis, como fondo asfixiante.
La llamada del deber
La rutina de Joe cambia cuando recibe la llamada de una mujer aterrorizada, olvidando cualesquiera que sean sus propios problemas, su sentido del deber policial entra en acción. Es capaz de dilucidar hábilmente exactamente cuál es la situación y cómo puede descubrir lo que está sucediendo a partir de unas pocas pistas. Los paralelismos con su propia situación familiar, tensa, sugieren al agonizante Joe que algún tipo de redención personal es posible. Siente que debería hacer algún intento desesperado por controlar y resolver toda la situación desde el teléfono. Procura ser cada vez más profesional y al mismo tiempo enloquece, aislándose del mundo y centrándose solamente en resolver ese problema. Casi como si creyera en que esa posible solución le haría alcanzar una salida a sus dificultades vitales.
Ambiente asfixiante
Inevitablemente, es una puesta en escena definida por la localización única. Los efectos dramáticos de primeros planos con la cara sudorosa del oficial y la voz distante al otro lado de la línea van perdiendo efecto con el avance del metraje. En un intento por compensar, quizás excesivamente, la falta de acción dramática convencional, tenemos una sucesión de primeros planos actuando de Gyllenhaal. Para mantener el nivel de tensión, el protagonista tiene que perder los papeles de forma extravagante, con gritos, salidas de tono y momentos de agonía confesional. Está bien destacar la actuación del que casi es la única aparición en pantalla, aunque quizás el tono de Gyllenhaal acaba resultando demasiado desquiciado.
Por otro lado podemos pensar que Fuqua intentaba conseguir un carácter más cercano al obseso sin razón, que al tipo intentando desarrollar su trabajo de manera profesional. A medida que pasa el tiempo, la situación va resultando más complicada de lo que Joe pensaba. Y su reacción no es precisamente la de alguien que controla las variables.
Culpable es una película bien construida, correcta y con la duración justa para no resultar pesada. Un thriller que nos muestra a un hombre en una especie de confesionario secular, un pecador obligado a ocupar el lugar de un sacerdote. Trabajo correcto de Fuqua, pero que no alcanza, por mucho, el mejor nivel del director.
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