Victoria Camps y Pedro Moreno protagonizan Danny y Roberta, adaptación de la obra "Danny and the deep blue sea", de John Patrick Shanley, oscarizado a mejor guion original por "Hechizo de luna". Esta versión corre a cargo de Victoria Camps, quién también está en la propia producción. Asimismo, la dirección recae en Sergi Manel Alonso. Se podrá disfrutar todos los sábados de marzo a las 22 horas en Nave 73.



Danny y Roberta en Nave 73

Crítica de 'Danny y Roberta'

Ficha Técnica

Título: Danny y Roberta
Título original: Danny and the deep blue sea

Reparto:
Victoria Camps (Roberta)
Pedro Moreno (Danny)

Duración: 60 min. apróx.
Dirección: Sergi Manel Alonso
Versión y traducción: Victoria Camps
Autoría original: John Patrick Shanley
Escenografía:
Federica Ghio
Iluminación, diseño de sonido y técnico:
Taxa Guijarro
Fotografía:
Fernando López
Prensa y comunicación:
Gran Vía Comunicación
Producción: Victoria Camps

Tráiler de 'Danny y Roberta'

Sinopsis de 'Danny y Roberta'

Danny y Roberta es una obra sublime del autor norteamericano John Patrick Shanley (ganador de un Óscar por mejor guion original por "Hechizo de luna"), que se ha estrenado alrededor del mundo y siempre ha cosechado éxitos.

Dos seres abandonados, como si de dos juguetes rotos se tratase, se encuentran en un bar vacío de la periferia buscando sumergirse en su propia soledad.

Se miran, parece ser que nace un interés mutuo, pero diferentes ruidos internos en cada una de sus almas impiden constantemente que interactúen fácilmente. La actitud de ambos es defensiva, cuál animal herido, sin embargo, hay algo en ellos que les hace “conectar” y permite que empiece el juego.

Danny, un camionero que no puede mantener su trabajo, vive con su madre. Es un niño que pide a gritos que le amen, aunque su conducta dice todo lo contrario.

Roberta, es una madre soltera, vive con sus padres que crían a su hijo. Traumatizada con su entorno familiar y con la sociedad en general, busca aislarse en la noche debajo del bar de su casa. (NAVE 73). 



Danny y Roberta
Foto de Fernando López

Corazones rotos

No es la primera vez que se ve en escena la adaptación de Danny y Roberta a manos de Victoria Camps, basada en la obra de “Danny and the Deep Blue Sea”, de John Patrick Shanley. Sin embargo, se puede ver una evolución en el texto que ha permitido un resultado más efectivo, con respecto a sus anteriores funciones. Por tanto, han dado con la tecla sobre qué pasajes y de qué manera poder traerlos sobre las tablas españolas. Gracias a ello, se ve una construcción más visceral en torno a los personajes de Danny y de Roberta, donde cada uno de ellos vive su infierno particular y se define a la perfección en el libreto.

También hay un recorrido más orgánico en su relación, haciendo más verosímil la forma en la que chocan, pero al mismo tiempo se desean. Lo mismo sucede con las heridas sin cerrar, que hacen que se comprenda el magnetismo que ejercen el uno sobre el otro. No es una historia fácil por las tramas individuales que hay detrás de cada uno de los personajes, sobre todo en el caso de Roberta. Con lo cual, se valora que hayan sabido darle un repaso a la mirada y la perspectiva, para lograr abordar con sensibilidad y respeto, sin perder el extremo emocional que les pide la obra.

Nave 73
Foto de Fernando López

La violencia intrínseca

Victoria Camps vuelve a tomar el liderazgo actoral en Danny y Roberta, en esta ocasión, junto a Pedro Moreno. En primer lugar, la incorporación de Pedro Moreno es todo un acierto, se deja la piel en todo momento en la construcción de este hombre consumido por la violencia y una mala gestión de las emociones, de la ira en particular. Además, lo dota con distintos matices, donde dentro de toda esa vorágine se ve la fragilidad que en verdad azota a su personaje. Moreno se deja la piel para transmitir todo aquello al espectador y así lo logra, con auténtico visceralidad dramática y sin perder en ningún momento la sintonía con lo que sucede sobre la escena. Está magnífico.

Victoria Camps tiene una desafío más complejo, al presentar un personaje que se consume por un secreto familiar y al mismo tiempo se busca esa cotidianidad de una mujer de barrio. Por un lado, se puede ver las ganas y el compromiso que tiene hacia su personaje, lo que hace que cumpla con su cometido y forme un buen tándem con su compañero. Sin embargo, no es un perfil que, de primeras, encaje con la Roberta de la obra. Por ende, a pesar de ejecutar un trabajo notable, hay momentos en los que se hace complicado entrar del todo, al no conseguir hacer suyo el estilo urbano que le exige el papel. A pesar de ello, hay una conexión muy especial con su compañero y eso levanta en todo momento la pieza.

Nave 73
Foto de Fernando López

La intimidad

La propuesta escénica de Danny y Roberta se mueve por una construcción minimalista, que se deshace de artilugios para potenciar la atención sobre los actores. Con lo cual, no hay muchos elementos sobre el escenario, dejando el foco en las interpretaciones. A pesar de ello, se ha logrado construir dos espacios muy claros, que dan juego para ejecutar la acción. La escena del bar, tiene sus picos más altos en donde la violencia se hace presente y lo pagan las mesas, las sillas, las latas... un muy buen golpe de efecto. Asimismo, el cuarto consigue llevar al público a esa intimidad, a ese lugar seguro para ambos y enternece la forma en la que se hace. El diseño de iluminación es uno de los elementos mejor realizados, sobre todo en aquellos tonos azules que invaden la escena.

La dirección, en perspectiva con la evolución de la obra, es sobresaliente, ha sabido suplir las flaquezas que tuviera el montaje original para concentrar y plantear desde una visión que sienta mucho mejor a la obra. Gran trabajo de Sergi Manel Alonso. Únicamente, la escena en la que hay una carga sexual alta, todavía se resiste a fluir sin complicaciones, siendo algo errática en algunos momentos y el efecto de desnudez no se logra como se quisiera, se puede pulir todavía más. Por otra parte, el ritmo de la pieza es dinámico, no se presentan grandes pérdidas de atención, lo que hace que el montaje siga su curso sin problemas.

Danny y Roberta
Foto de Fernando López

Conclusión

Danny y Roberta ha mejorado con respecto a su versión inicial, trayendo una adaptación más consolidada y que saca más partido al material original. Así, el libreto goza de mayor concreción y busca potenciar la parte emocional, haciendo más tangible el transcurso de la historia y el bagaje biográfico de cada personaje. Después, Pedro Moreno está espléndido, se deja el alma sobre la escena y brilla con un personaje que tiene más capas de las que puede parecer. Maravilloso. Junto a él, una entregada Victoria Camps, que logra conectar con su compañero y se ve un compromiso férreo al proyecto. La propuesta escénica es minimalista, pero efectiva, lleva buen ritmo y fluye sin problema. Una historia de amor y perdón, que de la oscuridad, logra llegar a la emoción.

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CINEMAGAVIA
7,8 / 10
78 %
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Diego Da Costa
Subdirector de Cinemagavia. Comunicólogo audiovisual por la UCM y Máster en Comunicación en la Red por la UNED. Miembro de EGEDA (Premios Forqué) e Ingeniero Audiovisual en Ricoh España. Co-creador de la compañía artística La Joie de la Colina. Como diría Elizabeth Taylor: "Las ideas mueven el mundo sólo si antes se han transformado en sentimientos".
danny-y-roberta-critica-teatroHa mejorado con respecto a su versión inicial, trayendo una adaptación más consolidada y que saca más partido al material original. Así, el libreto goza de mayor concreción y busca potenciar la parte emocional, haciendo más tangible el transcurso de la historia y el bagaje biográfico de cada personaje. Después, Pedro Moreno está espléndido, se deja el alma sobre la escena y brilla con un personaje que tiene más capas de las que puede parecer. Maravilloso. Junto a él, una entregada Victoria Camps, que logra conectar con su compañero y se ve un compromiso férreo al proyecto. La propuesta escénica es minimalista, pero efectiva, lleva buen ritmo y fluye sin problema. Una historia de amor y perdón, que de la oscuridad, logra llegar a la emoción.

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