Días extraños es una estimulante unión de thriller, acción y ciencia ficción. Se estrenó en 1995 y auguraba un futuro próximo inquietante, con una sociedad sumida en el caos justo cuando va a llegar el año 2000. La parte de la ciencia ficción viene dada sobre todo por una tecnología que permite vivir como propias las experiencias que han vivido otros. De aquí parte una premisa más propia otros géneros. Bigelow dirige usando una puesta en escena poderosa, en la que se mueven de forma trepidante Ralph Fiennes, Juliett Lewis y Angela Basset. Produce y coescribe James Cameron.
Crítica de 'Días extraños'
Resumen
- 1 Crítica de 'Días extraños'
- 1.1 Ficha Técnica
- 1.2 Tráiler de 'Días extraños'
- 1.3 Sinopsis de 'Días extraños'
- 1.4 Premios
- 1.5 Dónde se puede ver la película
- 1.6 Viviendo la vida (de otros)
- 1.7 El traficante, la conductora, el amigo, y la ex
- 1.8 Bienvenidos al caos del fin de milenio
- 1.9 A buen ritmo
- 1.10 Los mundos artificiales
- 1.11 Conclusión
Ficha Técnica
Título: Días extraños
Título original: Strange Days
Reparto:
Ralph Fiennes (Lenny Nero)
Juliette Lewis (Faith Justin)
Angela Bassett (Lornette 'Mace' Mason)
Tom Sizemore (Max Peltier)
Michael Wincott (Philo Gant)
Vincent D'Onofrio (Burton Steckler)
Josef Sommer (Palmer Strickland)
Glenn Plummer (Jeriko One)
Año: 1995
Duración: 135 min.
País: Estados Unidos
Director: Kathryn Bigelow
Guion: James Cameron, Jay Cocks
Fotografía: Matthew F. Leonetti
Música: Graeme Revell
Género: Ciencia ficción. Thriller
Distribuidor: Universal Pictures International Spain
Tráiler de 'Días extraños'
Sinopsis de 'Días extraños'
A finales del siglo XX se puede conseguir en el mercado negro la droga más excitante y poderosa. Se trata de un complejo invento que se coloca en la cabeza, cerca del cerebro y permite vivir sensaciones y sentimientos que han sido grabados y experimentados por otras personas. (Sensacine)
Premios
- Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor fotografía. 1995
Dónde se puede ver la película
Viviendo la vida (de otros)
Lenny Nero (Raph Fiennes) es un ex agente de antivicio, expulsado del cuerpo, que se dedica a trapichear con una tecnología que permite vivir momentos de la vida de otra persona como propios. Es una tecnología sencilla, que usa unos electrodos, un reproductor, y una especie de mini cd (ojo al product placement de una determinada marca) con la grabación del fragmento de vida en cuestión. La tecnología es ilegal, pero tiene mucha demanda; puede permitir a un gris oficinista vivir por unos momentos las sensaciones de ser, por ejemplo, un playboy millonario.
Además de ser ilegal, como bien puede imaginarse, este sistema tiene sus peligros. Puede actuar como una auténtica droga, generando una fuerte adicción a los usuarios más asiduos. Muchos se quedan colgados viviendo continuamente la vida de otros. Otro peligro es que a la hora de grabar las experiencias que vivirán otros (también con unos electrodos) puede recogerse algo cuya difusión sea inconveniente e indeseable, sobre todo para los malos. Y, alienación tecnológica aparte, aquí es donde se mueve la trama de Días extraños.
El traficante, la conductora, el amigo, y la ex
Lenny Nero se nos presenta como un traficante de tecnología prohibida, algo truhán y liante, pero bondadoso en el fondo. Es decir, es un "héroe" imperfecto, con visibles defectos pero también con valiosas virtudes. Es un papel un atípico para Ralph Fiennes, más fácil de asociar a papeles más refinados que se beneficien de su elegancia "british". Lenny de elegante tiene poco, su vida (y su aspecto) es un poco desastre; el toque gamberrete del personaje también es algo inusual en él. No importa. Fiennes se amolda perfectamente al papel y consigue una actuación realmente meritoria sin que parezca un pez fuera del agua.
Mace (Angela Basset) es una conductora de limusinas amiga de Lenny y cómplice en sus correrías. Realmente es casi el personaje que mejor se mueve en las escenas de acción, con sobradas dotes para el combate y el manejo de armas. Es un buen secundario interpretado con una fortaleza casi marcial y que tiene la gracia de mantener una relación un tanto ambigua con Lenny.
Faith (Juliette Lewis) es la expareja de Lenny y se dedica a la canción. Tras su ruptura se ha convertido en la novia de Philo Gant (Michael Wincott), un productor discográfico tan sórdido como exitoso. Precisamente la grabación, mediante la ya mencionada tecnología, de un fragmento de la vida de una amiga de Faith y Lenny (Iris) será el desencadenante de los problemas y, por lo tanto, de lo importante de la trama. Afortunadamente Lenny cuando con otro alidado: Max Peilter (Tom Sizemore), un antiguo amigo; detective de inquietante catadura y hábitos algo violentos.
Bienvenidos al caos del fin de milenio
El escenario de Días extraños es una distopía de leve alcance, apenas cuatro años después del estreno de la película (y para nosotros, en la actualidad, un tanto retrofuturista). En concreto nos movemos en una Los Ángeles tan caótica, violenta y superpoblada que parece una versión salvaje de Blade runner. Todo está colmado de incidentes raciales, barricadas y todo tipo de altercados; de hecho se palpa un ambiente prerrevolucionario. Para empeorar las cosas un rapero (Jeriko One), símbolo de la resistencia de la raza negra, es asesinado, con lo que lo ánimos se acaban exacerbando más todavía.
Todo este escenario es útil a la narración en varios aspectos. Por un lado da una sensación, sin duda premeditada, de incomodidad, de perpetua presión suburbial que cala en el espectador. También ayuda a dar el toque de película de acción que Kathryn Bigelow quiere dar a Días extraños, continuamente hay que desenfundar un arma o ponerse en guardia. En general, desde el punto de vista técnico y de dirección artística es una película muy bien ejecutada. Su estética gustará a los aficionados al aspecto cyberpunk y a los ambientes decadentes.
A buen ritmo
Kathryn Bigelow da a Días extraños una dirección poderosa, ágil, de cámara inquieta y ritmo sin obstáculos. Sin duda no es una novedad para la directora, no hay más que recordar su emblemática Le llaman Bodhi (1991). Lo cual no quiere decir que la peripecia principal se inicie de inmediato. Uno de los peros de la película podría el ritmo dilatorio del comienzo, quizá demasiado centrado en una presentación de personajes y situaciones demasiado extensa. Afortunadamente estos recovecos un tanto superfluos no son exactamente tiempos muertos, siempre hay algo en pantalla por lo menos entretenido.
Eso sí, una vez que Días Extraños se mete de lleno en su meollo es una película imparable con todos los ingredientes del cine de acción y del thriller: persecuciones, peleas, tiroteos... Todo ello filmado, eso sí, con una precisión cirujana que evita que nos veamos inmersos en un gurruño de imágenes mareantes y sin planificación alguna.
Los mundos artificiales
Días extraños puede encuadrarse, en parte, en una serie de películas muy comunes en los años noventa y que tienen el denominador común de la vivencia de un mundo artificial, creado por la tecnología al margen de la realidad personal. Es célebre el caso de Matrix (1999), pero ahí están también Nivel 13 (1999), Dark City (1998), eXistenZ (1999) o incluso Abre los ojos (1997). Estas películas suelen servir para hablar sobre la alienación o para plantear una duda cartesiana sobre la naturaleza de la realidad. Existe, es decir, un entramado filosófico.
Días extraños, sin embargo, no filosofa tanto y se desplaza más hacia el thriller y el cine negro, pasado por el filtro de la acción. En realidad no es una película de ciencia ficción químicamente pura, siendo la tecnología una elemento detonador de la trama pero no la sustancia principal de la película. Ello no significa que no tenga una visión y una reflexión sobre el mundo. Kathryn Bigelow imaginó un fin de milenio con una sociedad en proceso de zozobra y plagada de conflicto raciales que, visto lo visto, han sido plasmados de forma muy clarividente.
Conclusión
Días extraños es una trepidante amalgama de thriller, acción y ciencia ficción no exenta de sensatas reflexiones sobre el futuro a corto plazo. La realización de Kathryn Bigelow es enérgica e inquieta, de técnica cuidada y ritmo vertiginoso. Más allá de alguna dilación narrativa, estamos ante un recomendable paseo entre las aristas más sórdidas del futuro. Conviene la reivindicación de esta película ante el relativo olvido en que ha caído.