Northern Exposure, conocida en España como Doctor en Alaska, es una serie estadounidense de 110 episodios divididos en seis temporadas que se emitió entre 1990 y 1995. En 2018, la CBS anunció un reboot de la serie con Rob Morrow y John Corbett, dos de sus protagonistas, como productores y con los mismos personajes que poblaron Cicely.
Crítica de 'Doctor en Alaska'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Doctor en Alaska
Título original: Northern Exposure
Reparto:
Barry Corbin (Maurice J. Minnifield)
Janine Turner (Maggie O'Connell)
John Cullum (Holling Vincoeur)
Darren E. Burrows (Ed Chigliak)
John Corbett (Chris Stevens)
Cynthia Geary (Shelly Marie Tambo)
Elaine Miles (Marilyn Whirlwind)
Peg Phillips (Ruth-Anne Miller)
Rob Morrow (Dr. Joel Fleischman)
Año: 1990
Duración: 45 min.
País: Estados Unidos
Director: Joshua Brand (Creador), John Falsey (Creador), Michael Fresco, Nick Marck, Rob Thompson, Michael Katleman, Michael Vittes, Jim Charleston, James Hayman, Bill D'Elia, Daniel Attias, Michael Lange, David Carson, Sandy Smolan, Dean Parisot, Stephen Cragg, Peter O'Fallon, Steven Robman, Patrick McKee, Oz Scott, Lorraine Senna
Guion: Joshua Brand, John Falsey, Diane Frolov, Robin Green, Andrew Schneider, Mitchell Burgess, Jeff Melvoin, David Assael, Sam Egan, Jeff Vlaming, Barbara Hall, Henry Bromell, Stuart Stevens, Ellen Herman, Geoffrey Neigher
Fotografía: Gordon Lonsdale, Frank Prinzi, James Hayman, Scott Williams, James A. Lebovitz
Música: David Schwartz
Género: Drama. Comedia
Distribuidor:
Tráiler de 'Doctor en Alaska'
Sinopsis
Joel Fleischman (Rob Morrow), un médico judío recién licenciado, obtiene una beca que lo lleva a la remota y singular ciudad de Cicely, en Alaska. Cordialmente recibido por el fundador de la ciudad (Barry Corbin), un antiguo astronauta de la NASA, y por los excéntricos vecinos, Joel se da cuenta de que le resulta cada vez más difícil abandonar la ciudad. Como telón de fondo, un musical y filosófico programa de radio, presentado por Chris (John Corbett) en la KBHR (Radio K-OSO)
Doctor en Alaska hoy
No sabemos nada del revival que anunció la CBS, quizás por aquello de que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver’ Ardua tarea también es reunir a todos los actores y actrices de la serie y seguir sacándole jugo a un guion tan delicioso. Me pregunto si hoy día, más de veinte años después, la serie, o una ficción con sus peculiaridades, tendría éxito y se convertiría en lo que es hoy: una de las mejores series de todos los tiempos.
Vivimos en medio de una perpetua marea alta de producciones cinematográficas por entregas, debido en gran medida a las nuevas plataformas de streaming, por lo que no es fácil vaticinar qué ocurriría con una fábula que bucea en las ondas con el ritmo cambiado. Porque, aunque no sea Doctor en Alaska (Northern Exposure) una serie avejentada, los críticos, de hecho, la consideran atemporal, sí que tiene cierto costumbrismo mágico que, en esta nueva era, quizás no resultaría atractivo. Por otro lado, tiene elementos que hoy están en primera línea de guiones de todo pelaje, como puede ser la quiebra de los arquetipos, la vuelta a la naturaleza o el papel de la mujer en el mundo. No en vano, uno de los capítulos más luminosos es el que narra la fundación de Cicely por dos mujeres que se amaban, una de las cuales da nombre al pueblo.
No hay duda de que Doctor en Alaska fue ya en los 90 una apuesta arriesgada y que a muchos, hoy día, su guion les resultaría enormemente audaz, pero es difícil saber si hoy funcionaría. Por ello, centrémonos en lo que fue aquella aventura que supuso Cicely, no solo para sus creadores, sino también para los jóvenes de entonces, hoy convertidos en buscadores de tesoros cicelianos.
Mucho más que un choque cultural
A los habitantes de Doctor en Alaska (Northern Exposure) los conocemos ya asentados en Cicely, acostumbrados a su frío y largo invierno y a la desconexión con lo urbanita. Excepto a su protagonista, el doctor Joel Fleischman (Rob Morrow), al que acompañamos en su llegada al pueblo en el capítulo piloto. Una llegada que se presenta ya como una declaración de intenciones de sus vecinos y que marcará la seña de identidad de ese inhóspito lugar tan alejado, física y emocionalmente, de su Manhattan natal.
Según avanzan los capítulos, vamos descubriendo lo que ha significado Cicely para cada uno de sus habitantes, la mayoría llegados de lugares muy dispares, huyendo de un mundo desalmado y caótico. La casualidad ha querido que coincidieran en el tiempo y en un pequeño lugar en el que parece que, en efecto, ese tiempo, se ha detenido. Esa es la sensación que les mantiene vivos y mentalmente sanos, esa especie de atemporalidad y desconexión con lo virulento. Y eso es, precisamente, lo que el médico neoyorquino no puede soportar. El joven doctor Fleischman, no deja de añorar el ruido de Manhattan en todo el tiempo que permanece en lo que él llama ‘el peor lugar de la tierra’. Un choque cultural que funciona como base argumentativa de la serie, pero que llega mucho más lejos.
Psicología de los personajes
Lo que marca a los habitantes no autóctonos de Cicely es que todos buscan un nuevo origen, un nuevo renacer, un lugar donde empezar de nuevo. Al igual que hicieron sus fundadoras. Y, precisamente, a un artista del Renacimiento reencarna Chris Stevens (John Corbett): autodidacta, multidisciplinar, libre, poliédrico. Desde el micrófono de su pequeña estación de radio, la KBHR, despierta e interpela cada día a los habitantes de Cicely y su voz se convierte en la introducción perfecta de cada capítulo.
“Saludos a todo el mundo desde K-Oso, el corazón y el alma de Cicely, Alaska. Soy Chris por la mañana”.
Dentro de su irreverencia se esconde cierta disposición al orden, cierto sometimiento al saber, entendido más como veneración que como pleitesía. La filosofía, la ciencia y las artes son su leitmotiv. Sin embargo, la curiosidad por las nuevas tecnologías no está reñida con la fascinación por el alma humana ni con la perplejidad ante los fenómenos fantásticos. Chris, al igual que Maggie (Janine Turner), mujer independiente que bien podría ser la reencarnación de Mary Wollstonecraft o de Amelia Mary Eahart, se ha acomodado a Cicely como no lo hizo nunca en la sociedad de la que procede.
Cicely es un lugar común nada común. Es feminista e inclusiva porque sus habitantes lo son, aunque algunos lo sean de forma inconsciente, casi natural. Aunque, bueno, no podemos olvidar a Maurice Minnifield (Barry Corbin), el ex astronauta convertido en cacique que representa las ideas más reaccionarias de la América profunda. Pero incluso Maurice está dispuesto a cambiar, o, al menos, a hacer la vista gorda ante algunos de sus retrógrados principios.
A modo de conclusión y de nostalgia
A pesar de estar relegada a lo que hoy conocemos por La 2 en un horario de mínima audiencia, Doctor en Alaska consiguió conquistar a una gran minoría de telespectadores que aún hoy añoran la belleza y la bonhomía de ese pequeño paraíso en medio de Alaska. ¿Ingenuidad? Sí. ¿Utopía? Probablemente. Pero cómo sobrevivir a este mundo calamitoso sin cierta dosis de utopía.
Lo mejor de Doctor en Alaska (Northern Exposure) son, sin duda, sus personajes y sus historias cotidianas que no solo nos ayudan a conocerlos a ellos, sino a conocernos a nosotros mismos. En definitiva: el guion. También lo es haber encontrado una localización geográfica casi perfecta, por eso de que la perfección no existe, inspirada en uno de los pueblos más bonitos de Alaska, Talkeetna, pero situada en Washington.
No sabemos si volveremos a ver a los habitantes de Cicely en algún canal de televisión, o en alguna plataforma, lo que sí sabemos los que disfrutamos de ellos en los 90, es que siempre serán nuestro último refugio.
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feminista, inclusista ya estamos con el martilleo globalista.