Las dos primeras novelas de la serie Garda de la autora irlandesa Tana French son las más ricas y complejas, pero no hay garantía alguna de que una buena obra original se convierta en una gran adaptación a otro medio. BBC ha perdido la oportunidad de crear una serie que marcara época y se ha limitado a construir un thriller más con Dublin Murders. Estreno el 10 de Noviembre en la plataforma StarzPlay.
Crítica de 'Dublin Murders'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Dublin Murders
Título original: Dublin Murders
Reparto:
Sarah Greene (Cassie Maddox)
Killian Scott (Rob Reilly)
Michael D'Arcy (Adam Reilly)
Eugene O'Hare (Detective Quigley)
Tom Vaughan-Lawlor (Frank Mackey)
Año: 2019
Duración: 60 min. por episodio apróx.
País: Reino Unido
Creadora: Sarah Phelps
Guion: Sarah Phelps
Fotografía: Benjamin Kracun & Tim Palmer
Música: Volker Bertelmann
Género: Policíaca
Distribuidora: StarzPlay
Tráiler de 'Dublin Murders'
Sinopsis de 'Dublin Murders'
Nadie sabe toda la verdad. Conozca a los detectives Rob Reilly (Killian Scott) y Cassie Maddox (Sarah Greene) en Dublin Murders, basada en las aclamadas novelas de Tana French. (STARZPLAY).
Dónde se puede ver la serie
De Agatha Christie a Tana French
Sarah Phelps ha adaptado con bastante acierto algunas de las novelas de Agatha Christie que se han ido estrenando en BBC durante las últimas navidades. La ventaja de adaptar una de esas obras es que los personajes son poco más que cifras al servicio de la trama en las novelas, lo que permite añadir todos los matices que se quiera en pantalla.
Ahora se ha encargado de adaptar El silencio del bosque y En piel ajena, las dos primeras novelas de la saga Garda. Tana French, su autora, construye un texto con argumentos complejos, escrito de una manera muy bella a pesar de su sencillez estilística, y con unos personajes definidos con muchos matices. Es una tarea mucho más ardua añadir algo a ese tipo de material original en Dublin Murders.
Personajes complejos
French consigue diseñar con una gran precisión el mundo de interior de los personajes. A través de ellos nos lleva a buscar esos recovecos en los que la vida habitual se acerca al crimen más de lo que resulta agradable pensar. Casi nada de eso se traslada a Dublin Murders. Los personajes se acercan mucho más al cliché que a los modelos bien elaborados y con toda una serie de razones para actuar de cierta manera. Los flashbacks que intentan aclarar los traumas que arrastra la pareja de detectives, se convierten en una molestia, que además añade interpretaciones de una calidad inferior.
Hay cierta conexión entre los personajes de Cassie y Rob, muy bien interpretados por Sarah Greene y Killian Scott, aunque ni por asomo se acerca a la relación que French mostraba en las páginas. Es cierto que la labor extraordinaria de Green y Scott consigue transmitir mucho de ese interior resquebrajado del que se componen ambos personajes.
El gran problema en cuanto a personajes son los secundarios, como esos arquetípicos heavies que aparecen en las escenas del pasado, o el caricaturesco jefe que acaba por resultar ridículo.
Guion fallido
A pesar de que las imágenes nos transmitan una cierta pausa para mostrarnos los entornos, la trama avanza con un ritmo demasiado elevado para lo que requeriría el tono general de la serie. Este ritmo acelerado por momentos no ayuda a que las motivaciones de los personajes o los detalles se expliquen de manera adecuada. Además acaba con el retrato de Dublín como ciudad e Irlanda como país, tanto en el momento en que se desarrollan los acontecimientos como en su evolución histórica.
El guion acaba convirtiéndose en la gran lacra de la serie. La mezcla de los dos casos es un error que arrastra tanto a la explicación de ambos, como a la relación entre los dos protagonistas. Se le concede más importancia a la resolución de los casos que a las consecuencias que generan en los personajes y se simplifican las explicaciones al respecto. Si French conseguía tejer una tela de araña preciosa, Dublin Murders intenta recortarla, algo legítimo, pero acaba por derribarla y convertirla en una maraña de cuerdas que son muy difíciles de conectar.
Conclusión
Dublin Murders queda a medias entre un whodunit vulgar y un intento de adaptación de unas obras mucho más complejas y que requerían otro tipo de tratamiento. No termina de definirse y eso acaba dando un resultado bastante mediocre, a pesar de las actuación sobresaliente de la pareja protagonista.
Cassie Madox pronuncia una sentencia muy dura en su primera intervención, "No volveremos a vernos", y quizás sea premonitorio de lo que pueden pensar los espectadores sobre la serie.