El 17 de noviembre de 2024 se estrenó Dune: La profecía (Dune: Prophecy, 2024) en la plataforma Max, la precuela de Dune (2021) y Dune: Parte Dos (2024) de Denis Villeneuve, siguiendo de forma continuista la línea marcada por el director canadiense y su particular sello estético para la saga. Esto supone el desarrollo cinematográfico del vasto universo expandido creado por Frank Herbert en Dune, y que su hijo, Brian Herbert, junto con Kevin J. Anderson, han ido ampliando tras su muerte. Concretamente, Dune: La profecía está basada en una de las novelas escritas por estos dos últimos, La hermandad de Dune (Sisterhood of Dune).
Crítica de 'Dune: La profecía'
Resumen
Ficha Técnica
Título: Dune: La profecía
Título original: Dune: Prophecy
Reparto:
Emily Watson (Valya Harkonnen)
Olivia Williams (Tula Harkonnen)
Travis Fimmel (Desmond Hart)
Chloe Lea (Sister Lila)
Jade Anouka (Hermana Teodosia)
Mark Strong (Emperador Javicco Corrino)
Chris Mason (Keiran Atreides)
Faoileann Cunningham (Hermana Jen)
Emma Canning (Tula Harkonnen de joven)
Jodhi May (Emperatriz Natalia)
Sarah-Sofie Boussnina (Princesa Ynez Corrino)
Aoife Hinds (Hermana Emeline)
Año: 2024
Duración: 60 min.
País: Estados Unidos
Director: Diane Ademu-John (Creadora), Anna Foerster, John Cameron, Richard J. Lewis
Guion: Diane Ademu-John, Leah Benavides Rodriguez, Carlito Rodriguez. Novela: Kevin J. Anderson, Brian Herbert. Personaje: Frank Herbert. Historia: Jordan Goldberg
Fotografía: Pierre Gill, Richie Donnelly, Nikolaus Summerer
Música: Volker Bertelmann
Género: Ciencia Ficción. Aventuras
Distribuidor: Max España
Tráiler de 'Dune: La profecía'
Sinopsis
En el extenso universo de Dune, creado por el aclamado autor Frank Herbert, y 10.000 años antes de la ascensión de Paul Atreides, Dune: La profecía sigue a dos hermanas Harkonnen en su lucha contra las fuerzas que amenazan el futuro de la humanidad y establecen la secta legendaria que se conocerá como las Bene Gesserit. (Max España)
Dónde se puede ver la serie en streaming
Denis Villeneuve Trademark
Tras el éxito cosechado por Dune y Dune: Parte Dos, Dune: La profecía confirma que Denis Villeneuve se ha convertido en el alma mater de las futuras producciones de la franquicia (liderada por Max y Warner Bros) de aquí en adelante, ya sea en la dirección, como ocurrirá en la tercera entrega de películas que adaptará la novela Dune: Messiah, de Frank Herbert (la continuación de “Dune”); como en la producción, como es el caso de esta nueva serie y las que queden por llegar.
Y es que Dune: La profecía, a pesar de correr a cargo de Diane Ademu-John (creadora, además de, entre otros, directora y guionista de la serie), rescata algunos de los elementos que vimos por primera vez en las películas del director canadiense (la particular estética de las naves, las coreografías de batalla, la arquitectura de los edificios, el vestuario, los decorados, la tecnología, etc.), conservando la esencia de lo que, a futuro, serán las producciones originales de Villeneuve.
Parece que, de aquí en adelante, a las producciones relacionadas con la nueva franquicia de Dune se les imprimirá el particular e inconfundible sello estético y cinematográfico del director canadiense, como ya hicieron otros genios en su día con sagas icónicas como Star Wars (George Lucas), Indiana Jones (Steven Spielberg), El señor de los anillos (Peter Jackson) o, en el apartado de las series, Juego de Tronos (David Benioff y D.B. Weiss).
El intento (¿fallido?) de crear un Juego de Tronos en clave Dune
A nadie que conozca a fondo los universos de Dune y Juego de Tronos se le escapa que la obra de Frank Herbert influyó enormemente en George R.R. Martin a la hora de realizar Canción de Hielo y Fuego, existiendo multitud de paralelismos entre las dos tramas y sus personajes (Ned Stark y Leto Atreides, Jon Nieve/Bran/Daenerys y Paul Atreides, la influencia y neutralidad del Banco de Hierro y la Cofradía Espacial en los conflictos o el destino de las casas Stark y Atreides, entre otros).
Pues, casualidades de la vida, si en el ámbito de la literatura era Frank Herbert el que influenciaba a George R.R. Martin, en el cinematográfico es la serie Juego de Tronos (2011) la que ejerce una influencia más que notable en Dune: La profecía. Y es que, salvando las distancias, la propuesta (sobre todo en el guion) es muy parecida: un thriller político, multitud de personajes y tramas, intriga y suspense, ambición y poder, etc.
Sin embargo, no está claro si la comparación beneficia o, más bien, perjudica a Dune: La profecía. Juego de Tronos rozaba la perfección en el desarrollo y la evolución de los personajes, la profundidad e inteligencia de las distintas tramas, sus diálogos sublimes, un ritmo constante que enganchaba, unas actuaciones sobresalientes…
Por su parte, Dune: La profecía, al menos en esta primera temporada, no está ni cerca de lo que logró la serie de David Benioff y D.B. Weiss. En la mayoría de estos aspectos la serie es correcta, la historia de Valya y Tula Harkonnen es interesante, el halo de misterio que rodea a Desmond Hart está bien desarrollado, los flashbacks aportan profundidad a la trama y la historia es ciertamente atractiva. Sin embargo, en otros apartados, como el ritmo de la serie, ha sido bastante irregular, las actuaciones del reparto tampoco han destacado o emocionado, salvo excepciones como las de Travis Fimmel, Chloe Lea o Jessica Barden, y las interacciones entre personajes han sido, en ocasiones, un poco planas.
Da la sensación de que en el universo de Dune hay potencial para lograr mucho más de lo que se ha conseguido en este primer intento con Dune: La profecía.
Lo mejor y lo que se podría mejorar
Más allá del potencial que pueda tener la serie y las comparaciones que se puedan realizar, sí que hay aspectos positivos,y otros que no tanto, que se pueden destacar de esta primera temporada de Dune: La profecía.
El primero, como se adelantaba en el apartado anterior, es la inclusión de Desmond Hart y la actuación de Travis Fimmel, con el carisma tan propio y característico del actor australiano, que recuerda mucho a la interpretación con la que logró la fama internacional en Vikingos (2013). Las incógnitas que rodean al personaje durante toda la serie, unido a la presencia y tensión que genera el actor en pantalla hacen de Desmond Hart un villano verdaderamente temible.
Por otro lado, es curioso que quizá la parte más interesante de la serie no es la que ocurre en el presente, sino la que se desarrolla a través de flashbacks según avanzan los episodios (recuerda, salvando las distancias, a la estructura que sigue El Padrino. Parte II (1974)) y que explican como Valya y Tula Harkonnen llegaron a controlar la hermandad de las Bene Gesserit. A través de esta subtrama se aporta profundidad y complejidad a la historia de las dos hermanas, destapando sus ambiciones, miedos y motivaciones y destacando aspectos clave de su comportamiento.
Aun con todo, hay tramas y personajes que han dejado el listón más bajo de lo que se esperaba en una producción de este calibre. Da la sensación de que la intriga palaciega de la casa del Emperador, los Corrino, no está a la altura del resto de la serie a excepción del ya mencionado Desmond Hart. Mark Strong como el Emperador Javicco Corrino no destaca, entre Sarah-Sofie Boussnina (la princesa Ynez) y Josh Heuston (Constantine Corrino) no existe la química que debería haber en una relación de hermanos y la actuación de Jodhi May como la Emperatriz Natalya se ve, en ocasiones, sobreactuada y poco creíble. Probablemente no sea solo cuestión de los actores, sino también del guion y la dirección de la serie.
Tampoco Chris Mason como Keiran Atreides y su complot rebelde desatan mucho interés, si bien parece que se ha perdido una oportunidad bastante buena de mostrar la vida en las calles de Salusa Secundus, limitando la trama a la localización del club que regenta la fremen Mikaela (Shalom Brune-Franklin).
En general, luces y sombras en esta primera temporada de Dune: La profecía, que ya veremos qué camino sigue para la segunda temporada, con un panorama totalmente nuevo al de este incio.
Explorando el universo expandido
Un aspecto interesante de una serie como Dune: La profecía es la capacidad de trasladar a la pantalla ese vasto universo expandido que nació a raíz del éxito de Dune, de las siguientes entregas de la saga de Frank Herbert y de las series de novelas escritas por su hijo, Brian Herbert, y Kevin J. Anderson tras la muerte del célebre escritor.
Las sesiones del Landsraad, el funcionamiento de la orden de las Bene Gesserit, la rivalidad entre los Harkonnen y los Atreides o las referencias a la guerra contra las máquinas pensantes son pinceladas que moldean y enriquecen el universo cinematográfico de Dune, aspectos que los más fieles seguidores de las novelas se alegran de ver en la pantalla.
Aun con todo, es cierto que al público más general (los que se hayan visto solo las películas de Denis Villeneuve, por ejemplo) le puede ocurrir que, en ocasiones, no entiendan algunas de las referencias que plantea la serie por ser demasiado específicas y carecer del contexto necesario para aquel que no es un fanático de las novelas.
Este desequilibrio puede provocar disparidad de opiniones entre aquellos que agradecen estos guiños y los que argumenten que no entendieron algunos aspectos de la serie por no estar lo suficientemente bien explicados por sí mismos.
Conclusión de 'Dune: La profecía'
Dune: La profecía es el primer proyecto de Max, tras el éxito de las películas de Denis Villeneuve, para intentar catapultar el universo de Dune de la mano del director canadiense como productor. Si bien el producto es interesante, parece que de momento, no ha logrado el éxito que sí que lograron Dune y Dune: Parte Dos, y tampoco ha conseguido afianzarse como en su día si lo hizo otro thriller político como fue Juego de Tronos.
Además, el peso de la serie en cuanto a tramas y personajes ha sido bastante dispar y eso ha afectado al desarrollo de la serie, que ha alcanzado mejores y peores momentos, de forma algo irregular.
A pesar de ello, la serie es correcta y tiene potencial suficiente como para elevar el nivel de cara a una segunda temporada que, probablemente, marcará las opciones de éxito o de fracaso de esta nueva aventura espacial.
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