ÉSKATON volvió a los escenarios con el estreno de Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía. En esta ocasión, Miguel Deblas y George Marinov se encuentran detrás de la creación de esta nueva composición. Además, la dupla también protagoniza la pieza, junto a Júlia Solé y Cristina Manuela. Esta obra aborda los peligros que emergen en el encuentro sexual, así como un análisis de los cuerpos, de lo natural y de la esencia humana en sus distintas acepciones. Se pudo disfrutar hasta el 8 de mayo en Réplika Teatro.



Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía

Crítica de 'Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía'

Ficha Técnica

Título: Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía
Título original: Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía

Reparto:
Miguel Deblas
George Marinov
Júlia Solé
Cristina Manuela

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Miguel Deblas Escera y George Marinov
Dramaturgia: Miguel Deblas Escera
Espacio escénico, iluminación y vestuario: Miguel Deblas Escera y George Marinov
Espacio Sonoro:
Cristina Manuela
Prensa:
Javier González; Adiria
Producción: ÉSKATON

Entrevista a Miguel Deblas y George Marinov por 'Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía'

Sinopsis de 'Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía'

Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía aborda el peligro que supone desmantelar al cuerpo del discurso. Es decir, el peligro que alberga el encuentro sexual entre dos o más cuerpos. Desde el mero desencuentro hasta la violencia más cruenta. En este encuentro los cuerpos se ofrecen los unos a los otros, permiten ser tocados, penetrados, invadidos, golpeados, lacerados. Las representaciones oficiales del sexo y las herramientas políticas que les rodean pretenden crear la ilusión de un mundo donde ese peligro desaparece, mediante normas, categorías y contratos. Aquí, sin embargo, el teatro constituye un paralelismo con el encuentro sexual, un encuentro cuerpo a cuerpo, donde el peligro es potencia. Exaltar ese peligro es exaltar la potencia.

Esta potencia es interna. No externa, no política. Dentro de este espacio el cuerpo no milita, no acciona sobre el mundo o la realidad, si no que deja que la realidad milite o accione sobre él. Ya que este espacio es falso, embustero, bambollero. Y aunque es cierto que puede ser el resultado de ciertos poderes no se convierte, sin embargo, en un parlamento, pues lo que llega a tener sobre nosotros es potencia, no poder.

La obra dividida en tres partes, tres Ejercicios, tres problemas, sucede en un espacio clandestino donde a través del disfrute y del sufrimiento se invocan esos peligros primitivos a través de tecnologías tan rudimentarias como modernas para configurar un cuerpo nuevo. (RÉPLIKA TEATRO). 



Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía
Foto de ÉSKATON

La definición abstracta del cuerpo

Miguel Deblas y George Marinov regresan con la segunda producción de Éskaton, bajo el título de Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía. A diferencia de "Cicuta contagiosa", esta obra expone reflexiones en torno a los cuerpos, al sexo y en referencia al universo que se forma en ello. Asimismo, lanza preguntas y discursos que proponen un debate retórico sobre lo natural, el artificio y el ser humano desde distintas perspectivas. A pesar de tener pequeñas dosis de texto, éstas siguen una función abstracta, que no busca clarificar el significado de la obra. Por lo cual, se formulan hacia una exposición donde cada espectador es el que se deja llevar por las percepciones y estímulos que recibe. Así esparce una simbología que puede resultar menos concreta, pero que se ha convertido en el sello de identidad de la compañía.

A diferencia de su anterior pieza teatral, la duración es menos prolongada, lo que les permite estructurar de una manera más concisa todo ese glosario de conceptos. Mediante tres actos se estructuran distintos significados, que hacen referencia al propio título. Con cada uno de ellos, se realiza un ejercicio que deja abierta la puerta a diferentes conclusiones y que, de primeras, no se saca nada en claro. Aun así, este tipo de producciones tienen ese proceso en el que se necesita reposar lo que se ha visto y poco a poco desgranarlo. Como si fuera un colocón teatral, el efecto debe dejarse pasar para intentar dar sentido, o no, a lo expuesto. Únicamente, se echa en falta una mayor concreción en la potencia que se desea, dado que pese a la carga que tienen las imágenes, el impacto no llega a su máximo esplendor.

ÉSKATON
Foto de ÉSKATON

La piel

Cristina Manuela, Miguel Deblas, Júlia Solé y George Marinov se presentan con un interesante y eficaz vídeo que sirve de introducción para Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía. Los cuatro abren la escena, dando paso a Júlia Solé como pieza disidente de este primer contacto. Como ya si pudiera ver en “Cicuta contagiosa”, Solé inicia una catarsis, donde se retuerce y expande su expresividad a través del cuerpo. Además, se une una mirada gélida que atrapa al espectador instantáneamente. La manera en la que danza por la escena es absolutamente cautivadora. Después, Miguel Deblas ofrece una labor en consonancia con su compañera, acompañado de una concentración y tranquilidad apabullantes. Por lo cual, se aplaude la forma en la que mantiene esa quietud, incluso en algunos de los momentos más intensos de la pieza.

Por otro lado, Cristina Manuela trabaja la energía, que le permite conectar con el resto de sus compañeros y entrar de lleno en la personalidad de la propia obra. No obstante, pasa algo más inadvertida que el resto de los intérpretes, al no tener un momento de lucimiento prolongado y que tenga una fuerza suficiente para impactar. Aun así, no desentona en el conjunto y se ve su compromiso en todo momento. Para terminar, George Marinov tiene un aura especial, que provoca extrañeza a la par que fascinación, por cómo transita y lo que hace sentir a los asistentes con su sola presencia. Gracias a ello, magnetiza con su participación en este espectáculo, aunque hay momentos en los que se echa en falta algo más de fuerza. Por ende, con una pizca de potencia en algunos puntos clave, elevaría su trabajo escénico.

ÉSKATON
Foto de ÉSKATON

Experimentos llamativos

La valentía con la que ÉSKATON se enfrenta a su propuesta escénica en Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía es absoluta. Desde el principio se intuye que no se está ante una obra al uso, desde un formato más comercial o accesible, sino que se va entrar en un universo artístico muy personal. Así van formulando distintos significados en torno a las imágenes que utilizan, pero siempre con la intención de hacer reflexionar al espectador. Con cada experimento, se podrán extraer representaciones realmente disruptivas, a la par que relajadas, lo que provoca una dicotomía muy interesante. A pesar de exponer acciones que pudieran resultar violentas a ojo público, la manera en la que lo formulan hace que sea arte y se vista con ese significado en todo momento. Una estrategia que certifica la personalidad de la propia compañía.

El ritmo de la obra lleva en sí una corriente hipnotizante, que, incluso, sin entender en un primer momento lo que se está explorando sobre el escenario, no aburre a los espectadores. Por lo que, inteligentemente, han conseguido ese efecto para enganchar al público. No obstante, hay que mencionar que puede haber un sector de los espectadores que sienta incomodidad con algunas de las acciones que se muestran sobre las tablas. Por otra parte, la elección del blanco como color principal culmina como una metáfora inversa sobre los significados que se les suele atribuir a estas tonalidades. Un acierto. Sin embargo, se podría dar mayor cohesión y fluidez a las distintas partes de la obra, así como que puede que se espere más tras un inicio catártico. Para terminar, la música llega a incomodar a nivel auditivo, lo que hace que se exceda en ese carácter rompedor que quiere dar.

Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía
Foto de ÉSKATON

Conclusión

Ejercicios militares para confundir éxtasis con agonía es un experimento artístico abstracto en torno a los cuerpos, a lo natural, al género, al sexo, que provoca una metamorfosis continua. Así logran establecer diálogos con los espectadores, dejando la reflexión para días posteriores de ver la obra teatral. El elenco artístico fabrica una sintonía perfecta entre los distintos miembros, con una atracción magnética, que hace que su expresividad corporal sea interesante.

Después, la puesta en escena es una auténtica explosión de significados artísticos, que se agolpan para dar rienda suelta al universo creado. Asimismo, se aplaude la dicotomía con la que afronta las distintas imágenes y estéticas planteadas. Únicamente, la música y la potencia en algunas partes podrían revisarse para elevar todavía más la obra. Un ‘colocón’ teatral que deja en éxtasis al espectador, quién no busca una reacción instantánea de lo sucedido, sino dejarlo reposar para extraer sus pensamientos en torno a lo expuesto.

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