Barry Jenkins vuelve tras Moonlight con El blues de Beale Street, un melancólico blues formado por la armonía entre amor, deseo y opresión. El director vuelve al tema central de su filmografía que es la representación del pueblo negro en los EEUU, usando en este caso como telón de fondo los turbulentos años 70 representados en la novela homónima, escrita por la pluma de James Baldwin.
Crítica de 'El blues de Beale Street'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El blues de Beale Street
Título original: If Beale Street Could Talk
Reparto:
KiKi Layne (Tish Rivers)
Stephan James (Alonzo 'Fonny' Hunt)
Regina King (Sharon Rivers)
Diego Luna (Pedrocito)
Pedro Pascal (Pietro Alvarez)
Ed Skrein (Oficial Bell)
Teyonah Parris (Ernestine Rivers)
Colman Domingo (Joseph Rivers)
Brian Tyree Henry (Daniel Carty)
Michael Beach (Frank Hunt)
Emily Rios (Victoria Rogers)
Dominique Thorne (Sheila Hunt)
Finn Wittrock (Hayward)
Año: 2018
Duración: 119 min.
País: Estados Unidos
Director: Barry Jenkins
Guion: Barry Jenkins. Novela: James Baldwin
Fotografía: James Laxton
Música: Nicholas Britell
Género: Drama romántica
Distribuidor: Entertainment One Films Spain
Tráiler de 'El blues de Beale Street'
Sinopsis
Basada en la novela de James Baldwin, "If Beale Street Could Talk". La película sigue a Tish, una mujer de Harlem embarazada y recién prometida, que lucha contrarreloj para demostrar la inocencia de su pareja.
Dónde se puede ver la película en streaming
El amor como arma de resistencia
El blues de Beale Street no pretende endulzar lo dura que es la vida para las personas racializadas en EEUU, pero revalorizar las armas que utilizan para sobrellevarla. Y el amor es la principal de ellas. La joven pareja protagonista (Trish y Fonny) luchan por estar juntos y poder formar una familia ante un mundo cargado de prejuicios, desde el racismo institucional hasta el conservadurismo religioso de la familia del chico.
Su amor es el motor de acción para que el resto de personajes defiendan su romance y al hijo que está por nacer, sobre todo tras el injusto encarcelamiento de Fonny por un crimen que no cometió. Valoro como se resaltan las discrepancias que se producen entre las personas negras, mostrando las luces y sombras de cada uno. Los conflictos de la cinta son una representación de la situación actual en el país respecto a las injusticias que enfrentan las personas racializadas. Se pone el dedo en la llaga, mostrando como tristemente una novela escrita en los años 70, sigue siendo vigente.
Una teatralidad trascendental
Los films de Barry Jenkins son simbólicamente bellos, y la teatralidad de las escenas de El blues de Beale Street lo demuestran. La trama es un precioso políptico de escenas cargadas de pasión en sus diálogos, donde los pocos personajes que intervienen parecen que se encuentran encima de un escenario, llenando con su presencia cada secuencia.
Cada papel secundario llena de vida la historia de Trish y Fonny y sus palabras, traspasan la pantalla para llegar al corazón del espectador. Este enfoque intimista, muestra los problemas que enfrentan como un confesionario. Uno que comprime todas aquellas emociones que sienten y solo pueden expresarse entre susurros y desesperación. Debo hacer especial mención a las figuras de Victoria y Daniel que representan con sus pocas líneas, el pasado y el futuro de Estados Unidos, de una manera bastante melancólica.
Conclusión de 'El blues de Beale Street'
Barry Jenkins nos enseña una vez más la belleza que esconde el orgullo. El orgullo de un pueblo que lucha constantemente por lo que se les ha negado por tanto tiempo. Y nos recuerda que como un revolucionario auténtico, está guiado por grandes sentimientos de amor: a la humanidad, a la justicia y a la verdad.
Únete a nuestro CANAL DE TELEGRAM