El cielo no puede esperar es un documental del director José María Zavala, y distribuida por European Dreams Factory. La intención de la película es contarte la vida y detalles íntimos de Carlo Acutis, un joven de 15 años que falleció en el 2006 y hoy es beato de la Iglesia Católica. Conviene desglosar los detalles del contenido para que puedas tener una perspectiva más allá de cualquier prejuicio. Estreno el 24 de febrero de 2023 en salas de cine españolas.
Crítica de 'El cielo no puede esperar'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El cielo no puede esperar
Título original: El cielo no puede esperar
Reparto:
Año: 2022
Duración: 78 min.
País: España
Director: José María Zavala
Guion: José María Zavala
Fotografía: Miguel Gilaberte
Música: Luis Mas
Género: Documental
Distribuidor: European Dreams Factory
Tráiler de 'El cielo no puede esperar'
Sinopsis
El 12 de octubre de 2006 falleció el joven británico-italiano Carlo Acutis, como consecuencia de una leucemia fulminante. Tenía solo 15 años. Desde entonces, la vida ejemplarizante de este adolescente “de andar por casa”, entusiasta del saxofón, los videojuegos y la informática, se ha difundido con una fuerza imparable entre los jóvenes, hasta el punto de que su nombre sigue siendo hoy trending topic en Google y en las redes sociales.
Sabiendo que iba a morir, Carlo Acutis ofreció todos sus sufrimientos por la salvación de muchos. Y no sólo su intercesión resultó decisiva para curar al niño brasileño Matheus de una mortal malformación congénita en el páncreas, cuyo milagro sirvió para que el Papa Francisco lo beatificase el 10 de octubre de 2020, sino que su poder intercesor sigue siendo hoy más activo que nunca. No en vano se cuentan ya por centenares las gracias y favores obtenidos por su mediación.
El Cielo no puede esperar ofrece una decena de testimonios de enorme impacto de jóvenes y no tan jóvenes que han dado un vuelco a sus vidas por intercesión de Carlo Acutis. La película recorre también los hitos biográficos del propio Acutis, en parte recreados mediante escenas de ficción en las que interviene un actor que guarda un asombroso parecido físico con Carlo. (European Dreams Factory)
El documental
El cielo no puede esperar tiene una duración de una hora y quince minutos. La historia está narrada mediante testimonios, que ayuda a tener un hilo conductor del contenido de la película. Este hilo conductor se divide en tres momentos: la vida terrenal de Carlo Acutis, a través de los ojos de su madre; la muerte, mediante el testimonio de conversión de dos personas, y luego el de intercesión (si lo ves como la vida espiritual de Acutis). Esto quiere decir que en esta parte encontrarás sucesivos testimonios de personas que no lo conocieron pero sí creyeron en su perspectiva de santidad.
La lista de los participantes son la madre, Antonia Salzano (quien aparece en toda la película), Flavio Bergano y el Fray Walter (en la parte de la conversión); y luego de personas corrientes sea una periodista, un seminarista, maestros, enfermos de covid y linfomas y una víctima de abuso sexual. Todos tienen en común la fe. Estos son Guadalupe García Corigliano, Gianluca Amato, Maria Vetro, Juan Ignacio Rodríguez, Isaac Herencomo Lucas, Walter Gómez y Olga Domínguez.
El cielo no puede esperar está compuesto por imágenes de archivo de la familia Acutis sobre Carlo, así como imágenes de la ciudad de Asis, el santuario donde reposan sus restos. Cuenta además con un montaje de videos del banco de imágenes de Pexels, Istock, PixabayGettyimages y Shulterstock. Esto es una sorpresa porque enseña no solo a ahorrar recursos en producción sino astucia para contar una historia sin limitarse solo a la grabación. Esta es la primera fortaleza de la película.
La edición está bien cuidada y mantiene un equilibrio de color y luz entre todas las imágenes (archivo, del banco de imágenes y aquellas grabadas para la película). El cielo no puede esperar cuenta con doblaje en simultáneo en español cuando intervienen los testimonios en italiano.
Carlo Acutis y la santidad
El cielo no puede esperar es una película católica y su motivo es evangelizador. Por tanto, si no compartes esta creencia, podrás ver el contenido con muchos prejuicios. Pero si sales de ellos encontrarás temas interesantes para discutir.
El tema principal es la santidad, a través del perfil de este joven, que mostraba a temprana edad un carisma hacia lo sagrado. Pero no es un joven encerrado en las paredes de un seminario o en una iglesia. Lo interesante acá (y a lo que apunta la película) es que desde lo ordinario nace lo extraordinario. Carlo Acutis convivía con las computadoras, videojuegos, los viajes, la música por su afición al saxofón, el deporte e interacciones con sus amigos. Es decir, Acutis fue tan normal como tú y yo.
Quizás tan normal que puede asombrarte que 15 años después de su muerte, sea un santo (su proceso de canonización está en el Vaticano). La Iglesia lo ha puesto como ejemplo de vida y es el patrono de estas Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebrará este verano en Lisboa.
Lo que puedes extraer del testimonio de la madre, quizás el más importante de todos, es que la vida es un don y hay una responsabilidad por cómo se vive el presente. Y esta responsabilidad yace en vivirla desde la sencillez. Es la segunda fortaleza de El cielo no puede esperar.
La mayor debilidad de la película está en la ausencia de testimonios de personas que convivieron con Acutis en vida. El padre, los hermanos, amigos, compañeros del colegio, maestros, médicos... Todos ellos tienen también una perspectiva de quién fue Acutis. No es por desmerecer los otros testimonios, pero si la intención es dar a conocer, es importante presentar a aquellos que también pueden aportar un punto de vista sin el sesgo de la fe católica de por medio.
Y con esto no me refiero que se disminuya el valor de aquellos que patentaron las intercesiones de Acutis en sus vidas, sea en el milagro del linfoma, del covid e incluso la sanación espiritual de la herida del abuso sexual. Estos testimonios son importantes a la luz de la fe católica y alimentan más la presencia de un Dios que sale al encuentro de un otro.
En el imaginario de la sociedad, la palabra "santo" se la vincula con monjas, sacerdotes o personajes del pasado. Por ende, Carlo Acutis es un signo de una santidad más contemporánea, que merece enriquecer este imaginario, e incluso hacerlo más palpable. Este será, sin duda, el mayor reto que tendrá cualquier director que quiera hacer una biografía de un santo (o santa) de nuestra época.
Conclusión de 'El cielo no puede esperar'
El cielo no puede esperar es una película ideal para el creyente católico porque invita a reflexionar y a madurar la propia fe. Y esta madurez se asocia a la plenitud y la aspiración a la unión divina. Quizás, como segunda debilidad, puede mencionarse la ausencia de datos biográficos que puedan quedar como evidencia de la persona que Acutis fue en vida. Subrayar su humanidad es también un sinónimo de santidad. Rescatar el sentido de nuestra humanidad es, tal vez, nuestra mayor tarea, creyentes y no creyentes.
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