Las obras clásicas llevadas al lenguaje contemporáneo resultan uno de los desafíos más interesantes del teatro actual. Dentro de la XI edición del Festival ClasicOFF, llega a Nave 73 una reinterpretación de una de las obras más desconocidas de Lope de Vega, El alcalde mayor (o el destino de una mujer que iba para casada), la cual fue reeditada en 2020 y que ahora regresa con el título El destino de una mujer, con el que la compañía Teatro A Bocajarro traen una pieza que, según se narra dentro de la propia representación, sólo fue producida en su debut.

Entre el 10 y el 12 de julio, El destino de una mujer se ha representado del Festival ClasicOFF, en la que se verá próximamente Los prodigios de Calderón de la Barca y Honesto y entretenido sarao, inspirada en la obra de María de Zayas, La traición en la amistad. Como se ha dicho antes, las reinterpretaciones son arriesgadas, especialmente cuando se quiere traer el mundo moderno obras cuyos contextos (y formas de hablar) son de otro siglo.



El destino de una mujer

Crítica de 'El destino de una mujer'

Ficha Técnica

Título: El destino de una mujer
Título original: El alcalde mayor (o el destino de una mujer que iba para casada)

Reparto:
Lidia Guillem
Víctor Antona
Amaranta Munana
Pablo Salinero
Lucas Casanova

Duración: 90 min. apróx.
Dirección: Laura Garmo y Nacho León
Dramaturgia: Laura Garmo y Nacho León
Autoría original: Lope de Vega
Dirección musical:
Benigno Moreno
Dirección de verso: Nacho León
Asesoría de iluminación: Pilar Valdelvira
Técnica de iluminación: Irene Carballo González
Arreglos vocales: Amaranta Munana
Arreglos musicales: Benigno Moreno y el elenco
Composiciones musicales originales: Pablo Salinero
Cartel: La Forcano
Producción: Teatro A Bocajarro

Sinopsis de 'El destino de una mujer'

El destino de una mujer nos presenta a Rosarda, que para no verse obligada a casarse con quien no desea, decide huir con su amado Dinardo, con el que lleva mandándose cartas a escondidas desde hace más de dos años. Sin embargo, una serie de desgraciadas circunstancias obligan a Rosarda a huir de la ciudad disfrazada de hombre y decide ir a Salamanca a estudiar en la Universidad, que es lo que siempre quiso, donde consigue doctorarse en Leyes. Tras resolver un complicado pleito, llegará a ser nombrada Alcalde Mayor de su ciudad natal, Toledo, donde se reencontrará con su pasado. Y ella, solo ella, será quien decida sobre su propio destino. (NAVE 73). 



El destino de una mujer
Foto de Teatro A Bocajarro

Una versión que promete al inicio, pero que va perdiendo fuelle en su tramo final

Inicialmente, la puesta en escena es minimalista, en la que los actores son cinco y comienzan narrando en verso combinándolo con música de inspiración barroca, propia del Siglo de Oro. Realmente, el inicio de El destino de una mujer no es nada malo, logra que se entre de lleno en la obra, en la que se ve un enredo amoroso que deja un profundo trasfondo sobre la representación de la mujer en la España del siglo XVI o XVII.

Rosarda, encarnada por Lidia Guillem, traza un plan para huir con su amado Dinardo, interpretado por Lucas Casanova, y así evitar ser casada con un hombre al que no quiere. Pero una serie de confusiones provocarán que, en lugar de estar en los brazos de su amado, acabe encontrándose con Beltrán, mozo que pretende a Beatriz, la doncella de Rosarda. Esto provocará que la muchacha huya hasta Salamanca, disfrazada de varón, donde terminará estudiando en la universidad, licenciándose en Leyes.

Travestida de hombre, será nombrada Alcalde mayor de Toledo tras resolver un pleito satisfactoriamente. Su regreso a su ciudad natal provocará que los malentendidos de ese encuentro fallido puedan solucionarse. Realmente, esta versión respeta el espíritu cómico de la pieza original, dándole mayor veracidad al utilizar lenguaje clásico, siendo el toque contemporáneo la propia puesta en escena.

En un principio, funcionan estos desencuentros, en cómo la doncella de Rosarda termina encontrándose con el prometido de la joven; de cómo el apuesto Dinardo mata a un hombre inocente por querer encontrarse con su amada. Se siente ese espíritu de obra del Siglo de Oro, bien llevada con la intercalación de secuencias musicales que evocan a las obras clásicas.

Teatro A Bocajarro
Foto de Teatro A Bocajarro

Un buen elenco para una bienintencionada pieza

Ahora bien, todo comienza a torcerse tras la marcha de Rosarda a Salamanca, cuando los personajes se multiplican y obligan a los cinco actores a representar varios personajes, especialmente en los casos de Amaranta Munana, Pablo Salinero y Lucas Casanova. A ello se suma que la obra rompe su hilo para explicar al público que los mismos actores interpretan a otros personajes.

A pesar de las buenas intenciones de dejar claro qué personajes son los que aparecen en escena, se pierde el hilo en ciertos momentos. Es más, aunque la premisa principal de El destino de una mujer se resuelve, no lo hace en lo referente a los personajes secundarios. La producción resulta ser muy coral, con demasiados papeles para sólo cinco intérpretes.

También, justo cuando el enredo debe resolverse, se rompe con el esquema planteado por Lope de Vega para darle un final moderno. Dado que la escenografía era muy austera, la obra comete el error de querer ser también moderna en las secuencias musicales. Eso deja momentos en los que se llega a narrar en verso a través del rap. Esa apuesta musical rompe demasiado con el tono original, inclusive con el que esta versión había comenzado.

El destino de una mujer
Foto de Teatro A Bocajarro

Conclusión

Dado que El destino de una mujer era originalmente bastante pionera en lo referente a la representación de las mujeres, esta versión también comete el error de hacer excesivo hincapié en su espíritu feminista. Esa sobreexplicación termina desluciendo el resultado final. Eso, a pesar de que sus cinco actores principales logran defender sus personajes, con el reto mayor de que varios de ellos encarnan a varios y tienen apenas margen para cambiar de uno a otro.

Eso sí, esta reinterpretación invita a querer conocer más esta obra de Lope de Vega. Una pieza que pide a gritos ser llevada a escena más veces y con más miradas. De ahí, que el hecho sólo de querer traerla al público, ya tenga de por sí un propio mérito.

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Miguel Ángel Pizarro
Periodista especializado en cultura y entretenimiento. Amante del cine francés y de la animación. Admirador de François Ozon y Naomi Kawase.
el-destino-de-una-mujer-critica-teatroDado que la obra era originalmente bastante pionera en lo referente a la representación de las mujeres, esta versión también comete el error de hacer excesivo hincapié en su espíritu feminista. Esa sobreexplicación termina desluciendo el resultado final. Eso, a pesar de que sus cinco actores principales logran defender sus personajes, con el reto mayor de que varios de ellos encarnan a varios y tienen apenas margen para cambiar de uno a otro. Eso sí, esta reinterpretación invita a querer conocer más esta obra de Lope de Vega. Una pieza que pide a gritos ser llevada a escena más veces y con más miradas. De ahí, que el hecho sólo de querer traerla al público ya tenga de por sí un propio mérito.

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