El icónico cómic creado por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López en 1957 llega a la pantalla pequeña el 30 de abril de 2025 de la mano de Netflix, bajo la dirección de Bruno Stagnaro (Vientos de agua) y con Ricardo Darín en el papel de Juan Salvo, el mítico protagonista. El resultado de El eternauta no es una simple adaptación, sino una relectura arriesga, anclada en una potente distopía en nuestro presente, sin perder de vista la relación con el pasado de la obra.



El eternauta

Crítica de 'El eternauta'

Ficha Técnica

Título: El eternauta
Título original: El eternauta

Reparto:
Ricardo Darín (Salvo)
Carla Peterson (Elena)
César Troncoso (Favalli)
Andrea Pietra (Ana)
Ariel Staltari (Omar)
Marcelo Subiotto (Lucas)
Claudio Martínez Bel (Polski)
Oriana Cárdenas (Inga)
Mora Fisz (Clara)
Jorge Sesán (Franco)

Año: 2025
Duración: 50 min.
País: Argentina
Director: Bruno Stagnaro (Creador), Bruno Stagnaro
Guion: Bruno Stagnaro, Ariel Staltari. Guion original: Martín Oesterheld. Novela gráfica: Héctor Germán Oesterheld
Fotografía: Gaston Girod
Música: Federico Jusid
Género: Ciencia ficción. Intriga
Distribuidor: Netflix

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Tráiler de 'El eternauta'

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El eternauta 1969
  • Oesterheld, Héctor Germán(Autor)

Sinopsis de 'El eternauta'

Una noche de verano en Buenos Aires, una misteriosa nevada mortal acaba con la mayor parte de la población y deja aisladas a miles de personas. Juan Salvo y sus amigos inician una desesperada lucha por la supervivencia. Todo cambia cuando descubren que la tormenta de nieve tóxica es tan sólo la primera fuerza de choque de un ejército de otro planeta que está invadiendo la Tierra. La única manera de mantenerse vivos será resistir y luchar juntos. Nadie se salva solo. (Netflix)

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Del aislamiento a la ciencia ficción

El concepto básico y el planteamiento de El eternauta resultarán familiares a los espectadores de Los muertos vivientes y películas o series postapocalípticas tan abundantes en los últimos años. Esto tiene una doble observación, puesto que el imaginario de Martín Oesterheld y Francisco Solano López ha influido en otros muchos autores de cómics e incluso en el mundo audiovisual. El guionista, director y productor de la serie, Bruno Stagnaro, comienza la historia documentando una sociedad que se derrumba rápidamente y que, con la misma rapidez, intenta reagruparse. El ritmo de esta temporada puede parecer lento, casi un recuento minuto a minuto de las aventuras de Juan. Especialmente en los tres primeros episodios, hay muchas escenas de gente en habitaciones oscuras, hablando de sus miedos y preocupándose por su futuro.

El eternauta adquiere su máxima expresión cuando la acción se traslada al exterior. Las imágenes de una Buenos Aires destrozada, llena de coches accidentados y cadáveres, todo cubierto de nieve, son visualmente impactantes. La tensión también aumenta de forma drástica cuando Juan sale a la calle, se encuentra con otros exploradores y tiene que decidir en cuál de ellos puede confiar. En una de las escenas más icónicas, se encuentra con un grupo de personas refugiadas en un tren accidentado. Ahí se debate entre sus instintivos sentimientos de compasión y la comprensión de que no hay forma de salvarlos a todos de la muerte. Uno de esos momentos en que los héroes se enfrentan a decisiones difíciles y los espectadores nos debatimos con ellos.

En el cuarto episodio, la verdadera naturaleza de este apocalipsis se aclara y El eternauta adquiere forma de ciencia-ficción. Hay más escenas en las que intervienen los efectos especiales, muy correctos aunque sin exuberancia.

El eternauta película

El escenario importa

El lugar donde se desarrolla El eternauta es importante por varias razones. Esta serie trata de personas que, incluso antes de que su mundo se pusiera patas arriba, ya se sentían aisladas y olvidadas, en un país con una infraestructura desvencijada y una historia política compleja. El escenario argentino da un aire nuevo a una trama ya vista en lo audiovisual, pero que fue bastante pionera en las páginas del cómic. El contexto geográfico explica por qué algunos vecinos se miran con recelo y por qué hay suficiente tecnología analógica para mitigar los cortes de electricidad. 

La ambientación también es esencial por el material original adaptado, que podría considerarse uno de los primeros cómics con tono adulto, al menos en castellano. Su compleja y sofisticada historia en forma de cómic influyó en artistas de todo el mundo. Inspiró especialmente a los argentinos, que nunca habían visto a su propio país representado en una epopeya de ciencia ficción. Sigue siendo un telón de fondo muy llamativo en esta adaptación televisiva.

Sin embargo, no hace falta ser argentino para sobrecogerse con la descripción que hace El eternauta de una ciudad asolada por el desastre. Lo que da fuerza a esta serie son todas las escenas en las que Juan se aventura en lo desconocido. Con ese intento de supervivencia durante el tiempo suficiente para contribuir a cambiar las cosas.

El eternauta

Una adaptación compleja

A lo largo de los años, directores argentinos y españoles de alto nivel, como Adolfo Aristarain y Álex de la Iglesia, han hablado de adaptar El eternauta. La dos veces nominada a la Palma de Oro Lucrecia Martel pasó más de un año trabajando en un guión. El propio Oesterheld estuvo involucrado en una serie de televisión animada que no prosperó. Al respecto de su propia historia, Elsa Sánchez, su mujer, protagonizó un documental titulado La mujer del Eternauta en el que se describe la historia personal del autor y su desaparición junto a sus cuatro hijas.

El encargado finalmente ha sido Bruno Stagnaro, cuya serie cumplía con los requisitos de la familia de Oesterheld, rodada en castellano y ambientada en Buenos Aires. El eternauta se ha actualizado y ampliado el núcleo de personajes, pero sigue a grandes rasgos la historia de Oesterheld. Cae nieve tóxica, aunque ahora con el acompañamiento auditivo del viento constante, un tipo de fantasmagoría diferente al silencio de la lectura.

Esta fidelidad espiritual es más factible con la duración no excesiva de la temporada. Los seis episodios terminan más o menos en el punto en que el cómic da un giro y se pasa al pulp en toda regla. La segunda temporada de la serie tendrá que esforzarse para evitar que los espectadores contemporáneos la abandonen. Nos llenamos la boca con lo pulp, pero no permitimos que el espíritu invada nuestras obras. Ensalzamos el concepto pero no nos permitimos llegar a él. Es un símbolo de los tiempos, todo tiene que entrar en el realismo más absoluto, de lo contrario será objeto de burlas y estará abocado al señalamiento público.

Bruno Stagnaro, que creó, dirigió la serie y fue uno de los cinco guionistas, ha hecho un trabajo muy meritorio. Él y su director de fotografía, Gastón Girod, dotan a los paisajes nevados llenos de cadáveres y vehículos muertos de una belleza silenciosa.

Carla Peterson

La caída hacia lo común

El eternauta acaba cediendo a las preferencias contemporáneas, como hacen todas las adaptaciones de plataformas, es una elección que da a la serie un aire más ordinario. Sobre una historia sobre un pequeño grupo de personas con pocos rasgos de personalidad se ha añadido una capa tras otra de detalles melodramáticos y misterio. Con esa definición de los personajes convierte una historia de acción y terror ligeramente kitsch con trasfondo filosófico en algo que se acerca más a un culebrón. Más lejano a La guerra de los mundos que a The Last of Us. Esto también va en contra de la colectividad heroica que buscaba Oesterheld. Para el guionista el héroe verdadero en El eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano, menos definido y más unido. El único héroe válido para el autor es el héroe en grupo, nunca el héroe individual, el héroe solo.

La primera pregunta que las personas ajenas a la historia pueden hacerse sobre la serie es qué o quién es un eternauta. El cómic, con su estructura cuasi victoriana, te da la respuesta enseguida. La serie no lo hace, ni parece intentarlo, prefiere dejar el anzuelo para que piquemos con una segunda temporada.

Esta combinación de drama personal y gancho débil es la estrategia predominante del drama televisivo actual. Raramente resulta bien a nivel de narrativa audiovisual, una razón por las que tantas series dramáticas se parecen. La falta de una seña autoral tras la puesta en escena. Y El eternauta a pesar de su poderoso imaginario apenas puede librarse de esa extensión de la clonación audiovisual.

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Juan Avilés Torres
Amante del cine en general, y del western y el género negro especialmente. Invierto tiempo en escribir sobre lo maravilloso de ese mundo, es lo menos que se puede hacer para homenajearlo y transmitir la pasión a quienes vienen.
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