El hombre de mimbre es una de las grandes películas de culto del cine británico, dirigida por Robin Hardy, protagonizada por el genial Christopher Lee y escrita por el autor de "La Huella", Anthony Shaffer. Título de terror favorito de Tim Burton.



El hombre de mimbre película

Crítica de 'El hombre de mimbre'

Ficha Técnica

Título: El hombre de mimbre
Título original: The Wicker Man

Reparto:
Edward Woodward (Sargento Howie)
Christopher Lee (Lord Summerisle)
Britt Ekland (Willow)
Diane Cilento (Miss Rose)
Ingrid Pitt (Bibliotecaria)
Lesley Mackie (Peluquera)
Walter Carr (Maestro de escuela)
Lindsay Kemp (Alder MacGreagor)
Aubrey Morris (Viejo jardinero)

Año: 1973
Duración: 85 min.
País: Reino Unido
Director: Robin Hardy
Guion: Anthony Shaffer. Novela: David Pinner
Fotografía: Harry Waxman
Música: Paul Giovanni
Género: Intriga. Terror
Distribuidor:

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Sinopsis de 'El hombre de mimbre'

Una carta que hace sospechar que una joven desaparecida ha sido asesinada lleva al sargento Howie de Scotland Yard hasta Summerisle, una isla en la costa de Inglaterra. Allí el inspector se entera de que hay una especie de culto pagano, y conoce a Lord Summerisle, el líder religioso de la isla.

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Una mirada inquietante al paganismo y la religión

El hombre de mimbre, dirigida por Robin Hardy, es una película de culto dentro del subgénero de terror folk que es un referente para los fanáticos del cine de horror. La trama sigue al sargento Howie, un devoto cristiano y oficial de Scotland Yard, que viaja a la remota isla de Summerisle para investigar la desaparición de una joven tras recibir una inquietante carta. Lo que comienza como una investigación policíaca convencional rápidamente se transforma en una exploración de las creencias paganas de la comunidad de la isla, dirigida por el carismático y enigmático Lord Summerisle.

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Un sólido conjunto 

El sargento Howie, interpretado por Edward Woodward, es el corazón moral y emocional de El hombre de mimbre. Su fervor religioso y su sentido del deber lo convierten en un personaje sólido y decidido, pero a medida que avanza la película, su rigidez y su fe inquebrantable lo dejan vulnerable a las costumbres de los habitantes de Summerisle. Woodward da vida a un personaje profundamente religioso y obstinado, cuya determinación lo lleva a enfrentarse a una realidad que desafía todo lo que cree.

Por otro lado, Christopher Lee en el papel de Lord Summerisle es el antagonista perfecto: carismático, magnético y lleno de una energía tranquila pero amenazante. Su interpretación del líder pagano es sutilmente perturbadora, y Lee maneja con maestría la dualidad entre la cortesía aristocrática y la peligrosa devoción a las antiguas creencias de la isla. La química entre Lee y Woodward, con sus ideologías completamente opuestas, es uno de los puntos fuertes del filme.

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Una investigación que desemboca en un ritual macabro

Lo que comienza como una investigación de rutina se convierte en un descenso a lo que parece una comunidad completamente ajena a las normas del cristianismo y las leyes británicas. Destaca por su capacidad para generar una tensión constante, no a través de sustos tradicionales, sino mediante una sensación creciente de incomodidad. Desde los primeros momentos en la isla, Howie se enfrenta a una sociedad que celebra una forma de vida pagana, que incluye extraños rituales, danzas y creencias sobre la fertilidad de la tierra.

A medida que Howie se adentra más en las costumbres locales y busca desesperadamente a la joven desaparecida, la película se va volviendo más oscura. Lo que al principio parecía una comunidad excéntrica se convierte en un claro enfrentamiento entre el cristianismo del sargento y el paganismo de los isleños. La narrativa se desarrolla de manera progresiva hasta llegar a un clímax perturbador que queda grabado en la historia del cine de terror.

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Paganismo, religión y sátira social

Uno de los aspectos más fascinantes de El hombre de mimbre es cómo aborda los temas de religión y paganismo. La película enfrenta dos sistemas de creencias opuestos: el cristianismo del sargento Howie y las antiguas creencias paganas de los habitantes de Summerisle. Lo que la hace aún más interesante es que no toma partido explícito en esta batalla de creencias, sino que invita al espectador a reflexionar sobre la naturaleza del fanatismo, el poder de la fe y el miedo a lo desconocido.

El hombre de mimbre también puede interpretarse como una sátira social, criticando la rigidez moral del cristianismo representado por el sargento Howie, mientras muestra una sociedad pagana que parece libre y despreocupada. Sin embargo, esta libertad tiene un costo, y es este aspecto lo que hace que la película sea inquietante: el precio que los isleños están dispuestos a pagar por sus creencias.

El clímax de El hombre de mimbre es uno de los más icónicos en el cine de terror, y queda marcado en la memoria de los espectadores por su impacto emocional y visual. Sin entrar en detalles para evitar spoilers, es un final que se siente inevitable y, al mismo tiempo, sorprendente. La película plantea preguntas sobre el sacrificio, la devoción religiosa y el miedo a lo desconocido, dejándonos con una sensación de horror que perdura mucho después de que los créditos han terminado.

The Wicker Man filme

Un paraíso aislado que esconde un infierno

La dirección de Robin Hardy y la fotografía de Harry Waxman hacen un uso magistral de los paisajes naturales de la isla. Summerisle se presenta como un paraíso aislado, con verdes praderas y una naturaleza exuberante, lo que contrasta con la oscura realidad que se esconde debajo de la superficie. Las tomas amplias de los rituales paganos y la festividad del Día de Mayo crean una atmósfera que parece festiva y casi inocente, pero que al mismo tiempo está impregnada de una sensación constante de peligro.

El hombre de mimbre también cuenta con una banda sonora folclórica que añade otra capa a la atmósfera. Las canciones paganas que suenan a lo largo del filme refuerzan la sensación de que la isla está completamente desconectada del resto del mundo, creando un microcosmos donde las reglas y las creencias son completamente distintas.

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Conclusión de 'El hombre de mimbre'

El hombre de mimbre es un ejemplo sobresaliente del terror folk, un subgénero que utiliza las creencias antiguas y los paisajes rurales para generar miedo. La combinación de la dirección de Robin Hardy, las actuaciones de Edward Woodward y Christopher Lee, y la inquietante atmósfera de la isla de Summerisle convierten a esta cinta en un clásico del cine de culto. Más allá de ser solo una película de terror, es una reflexión sobre la fe, las creencias y lo que las personas están dispuestas a hacer en nombre de ellas.

Es una película que merece su estatus como una de las grandes del cine de culto. Su narrativa inquietante, su atmósfera envolvente y su exploración de temas profundos la hacen una experiencia cinematográfica memorable y perturbadora.

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CINEMAGAVIA
8'5 / 10
85 %
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Pablo Veiga Carpintero
Escribo sobre cine, series y teatro.
el-hombre-de-mimbre-critica-peliculaEl hombre de mimbre es un ejemplo sobresaliente del terror folk, un subgénero que utiliza las creencias antiguas y los paisajes rurales para generar miedo. La combinación de la dirección de Robin Hardy, las actuaciones de Edward Woodward y Christopher Lee, y la inquietante atmósfera de la isla de Summerisle convierten a esta cinta en un clásico del cine de culto. Más allá de ser solo una película de terror, es una reflexión sobre la fe, las creencias y lo que las personas están dispuestas a hacer en nombre de ellas. Es una película que merece su estatus como una de las grandes del cine de culto. Su narrativa inquietante, su atmósfera envolvente y su exploración de temas profundos la hacen una experiencia cinematográfica memorable y perturbadora.