El Inocente es el nuevo proyecto de Oriol Paulo, director de aclamadas e interesantes películas como Durante la tormenta o Contratiempo. En este caso, el director, junto con un equipo de guionistas, adapta la novela homónima de Harlan Coben. Esta miniserie asentada en el thriller tiene en su haber un conocido reparto, cuenta con Mario Casas, Aura Garrido, José Coronado, Nico Conde etc. La miniserie se estrenó el viernes 30 de abril en Netflix, prometiendo un gran puzle para resolver.
Crítica de 'El Inocente'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El Inocente
Título original: El Inocente
Reparto:
Mario Casas (Mateo Vidal)
Xavi Sáez (Sáez)
Santi Pons (Gallardo)
Alexandra Jiménez (Lorena Ortiz)
José Coronado (Teo Aguilar)
Martina Gusman (Kimmy Dale)
Aura Garrido (Olivia Costa)
Año: 2021
Duración: 50 min.
País: España
Director: Oriol Paulo
Guion: Oriol Paulo, Jordi Vallejo, Guillem Clua. Novela: Harlan Coben
Fotografía: Bernat Bosch
Música: Fernando Velázquez
Género: Thriller. Intriga
Distribuidor: Netflix
Tráiler de 'El Inocente'
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Sinopsis de 'El inocente'
Una muerte accidental arrastra a un hombre a un turbio mundo de intrigas y asesinatos. Cuando por fin encuentra el amor y la libertad, una llamada resucita su pesadilla. (Netflix)
Dónde se puede ver la película
Una pisada firme
El Inocente comienza con un episodio que tiene claros sus objetivos, enganchar al espectador y dejar ver una ínfima parte del potencial de la historia que va a narrar. Es un episodio sobresaliente que deja al espectador con ganas de más, sabe generar el suspense, está muy bien dirigido, y Mario Casas realiza una sólida interpretación. Como episodio inicial deja las expectativas muy altas para el resto de la ficción, pero hay un problema en eso, que hay que saber mantenerlas.
Sin embargo, las expectativas no solo se mantienen, sino que aumentan con el resto de los dos siguientes episodios. Los proyectos cinematográficos de Oriol Paulo destacan por ser interesantes y por atrapar al espectador de manera única ofreciéndole un gran rompecabezas. Es por ello, que la novela de El Inocente le va como anillo al dedo. No obstante, a mi forma de ver, este era mayor desafío que sus anteriores proyectos, y más al tratarse de una serie, y tener que tratar diversas ramas del relato.
La desnacionalización del proyecto
De las mayores ventajas que tiene una plataforma como Netflix es el lanzamiento a nivel internacional de la mayoría de sus proyectos. Pero en muchos casos, las series deben desnacionalizarse para funcionar en el resto de los países, la estética de El Inocente es precisamente eso.
A pesar de que la historia se desarrolle en Barcelona y podamos reconocer algunos edificios, perfectamente su argumento podría desarrollarse en cualquier ciudad del mundo. Lo observamos en la elección de escenarios, nombres de personajes (Mat en vez de Mateo), y en la propia apariencia de estos, por ejemplo, miremos a Lorena Ortiz, una policía que perfectamente podría ejercer en Estados Unidos sin desentonar. Este ejercicio de desnacionalización permitirá a los espectadores extranjeros tomar más proximidad a la narración, y que esta les sea más verosímil ya que se eliminan los códigos nacionales, y locales.
Hablando de la estética, el propio etalonaje de la miniserie nos asienta perfectamente en el género thriller. Asimismo, hay unos buenos juegos de iluminación en las escenas más nocturnas de la ficción que en parte me recuerda a una estética muy de David Fincher, con esos contraluces agresivos que dejan la cara de los personajes en la penumbra. Además, quiero destacar esa lucha entre el naranja y el azul, mostrándonos que los personajes no solo tienen un rostro.
El potencial de una historia
Los hechos relatados
Como serie, El Inocente tiene dos buenos regalos que ofrecer a su espectador, el primero es una buena historia, y el segundo son sus personajes. La elección de una buena historia que querer contar suele ser primordial a la hora de realizar cualquier proyecto cinematográfico. Oriol Paulo suele destacar en ese aspecto, ya que sus proyectos hasta ahora han sido muy atractivos.
En esta ocasión, se nos ofrece un thriller en el que el grupo de guionistas sabe a la perfección cómo deben de manejarse los tiempos. Es una miniserie muy constante en sus episodios, siempre ofreciendo picos de emoción, pero lo que nunca hace es caer en el aletargamiento. A partir de golpes de reloj se van contestando preguntas a la par que se formulan nuevas incógnitas, siempre saciando el hambre del espectador, mientras le deja oler el siguiente plato.
Además, ciertamente es compleja, pero sabe cómo debe guiar al espectador para que este no pierda el hilo. Por consecuencia, es una narrativa fácil de seguir por lo bien articulada que está, algo difícil, ya que tiene que hacer avanzar numerosas tramas.
Los personajes
Obviamente, una historia no solo se compone de hechos, sino también de personajes. A pesar de establecer al comienzo a Mat como el protagonista de la ficción, la serie acaba por establecer una rica narración coral dedicando a sus personajes la semejante cantidad de tiempo. Además, hay una inteligente construcción de estos, es cierto, que a Mat ciertamente se le da forma desde el inicio. No obstante, el resto de los personajes pasarán de ser meros esbozos a estar coloreados a medida que avanzan los episodios.
Por otro lado, en esta historia es vital desarrollar a los personajes, es necesario saber quiénes son, cuál es su historia, y lo más importante, cuáles son sus objetivos. La mayor baza de El inocente es el juego de conflictos que produce la diferencia de objetivos entre personajes. Además, se les otorga cierta característica emocional que nos permite empatizar con ellos y entenderlos. Al darles un pasado, un presente, e incluso dibujar un futuro, El Inocente no solo se sirve de sus personajes como meras herramientas para contar un trama, sino que los convierte en personas, y permite al espectador involucrarse más con la ficción, y establecer juicios.
Los eslabones de una cadena
El Inocente luce en parte por su gran reparto en el que ningún actor falla. Todas son interpretaciones muy correctas que hacen que la ficción funcione a la perfección. Sin embargo, de entre todos, no puedo dejar sin destacar a Alexandra Jiménez en su papel como Lorena Ortiz. Hace que admires a su personaje, lo lleva con mucho carácter y firmeza, y provoca que te involucres emocionalmente con su historia. A la par, destaco el trabajo de Mario Casas que ofrece una interpretación muy sólida y madura, que, a la vez, navega muy bien entre los matices emocionales que le tiene que otorgar a su personaje para que este funcione.
Cada personaje tiene su propio carisma y matiz que cada actor sabe implantar muy bien, e incluso, alguno provoca el rechazo del espectador. Nunca hubiera podido pensar que iba a odiar e incluso a aborrecer a José Coronado. Por otro lado, la ficción no solo es acción, logra un perfecto equilibrio con la parte emocional regalando momentos que llegan a doler. Sin ninguna duda, se ha realizado un gran trabajo, se nota que todo el conjunto va remando por igual, y este es el resultado.
El apartado técnico
Como dije anteriormente este proyecto a Oriol Paulo le viene como anillo al dedo, lo sabe dirigir, lo sabe contar y pocos peros se le puede poner a su trabajo. No obstante, hay algunos, pero no llegan a perjudicar gravemente a la ficción.
En primer lugar, hay algunos despistes en el guion y algún allanamiento del camino cuando debe de producirse el desenlace. Sin embargo, lo bueno es que no es una serie muy tramposa a la hora de exponer los hechos al espectador, pero es cierto que otras ficciones de Oriol Paulo sí que dejaban más al espectador hacer sus cábalas. Hay que destacar que tiene buenos y sorprendentes giros de guion, y los finales de los episodios siempre acaban en los más alto, provocando que devores la serie en un maratón. También en ocasiones tiene fuera de campos muy impactantes y su uso llega incluso a estremecer por la gran carga de tensión acumulada
No obstante, falla la confianza en el espectador y en las interpretaciones de sus actores. Numerosas veces el montaje intenta reforzar los sentimientos de un personaje mostrándonos de nuevo escenas de su pasado para que sepamos por qué llora, o qué tiene en mente. Pero no es necesario, el espectador ya conoce por lo que han pasado los protagonistas, y con sus interpretaciones sus rostros lo reflejarían. Sinceramente, resulta redundante esa repetición de hechos, y se nota el miedo a que el espectador no sepa interpretar las emociones de los personajes, y esto sí perjudica la experiencia.
Conclusión de "El Inocente"
El Inocente es una bomba de la que el espectador disfrutará hasta que el temporizador llegue a cero. Es un thriller de calidad que promete entretenimiento en estado puro, los espectadores no deberían de dejar pasar la oportunidad de visionarla.
Hay un buen trabajo de dirección, y es para elogiar el trabajo de todo el equipo en su conjunto, ya que ningún eslabón de esta cadena falla. Es una historia muy potente con personajes tremendamente cuidados y atractivos, y se podría decir que es una vertiginosa aventura en la que lo peor, es que finaliza.
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