El mal invisible, serie protagonizada por David Verdaguer y Ángela Cervantes estrenada en Disney+ el 30 de mayo de 2025 con sus ocho episodios disponibles. Creada por Lluis Arcarazo y dirigida por Marta Pahissa, está inspirada en una historia real ambientada en la Barcelona del confinamiento.
Crítica de 'El mal invisible'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El mal invisible
Título original: El mal invisible
Reparto:
David Verdaguer (Quique Molina)
Àngela Cervantes (Marga Muñoz)
Melina Matthews (Elena)
Àlex Brendemühl (Quim Vilana)
Milo Taboada (Pazos)
Martin Aslan (Ramon Alfaro)
Nico Conde
Mercè Martínez
Marius Praniauskas
Violant Llopis (Mar Ayala)
Arnau Gol-Karsunke (Guillem Miró)
Victoria Kantch (Rebeca)
Nia Tosas (Lluna)
Año: 2024
Duración: 40 min.
País: España
Director: Marta Pahissa
Guion: Lluís Arcarazo, Guillermo Cisneros, María Jaén
Fotografía: Pol Orpinell, Alberto Borque
Música: Ina Rodrikson
Género: Thriller
Distribuidor: Disney +
Tráiler de 'El mal invisible'
Sinopsis
El mal invisible está inspirada en una historia real que sucedió a finales de abril de 2020, en pleno confinamiento por la COVID-19, cuando las autoridades detuvieron a un hombre acusado de asesinar a varios indigentes en las calles de Barcelona. Siempre seguían a los mismos patrones, sucedían mientras las víctimas dormían y con una brutalidad extrema. Los agentes de homicidios a cargo de la investigación (David Verdaguer y Ángela Cervantes), sus círculos más cercanos y las personas obligadas a sobrevivir en las calles de Barcelona sin posibilidad de huir son los protagonistas de esta historia. Con este planteamiento y en ese contexto de ciudad vacía y confinada, el creador Lluís Arcarazo desarrolla la idea del 'mal' con el doble sentido tanto de maldad como de un virus que va infectando a sus víctimas. (Disney+)
Dónde se puede ver la serie en streaming
El horror que nadie quiso ver
El mal invisible parte de una historia tristemente real y reciente, los asesinatos de varios indigentes en Barcelona durante el confinamiento. La serie se sumerge en este caso sin apenas adornos, tratando de retratar con crudeza cómo un asesino pudo actuar impunemente mientras las calles estaban vacías por la pandemia y los sintecho quedaban completamente desprotegidos.
El guion de El mal invisible se construye en torno a una doble tensión, la del asesino en serie que actúa con un patrón claro y la del entorno policial que intenta unir las piezas de un rompecabezas en mitad de una ciudad en estado de excepción. A esto se le suma el drama humano de los personajes que sobreviven en las calles, con sus pequeñas redes de apoyo y su angustia diaria. Aunque el enfoque es potente, la narrativa peca de cierta irregularidad. Hay momentos en los que se fuerza un ritmo lento y excesivamente introspectivo, que afecta al suspense.
Compromiso y frialdad
Marta Pahissa dirige con una voluntad clara de respetar la realidad del caso, evitando el sensacionalismo, a diferencia de muchas ficciones sobre asesinos en serie. Aquí no hay espacio para la fascinación morbosa, el asesino no es un genio del mal ni un antihéroe, es un ser brutal, frío y casi anónimo, lo que lo vuelve más terrorífico.
Sin embargo, esta decisión estética y ética también juega en contra de El mal invisible en algunos momentos. La narrativa puede resultar demasiado fría, incluso distante. La dirección opta por una mirada casi documental, con encuadres fijos, silencios largos y escasa música, lo cual, si bien funciona en términos de atmósfera, reduce el dinamismo del conjunto. La intención es loable, pero no siempre logra mantener la atención del espectador a lo largo de los capítulos.
Sombras y heridas
El reparto cumple con creces, aunque no hay actuaciones que verdaderamente deslumbren. Los actores que interpretan a los policías destacan por una contención muy trabajada, especialmente la inspectora principal, que transmite el desgaste emocional de la investigación sin caer en clichés. Además, también merecen mención las interpretaciones de algunos personajes sintecho, tratados con respeto y complejidad.
Donde El mal invisible flojea más es en la caracterización del asesino, quizá como reflejo de su voluntad de no convertirlo en protagonista, el personaje queda excesivamente desdibujado. Esto puede llegar a frustrar, porque en este tipo de series se espera un mayor desarrollo del antagonista para comprender sus motivaciones o su evolución psicológica.
Barcelona, ciudad vacía
Visualmente, apuesta por una estética sombría y realista, la fotografía acierta al captar una Barcelona desierta, casi espectral, con planos urbanos vacíos que reflejan el aislamiento de los personajes. Las escenas nocturnas están especialmente logradas, con un uso del claroscuro que potencia la inquietud constante.
La música es mínima, casi imperceptible, dejando que los sonidos urbanos dominen la atmósfera, esta decisión refuerza el tono sobrio, aunque puede resultar monótona. El montaje es sobrio, sin florituras, y sigue una estructura bastante lineal, sin saltos temporales ni artificios narrativos.
Conclusión de 'El mal invisible'
El mal invisible es una serie que aborda un tema urgente y doloroso desde una mirada honesta y sin concesiones. El compromiso ético de su directora se nota en cada plano, y la serie logra generar reflexión más allá de la anécdota criminal. Sin embargo, sus decisiones estilísticas, por más coherentes que sean, limitan su impacto narrativo.
Como retrato social, funciona, como thriller, se queda corta, es una obra bienintencionada, pero que por momentos cae en la monotonía y no logra explotar todo su potencial dramático.
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