El mal no existe es la nueva película de Ryûsuke Hamaguchi tras Drive my car, que ganó el Oscar a mejor película internacional. En esta obra el director se centra en un pueblo alejado de Tokyo, donde una comunidad de vecinos recibirá la noticia de un proyecto de construcción que podría acabar con su forma de vida actual. Estreno en salas de cine españolas el 1 de mayo de 2024.



El mal no existe

Crítica de 'El mal no existe'

Ficha Técnica

Título: El mal no existe
Título original: Aku Wa Sonzai Shinai

Reparto:
Hitoshi Omika
Ryô Nishikawa
Ryûji Kosaka
Ayaka Shibutani
Hazuki Kikuchi
Hiroyuki Miura

Año: 2023
Duración: 106 min
País: Japón
Director: Ryûsuke Hamaguchi
Guion: Ryûsuke Hamaguchi
Fotografía: Yoshio Kitagawa
Música: Eiko Ishibashi
Género: Drama. Naturaleza
Distribuidor: Caramel Films

Filmaffinity

IMDB

Tráiler de 'El mal no existe'

Sinopsis

Takumi y su hija, Hana, viven en un pueblo cercano a Tokio. Su vida se verá profundamente afectada cuando descubren que cerca de su casa se va a construir un glamuroso camping para que los habitantes de la ciudad hagan escapadas cómodas a la naturaleza. (Caramel Films)

Dónde se puede ver la película en streaming



El ser humano y la naturaleza

En El mal no existe hay una importancia monumental en la relación de los habitantes del pueblo con su entorno. La naturaleza y su fauna son un universo que la población respeta, manteniendo un equilibro con el lugar donde viven. Ellos utilizan el agua para sus negocios y encuentran una forma de vivir en un lugar especial, pero siempre respetando lo que les rodea. De alguna manera crean un microcosmos donde todos se entienden y buscan mantener esa paz. Conviven con sus propias normas, que no hacen falta ser expresadas.

Todo esto se rompe en el momento en que se da la reunión con los representantes del proyecto. La conexión que mantienen los habitantes con la naturaleza que les rodea es única y la empresa no puede prever ni entender esta situación desde su atalaya en la ciudad. Queda patente que no se ha tenido en cuenta la forma de vida de estos habitantes, ni se respeta el entorno donde se va a construir. Pretenden realizar un camping con un proyecto que supondría la contaminación del agua del pueblo. No son capaces de entender lo que supone esta contaminación para ellos. El pueblo no está dispuesto a sacrificar la naturaleza en pro de mayores ingresos en los negocios.

Durante la reunión que tienen los representantes con el asesor queda de manifiesto la actitud de la empresa para con los habitantes del pueblo.

No pretenden realmente solucionar todos los inconvenientes expuestos por los habitantes, sino que buscan aceptar una mínima propuesta para convencerlos de sus buenas intenciones. Intentan fingir un interés y preocupación inexistentes por la prosperidad del entorno.  Antes que retrasar el proyecto y perder la subvención prefieren empezar con la obra, aunque sea en contra de la opinión de los habitantes. En realidad, la reunión para conocer el pensamiento del pueblo respecto al proyecto es una pantomima, solo lo necesitan para justificar que se han comunicado con los vecinos.

Con esa actitud capitalista y poco humanista está claro que no empatizan con lo que creen que son “pueblerinos” y la relación entre la empresa y los habitantes será imposible. Los ven como inútiles. Menosprecian su forma de vida y minimizan la dificultad de su trabajo. Llegan a plantear que se use al protagonista como asesor durante las obras, alegando “que tendrá mucho tiempo libre”.

El mal no existe película
Copyright Caramel Films

Respetar lo desconocido

Hay un punto interesante en El mal no existe que viene definido por la diferencia de actitud hacia el pueblo de los dos representantes de Tokyo que acuden a la reunión. Esto se objetiva cuando vuelven y visitan al protagonista, acompañándolo en su jornada diaria. La mujer parece mantenerse distante, respeta la vida de Takumi y guarda silencio mientras va aprendiendo como actúa. No pretende ser parte del entorno nada más llegar. Intenta comprender los deseos del pueblo, pero no fuerza la situación. Cuando la representante se corta la mano observamos como Takumi se preocupa por ella, realmente la respeta.

En contraposición, el hombre tiene idea de cambiar su estilo de vida y mudarse a un pueblo como este. Intentará quemar etapas y hacerse con la gracia del pueblo. Admite que cortar los trozos de madera le ha hecho sentirse útil e importante. Podemos ver como esta actitud exaspera a Takumi. Este no tiene ningún interés en adoctrinarlo. Éste parece decir que la conexión con la naturaleza es algo que lleva tiempo y no se enseña, se debe descubrir por uno mismo.

Aunque podríamos pensar que el representante no tiene malas intenciones, sí que, en definitiva, simplifica la forma de vivir del protagonista. Para él es una especie de juego donde busca en todo momento ser capaz de hacer lo mismo que Takumi, que no lo aguanta a su lado. Incluso en el final, mientras el protagonista mantiene la quietud ante la situación de peligro de su hija, él actúa sin pensar, como si tuviese el conocimiento necesario para desenvolverse en ese entorno.

El mal no existe película
Copyright Caramel Films

El origen del mal

Respecto a la maldad en El mal no existe, se muestra de diversas maneras. Por un lado, todo lo expuesto anteriormente respecto a los empresarios. Estos no solo no respetan al pueblo, sino que tampoco a sus posibles consumidores, admitiendo que no podrán ofrecerles una experiencia de calidad. No les importa mientras se siga optando a la subvención y ganando dinero.

Por otro lado, los habitantes del pueblo. Durante las primeras secuencias hasta la llegada de la reunión los planos son dominados por una profunda quietud. Se muestran los paisajes con una mirada lírica y se ensalza a unos personajes que conviven en armonía. Todo cambia con la llegada de los representantes.

Como explica Takumi, los ciervos no son violentos en esta zona, no hieren a los habitantes. Sólo hay dos razones por las que atacarían. Si se trata de un ciervo herido o si su cría corre peligro.

Esta idea se aplica al pueblo, que parece desarrollar esa maldad por imposición externa. Que todo se mantenga depende de una delgada línea, de un equilibrio que puede romperse fácilmente. Y con la llegada del proyecto los habitantes comienzan a sentirse atacados, por lo que actúan de una manera más violenta.

Esto acabará dirigiéndose a un final donde Takumi muestra esa explosión de violencia sin remordimientos para defender a su hija.

Paisaje y sonido

El mal no existe surgió en un principio con la idea de rodar unos planos de acompañamiento a la música de Eiko Ishibashi. Se consigue, en todo momento, imágenes de una belleza extraordinaria, que recuerdan, incluso, a El espejo de Tarkovsky.  A partir de ahí se desarrolla una película con un claro mensaje de respeto hacia la naturaleza y los personajes que viven ahí.

Por tanto, las dos piezas clave que componen la historia realmente son la naturaleza y el sonido. Seguramente por este origen presenta una extraña estructura. Parece no saber el punto exacto de aterrizaje cuando despega. Y eso, que normalmente iría en su contra, aquí parece favorecer su hipnotismo. El mal no existe va transformándose a medida que avanza. No toma los caminos usuales y acaba por llegar a un final imprevisto e impactante. Cabe destacar, por último, la importancia del sonido en ese final, que aumenta el impacto de la violencia a la que hemos asistido. Aunque la cámara decide volver a los planos con los que empezó la película, esa respiración sigue presente en fuera de foco, remarcando la dureza de la situación y la violencia ejercida por Takumi.

Conclusión de 'El mal no existe'

El mal no existe es una película extraña, hipnótica, que no dejará indiferente al público. Puede que haya a quien no le interese las decisiones que toma la película y hacia donde se dirige, sin embargo, no se le puede negar una gran belleza visual y un potente mensaje de respeto a la naturaleza. Puede que esto parezca menor en comparación con la anterior Drive my car, pero, sí se le concede la suficiente atención, El mal no existe acabará recompensado con creces su visionado.

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Carlos Moreno Latorre
Desde que tengo uso de memoria el cine ha llenado una parte de mi vida. En el momento en que ese consumo de películas se unió a una ansia desaforada por saber más del séptimo arte, mis pensamientos y opiniones de cada película fueron acumulándose en mi cerebro hasta encontrar en la crítica la manera de desahogar un sistema nervioso que exige más espacio para las nuevas películas que están por llegar.
el-mal-no-existe-pelicula-critica-estreno-cineEl mal no existe es una película extraña, hipnótica, que no dejará indiferente al público. Puede que haya a quien no le interese las decisiones que toma la película y hacia donde se dirige, sin embargo, no se le puede negar una gran belleza visual y un potente mensaje de respeto a la naturaleza. Puede que esto parezca menor en comparación con la anterior Drive my car, pero, sí se le concede la suficiente atención, El mal no existe acabará recompensado con creces su visionado.

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