Por primera vez El Padrino llega a las salas de cine con resolución de imagen 4K. Durante el proceso de restauración de El Padrino (50 Aniversario), el equipo de American Zoetrope ha examinado más de trescientas bobinas de la película recopiladas por todo el mundo. Dedicando más de cuatro mil horas para reparar las manchas, roturas y otras anomalías de los negativos, y otras mil a la restauración del color. Todos los aspectos del proceso han sido supervisados por el mismo Francis Ford Coppola.
Crítica de 'El Padrino (50 Aniversario)'
Resumen
Ficha Técnica
Título: El padrino
Título original: The Godfather
Reparto:
Marlon Brando (Don Vito Corleone)
Al Pacino (Michael)
James Caan (Sonny)
Robert Duvall (Tom Hagen)
Diane Keaton (Kay Adams)
John Cazale (Fredo)
Talia Shire (Connie)
Richard S. Castellano (Clemenza)
Sterling Hayden (Capitán McCluskey)
Gianni Russo (Carlo)
Rudy Bond (Cuneo)
John Marley (Jack Woltz)
Richard Conte (Barzini)
Año: 1972
Duración: 175 min.
País: Estados Unidos
Director: Francis Ford Coppola
Guion: Francis Ford Coppola, Mario Puzo. Novela: Mario Puzo
Fotografía: Gordon Willis
Música: Nino Rota
Género: Drama. Crimen
Distribuidor: Paramount Pictures Spain
Tráiler de 'El Padrino (50 Aniversario)'
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- Marlon Brando, Al Pacino (Actores)
- Francis Ford Coppola (Director)
Sinopsis
América, años 40. Don Vito Corleone (Marlon Brando) es el respetado y temido jefe de una de las cinco familias de la mafia de Nueva York. Tiene cuatro hijos: Connie (Talia Shire), el impulsivo Sonny (James Caan), el pusilánime Fredo (John Cazale) y Michael (Al Pacino), que no quiere saber nada de los negocios de su padre. Cuando Corleone, en contra de los consejos de 'Il consigliere' Tom Hagen (Robert Duvall), se niega a participar en el negocio de las drogas, el jefe de otra banda ordena su asesinato. Empieza entonces una violenta y cruenta guerra entre las familias mafiosas.
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La leyenda
Los mitos examinan orígenes y establecen tradiciones, pocas dudas deberíamos tener acerca de la existencia de una mitología sustentada por El Padrino (50 Aniversario). Desde su estreno en 1972, escritores y espectadores han tratado de encapsular cómo esa película creó un momento decisivo en la historia del cine. Basada en la novela de Mario Puzo, la película explora las conexiones entre padres e hijos, los vínculos familiares y la violencia brutal. Además de las relaciones entre el sueño americano y la codicia capitalista. La historia se ha colado en nuestra conciencia colectiva, creando una mística en torno a los Corleone, y la dramática transición de poder en sus filas.
Nuestra compulsión por seguir examinando el fenómeno, investigando por qué El Padrino (50 Aniversario) es tan convincente, alimenta su estatus en el panteón de las grandes obras cinematográficas y narrativas. Se han escrito innumerables palabras para analizar las técnicas del director Francis Ford Coppola; alabar las increíbles interpretaciones; relatar el conflicto entre bastidores; estudiar su influencia en el género de gánsteres, situando la película en contextos históricos. Aún se dedicarán muchos más textos al tema, con la esperanza de entender por qué sigue teniendo un impacto más duradero que la mayoría del resto de películas. La persistente fascinación por El Padrino (50 Aniversario) y su inabarcable alcance han arraigado su lugar mitológico en nuestra cultura e historia.
La búsqueda de responsabilidad
¿Cómo se convirtió la película en una leyenda de Hollywood? Todos los implicados en la producción, desde Puzo a Coppola, pasando por el reparto más secundario, han dado su versión de lo que fue El Padrino (50 Aniversario). Hay un legado de historias sobre la película entre los implicados; cómo fue ver trabajar a Marlon Brando; ser testigo de la llegada de Al Pacino; o estar en el plató mientras estallaba la batalla entre Paramount Pictures y Coppola. Dado el monumental éxito de taquilla, que salvó a Paramount de la quiebra, todo el mundo tiene una opinión sobre la responsabilidad última del proyecto. Cada cual pretende que se le reconozca el mérito. La respuesta a la pregunta sigue siendo objeto de debate, exagerado por el deseo de dar la mayor parte del crédito a una sola persona.
Se suele nombrar a Robert Evans, entonces jefe de producción de Paramount, como una fuerza integral detrás de la cámara. Otros atribuyen el éxito de la película a Coppola, un joven ajeno a Hollywood, cuya singular visión, y su voluntad de luchar por esa visión, dieron forma a la película de tres horas resultante. Pero si leemos algunos de los diversos libros y artículos sobre El Padrino (50 Aniversario), muchos detalles quedan sin aclarar, a veces tergiversados, y a menudo discutidos por los implicados. Los historiadores y los críticos han recogido relatos contradictorios de las principales partes y testigos, dejando a los espectadores sin una imagen clara, catapultando la película aún más al reino del mito.
Renovadora del género
Los exhaustivos relatos del desarrollo de la película podrían amenazar con eclipsar la propia obra. Pero El Padrino (50 Aniversario) también se presta a análisis textuales y temáticos, no se trata de una historia contada de forma clásica. Hoy es fácil pasar por alto lo poco convencional que se consideraba el enfoque de Coppola en aquella época. La novedad de su estética en 1972 se ha dado por sentada en las décadas posteriores. Aunque procede de la tradición del cine de gánsteres, se desvía del modelo clásico establecido durante la Edad de Oro de Hollywood. Dichas películas dramatizaban las controversias de la época de la ley seca y aludían a figuras como Al Capone.
El género resurgió tras la Segunda Guerra Mundial, ampliado por el cine negro. Los gánsteres ya no eran solamente italianos y se acentuó su psicología retorcida. En las décadas siguientes habría pocos saltos innovadores en el género. Al igual que los westerns, la película de gánsteres se convirtió en otro asidero para los estudios, predecible, segura y fácil de vender.
El Padrino (50 Aniversario) redefinió la idea que el público tenía de los gánsteres en la pantalla, establecida por los arquetipos clásicos de Hollywood. Las descripciones del crimen organizado exploradas por estudios como la Warner Bros en los años treinta y cuarenta retrataban una violencia sensacionalista con un mensaje moralista a la luz del Código Hays. Aún así resulta más sencillo encontrar atractivo el mundo de los Corleone. Vito controla un pequeño imperio desde el salón de su casa, un concepto muy llamativo. Coppola admitió: "A la gente le encanta leer sobre una organización que realmente va a cuidar de nosotros... Cuando los tribunales te fallan y todo el sistema estadounidense te falla, puedes acudir a Don Corleone y obtener justicia". Al igual que en muchas películas posteriores de gánsteres, la representación en pantalla tiende confundirse con una glamourización del código de violencia de la mafia.
La destrucción del sueño
Coppola establece el núcleo temático de El Padrino (50 Aniversario) en la primera escena. Es una dramatización del fracaso de ese gran sueño americano, desnudado en capitalismo salvaje, personificado por la brutalidad de los Corleone bajo el mando de Michael. Si la familia de Don Vito representa la fantasía de tener el poder para imponer el sueño americano, sin olvidar que sigue siendo un criminal, la familia de Michael sacrifica la solidaridad familiar por la codicia y la estabilidad de las empresas. Don Vito entendía que la empresa criminal estaba al servicio de la familia, que debía ser protegida y apreciada. Michael hace que el negocio familiar pase de ser una tienda familiar a una corporación empeñada en las fusiones y adquisiciones.
El Padrino (50 Aniversario), en manos de Coppola, revela que la naturaleza del capitalismo, ha cerrado literalmente la puerta a la familia. Lo muestra en dos escenas; primero, cuando Michael cierra la puerta de la cabina telefónica a Kay, que debe permanecer fuera mientras él se informa del intento de asesinato de su padre; segundo, en el recordado plano final, cuando la puerta de la oficina de Michael se cierra a Kay, creando una barrera permanente entre ambos.
El Padrino (50 Aniversario) nos enseña que ni siquiera la familia Corleone puede sobrevivir a la codicia capitalista. La unidad familiar perdura, sin duda. Pero es a costa del amor, la confianza y todo lo que hacía el núcleo tan atractivo bajo el gobierno de Don Vito. Michael transforma la mafia de un acuerdo entre los líderes de las familias a una serie de adquisiciones agresivas, fríamente negociadas por una organización que bien podría llamarse Industrias Corleone.
La estética del poder
A pesar de ser una película que retrata la destrucción familiar de Michael, se ha visto rodeada de cierto halo de historia romántica, lo cual resulta bastante irónico. La atractiva perspectiva del empoderamiento de la familia Corleone, siempre marcada por la violencia, termina con Vito. Éste buscaba el equilibrio entre la prosperidad de su familia y su empresa criminal.
Al ensalzar la continuación de El Padrino (50 Aniversario) olvidamos que en la original ya está señalada la gran transformación de los Corleone, de familia a negocio. La segunda película, aunque sea otro hito, refuerza el punto a través de más ejemplos narrativos y un estudio más cercano de los personajes. Es un proyecto visual construido sobre ideas establecidas en su predecesora. No resulta redundante porque, ilustrando que Michael se ha desviado del camino de su padre, profundiza en el mito de los Corleone. El Padrino (50 Aniversario) deviene en hito histórico que influye en el cine posterior, mientras que el cine sobre la mafia subsecuente resulta arrastrado por ese mismo punto, incluso sus propias secuelas.
Raíces estadounidenses
El Padrino (50 Aniversario) quizás resulte tan esencial para el cine y la mitología estadounidenses porque se basa en ideas entroncadas en su tradición. Está arraigada en la narrativa estadounidense, en parte porque la novela de Puzo se basó en un wéstern, el único género verdaderamente estadounidense, La herencia del desierto, de Zane Grey, de 1910. Los lectores y los espectadores se habían acostumbrado a animar a los forajidos y pistoleros bienintencionados que se hacían un hueco en el salvaje Oeste. Puzo reconoció que el género de los gánsteres podía ser considerado una variación de esa misma temática. El material de Puzo aborda vastas imágenes y objetos, desde la secuencia del bautismo, que combina motivos cristianos con el asesinato y la toma de poder, hasta la renuncia de Michael a su alma inmortal para vencer a su competencia.
Coppola convierte la historia en una epopeya sobre los conflictos generacionales universales que se producen en una sucesión, cuando el antiguo líder debe ceder su poder al siguiente en la línea. La mentalidad capitalista de Michael y su forma decididamente estadounidense de hacer negocios desechan la visión del viejo mundo de su padre. La mezcla de relatos contradictorios y el drama entre bastidores ha recibido tanta cobertura como la propia película, convirtiéndola en un mito. Cinco décadas después, El Padrino (50 Aniversario) sigue resonando en los cambios de paradigma de una generación a otra. Su influencia es palpable en un cineasta tras otro y continúa siendo la base de una mitología duradera.
Reportaje de El Padrino (50 Aniversario) en Días de Cine TVE
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