Este 5 de junio se estrenó El secuestro en el Teatro Lara, una de las grandes propuestas de la temporada estival. Protagonizada por Leo Rivera, Carlos Chamarro, Diana Lázaro, Carlos Heredia y Óscar Lasarte, está escrita y dirigida por Fran Nortes, quién ya triunfó en la Sala Cándido Lara con "Cádiz". Además, cabe recordar que esta obra logró un éxito indiscutible en el pasado, traspasando fronteras y representándose en países como México, Argentina, Uruguay o Polonia. Se representará en la Sala Cándido Lara del Teatro Lara hasta el 8 de septiembre.
Título: El secuestro Título original: El secuestro
Reparto: Carlos Chamarro
Leo Rivera
Diana Lázaro
Carlos Heredia
Óscar Lasarte
Duración: 90 min. apróx. Dirección: Fran Nortes Dramaturgia: Fran Nortes Producción: Antonio Fuentes (Teatro Lara)
Coproducción: Tio Caracoles
Producción ejecutiva: Clara Ortega Bosch
As dirección: Jesús Redondo
Iluminación: Cia de la Luz
Escenografía: Asier Sancho
Construcción escenografía: Scenik
Diseño gráfico: Hawork
Vestuario: Mario Pinilla
Marketing, ventas y as. vestuario: Clara Ortega Bosch
Prensa: Clara Ortega Bosch y Angy Ábalo
Campaña online: Angy Ábalo
Administración: Laura Rodríguez
Regiduría: Maria Delgado
Música: Carlos Dalton
Agradecimientos: Antonio, Diana y todo el equipo del Teatro Lara Producción: Teatro Lara
Sinopsis de 'El secuestro'
El secuestro nos presenta a Paco, un carnicero al que están a punto de cerrarle el mercado donde lleva trabajando toda su vida, desesperado, decide que su mejor opción es secuestrar al hijo del ministro de cuyo voto depende el cierre… pero llega su hermana… y su cuñado… y todo se complica… más… y aún más… mucho más.
Una obra de gente de la calle y políticos, de familia que se quiere como se quieren las familias y que nos recuerda que con humor y una escopeta de cartuchos las penas se llevan mucho mejor.
El secuestro nace de la necesidad de reírse de uno mismo, del vecino y de la adversidad. Cuando los que tienen que velar por nuestro bienestar nos roban y nos “ningunean” no queda más remedio que tomar cartas en el asunto.
Paco, nuestro protagonista, vive una tragedia muy real, casi cotidiana en nuestros días; tiene cincuenta años, una hipoteca, una hija pequeña y se ve en la calle y sin futuro. Paco se convierte en justiciero, como Charles Bronson, como Batman… pero Paco no es Charles Bronson, ni Batman, Paco, es Paco… y al final del día no tenemos más remedio que aceptar quienes somos y confiar en que todo salga bien.
“El secuestro” es una visión optimista del ser humano en un entorno de lo más pesimista. El secuestro se ha representado en México, Argentina, Uruguay, Panamá, Perú, Polonia e Italia. Tanta gente no puede estar equivocada. (TEATRO LARA).
Medidas desesperadas
Fran Nortes retoma uno de los éxitos de antaño que tantas alegrías le dio, con un nuevo montaje. El secuestro relata el desesperado plan de Paco, un carnicero de un mercado de un barrio de toda la vida, al ver la posibilidad de ver cerrado su negocio. El libreto goza de una frescura y una comedia muy bien desarrolladas, lo que permite que el espectador la disfrute desde el primer momento. Además, contiene unos personajes que dentro de su disparate, se hacen cercanos, cotidianos, y eso le da ese punto de conexión que permite que la obra no sea un mero escaparate de risas, sino que haya un trasfondo interesante sobre el retrato de la sociedad actual.
Gracias a ello, el relato que se expone puede ser en sí misma una denuncia contra un sistema corrupto, que, tristemente, refleja la realidad actual en torno a la clase política española. Por otro lado, la construcción de los personajes es hilarante, muy natural, logrando así que la verosimilitud se mantenga hasta en los momentos más rocambolescos. También se aplaude cómo se fabrican algunos de los momentos más graciosos, como en el que el personaje de Leo Rivera desea evitar que descubran lo que se esconde en el cuarto. Únicamente, hay algún gag que podría omitirse y reformularse, ya que se queda algo desfasado con respecto al resto de la obra y la propia realidad social de la actualidad.
Una familia bien avenida
Carlos Chamarro lidera el reparto de El secuestro, con una autenticidad que llega al patio de butacas. No se puede negar la trayectoria que avala a Chamarro, dado que se puede ver desde la primera escena lo bien que maneja la comedia. Por un lado, se aplaude la forma en la que se mueve por el espacio y, por otro, la gestualidad, la expresividad, es perfecta, sabe cómo hacer reír a la gente, inclusive, sin mediar palabra. Sin duda, realiza un trabajo extraordinario, que se disfruta de principio a fin. Después, Leo Rivera demuestra, una vez más, que viene al teatro para dar lo mejor de sí y no le importa ir al extremo para ello. Aprovecha cada oportunidad que le da la obra para brillar y eso hace que logre captar la atención de los espectadores y destaque.
Diana Lázaro entra con fuerza y personalidad, algo que le permite dar un toque distinto al trabajo interpretativo que hay en sus personajes. No obstante, Lázaro sigue en sintonía con la personalidad de la pieza, lo que hace que enriquezca la pieza con su buen hacer escénico. Tiene potencia, tiene carácter y una presencia escénica arrolladora. Sin duda, logra poner a los espectadores a su disposición. Entre los tres, forman un equipo maravilloso, muy buena elección de casting. Por otra parte, Oscar Lasarte interpreta desde una hilaridad muy bien confeccionada, sin caer en la parodia, pero llevándolo hacia el retrato que desea hacer sobre lo que representa. Lo mismo sucede con Carlos Heredia, quién en sus escenas consigue llevarse a los espectadores al bolsillo.
El lugar de los hechos
La puesta en escena de El secuestro propone un lugar que mantiene ese aspecto cotidiano que desea tener la obra. Por tanto, la escenografía goza de una construcción de lo que sería el salón de la casa familiar del protagonista. El diseño es estético y visualmente atractivo, lo que hace que artísticamente haya logrado muy buen nivel. Detalles como la ventana, hacen que se enriquezca la propuesta. También el uso de objetos, que llevan a acciones y son fundamentales en la escena, como cierta botella o los hielos, demuestra una organización plausible y eficaz. Por otro lado, aplaudir el diseño de iluminación, el cual ha hecho un trabajo gratificante.
El ritmo de la obra es vertiginoso, dado que no se hace nada larga y contiene una fluidez y un dinamismo que atrapa a los espectadores. Además, al tratarse de una comedia, se espera ese concatenado de risas, que es un excelente indicativo para saber si funciona y aquí lo hace. La duración también juega a su favor, no pretende alargarse ni tampoco peca de quedarse corta, por lo que, atina completamente. Por último, especial mención a la dirección, poniendo especial énfasis en los actores, ya que se ha logrado un trabajo coral muy bien ejecutado. Una obra perfecta para disfrutar y con un punto de crítica muy bien llevado.
Conclusión
El secuestro es una comedia hilarante que logra cautivar a los espectadores por su frescura y su punto de crítica social. Así, mediante un libreto muy bien planteado, consigue crear una conexión directa con los espectadores al exponer una realidad que sigue ocurriendo. Junto a ello, una hilaridad bien confeccionada, que enlaza risas a lo largo del montaje. El elenco está espléndido, siendo su trabajo uno de los aspectos más destacables, están estupendos. La puesta en escena es estéticamente atractiva, unida a un buen uso de los objetos en escenas, aprovechando un dinamismo y soltura que sientan muy bien a la pieza. El humor invade la sala y las carcajadas no tardan en aparecer, indicando que la comedia es poderosa, incluso para hablar de los poderosos.