El Ășltimo acto es el nuevo largometraje de Kenneth Branagh. Un homenaje a los Ășltimos años de William Shakespeare. CĂłmo, por quĂ© y en quĂ© circunstancias decidiĂł, una de las grandes figuras de la literatura universal, dejar el teatro y volver al pueblo con su familia. Se podrĂĄ ver el 5 de abril en la plataforma Movistar+.
CrĂtica de 'El Ășltimo acto'
Resumen
Ficha TĂ©cnica
TĂtulo: El Ășltimo acto
TĂtulo original: All Is True
Reparto:
Kenneth Branagh (William Shakespeare)
Judi Dench (Anne Shakespeare)
Ian McKellen (Conde de Southampton)
Jack Colgrave Hirst (Tom Quiney)
Lolita Chakrabarti (Stratford Landlady)
Phil Dunster (Henry, el estudiante)
Michael Rouse (Francis Collins)
Sam Ellis (Hamnet Shakespeare)
Año: 2018
DuraciĂłn: 100 min.
PaĂs: Reino Unido
Director: Kenneth Branagh
Guion: Ben Elton
FotografĂa: Zac Nicholson
MĂșsica: Patrick Doyle
GĂ©nero: Drama. Literatura
Distribuidor: Movistar+
TrĂĄiler en versiĂłn original con subtĂtulos de 'El Ășltimo acto'
Sinopsis
En 1613, William Shakespeare retirado vuelve a su pueblo natal teniendo que enfrentarse a un complejo pasado y a su propia familia a la cual solo le une los lazos de sangre. A pesar de su Ă©xito como escritor, Shakespeare tendrĂĄ que afrontar su fracaso como marido y padre, perseguido
Donde puedes ver la pelĂcula
Kenneth Branagh
Kenneth Branagh es un director, guionista y actor de cine y teatro de Belfast. Es célebre por realizar simpåticas adaptaciones teatrales de la obra de William Shakespeare. Al mismo tiempo, él mismo protagonizó obras del teatro clåsico.
Entre su filmografĂa como director destacan Otelo (1995) y Hamlet (1996), pelĂculas por las que estuvo nominado, ganando alguna estatuilla, en los premios Ăscar. Gracias al reconocimiento internacional se convirtiĂł en un director de referencia, trabajando con grandes actores como Helena Bonham-Carter o Emma Thompson.
El Ășltimo acto estĂĄ protagonizada por Ă©l mismo, interpretando a Shakespeare. El relato que ofrece mantiene la armonĂa estilĂstica de su filmografĂa, destacando el trabajo fotogrĂĄfico de Zac Nicholson.
Aproximación al señor Welles
Orson Welles definĂa a Shakespeare como âel bĂĄculo de la vidaâ y su obsesiĂłn, desde la infancia, le llevĂł a filmar numerosas adaptaciones como Macbeth (1948) y Otelo (1952). En otras ocasiones toma prestado un personaje, una idea o una situaciĂłn y desarrolla su largometraje a partir de ahĂ, como Campanadas a medianoche (1966).
Evidentemente, ambos cineastas comparten la pasiĂłn por el dramaturgo y han sido comparados frecuentemente. Sin embargo, mĂĄs allĂĄ de la comparativa argumental, hay caracterĂsticas tĂ©cnicas que Branagh toma de Welles e introduce admirablemente en sus pelĂculas.
Una de las tĂ©cnicas mĂĄs peculiares de Welles era llevar el plano contrapicado al lĂmite. Para ello, creaba en sus rodajes situaciones verdaderamente surrealistas, como grabar desde un agujero en el suelo o subir a los actores en andamios. Desde las primeras escenas de El Ășltimo acto observamos cĂłmo Branagh incorpora el plano contrapicado, llevado al extremo, y lo utiliza durante todo el filme.
La dualidad shakesperiana
Branagh comienza la pelĂcula con el incendio accidental que destruyĂł el teatro de Shakespeare. Tras este suceso decidiĂł Â abandonar Londres y regresar a casa, en 1613.
El retrato que se realiza de Shakespeare es el de una persona entregada a su pasiĂłn. Por primera vez, no se trata de ninguna adaptaciĂłn, se describe al Shakespeare hombre, al padre de familia.
âSer o no ser. Esa es la cuestiĂłnâ. Una de las frases mĂĄs cĂ©lebres de la historia fue creada por un hombre que descuidĂł a sus seres queridos priorizando su trabajo. Branagh nos muestra esta oscuridad a travĂ©s de una casa llena de secretos, alumbrada con escasas velas y repleta de secretos inconfesables.
AdemĂĄs, El Ășltimo acto contrapone escenas al aire libre, como los trabajos de jardinerĂa de Shakespeare o los planos generales de un paisaje floral, con escenas sombrĂas que se desarrollan dentro de la casa.
ConclusiĂłn
Kenneth Branagh continĂșa con su estilo cinematogrĂĄfico caracterĂstico y vuelve a su argumento preferido, Shakespeare. Esta vez centrado en su figura como hombre y no en su obra.
El problema es que la comedia, introducida tan sutilmente, no llega a ser un rasgo destacable como ocurrĂa con la magnĂfica Mucho ruido y pocas nueces (1993). Y el drama tampoco termina de consolidarse, quedĂĄndose a mitad de camino.
El Ășltimo acto es una pelĂcula interesante aunque no imprescindible, describe los Ășltimos años del Shakespeare mĂĄs humano pero no alcanza el nivel e ingenio de sus anteriores largometrajes.
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