Naves del EspaƱol en Matadero acoge el estreno de Un hombre de paso este 3 de febrero. La obra estĆ” protagonizada por Antonio de la Torre, donde reflexiona sobre la memoria y el Holocausto. AsĆ, se muestran las experiencias de Primo Levi y Maurice Rossel en el campo de exterminio de Auschwitz. AdemĆ”s, cuenta en la direcciĆ³n con el cineasta Manuel MartĆn Cuenca y el guion de Felipe Vega, tambiĆ©n director de cine. El pasado 27 de enero fue estrenada en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. DespuĆ©s, se mantendrĆ” en cartel hasta el 20 de febrero en Naves del EspaƱol.
Estreno de 'Un hombre de paso'
La alianza de dos relevantes directores de cine, Manuel MartĆn Cuenca y Felipe Vega, el protagonismo de un actor sobresaliente, Antonio de la Torre, y una historia del pasado europeo mĆ”s terrible, el del Holocausto, confluyen en el estreno Un hombre de paso. Una obra teatral escrita por Vega que se estrenĆ³ de manera absoluta el 27 de enero en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. DespuĆ©s, podrĆ” verse en Madrid, en las Naves del EspaƱol en Matadero, del 3 al 20 de febrero.
Resulta inusual que tres hombres del cine coincidan simultĆ”neamente en un escenario teatral. Manuel MartĆn Cuenca acaba de estrenar su Ćŗltima pelĆcula, "La hija", para la que ha sido nominado al mejor director en los Goya, y esta es su segunda experiencia teatral en la direcciĆ³n, despuĆ©s de "Amor de mono", estrenada en 2010. Antonio de la Torre, cuyo contacto con el teatro fue breve al principio de su carrera, ha trabajado este aƱo en el filme de Cesc Gay "Historias para no contar". Ambos, ademĆ”s, se conocen bien, pues MartĆn Cuenca le dio al actor el protagonismo de "CanĆbal" y otros papeles en "El autor", "La mitad de Oscar" y "El tesoro".
Debut teatral
Por su parte, Felipe Vega, que debuta con esta obra como autor teatral, estrenĆ³ su Ćŗltimo filme en 2017, el documental "Azul Siquier" sobre el fotĆ³grafo almeriense Carlos PĆ©rez Siquier, despuĆ©s de elaborar una filmografĆa muy personal, con tĆtulos como Mientras haya luz, El mejor de los tiempos o Grandes ocasiones. El acercamiento de Vega al fenĆ³meno de la represiĆ³n nazi durante la Segunda Guerra Mundial puede parecer insĆ³lito, pero ya en el 2000 rodĆ³ el cortometraje "Cerca del Danubio", que evocaba la experiencia de dos supervivientes espaƱoles en el campo de exterminio de Mauthausen.
Con el estreno de Un hombre de paso va mĆ”s al fondo de aquel ominoso acontecimiento y accede al universo concentracionario de Auschwitz. Para ello, sitĆŗa su relato en un momento concreto (TurĆn, 1984) y en un Ćŗnico escenario (el bar de un hotel), donde se encuentran tres personajes, dos reales, el escritor italiano Primo Levi (al que interpreta Juan Carlos Villanueva) y el antiguo miembro de Cruz Roja Internacional Maurice Rossel (Antonio de la Torre), y uno imaginario, Anna, una periodista (MarĆa Morales) que entrevista a Rossel a propĆ³sito de la estancia de este en el campo de exterminio de Auschwitz durante la Segunda Guerra Mundial como representante de la organizaciĆ³n humanitaria. AllĆ permaneciĆ³ durante diez meses Levi, quĆmico de profesiĆ³n, cuyo cautiverio le marcĆ³ el resto de su vida. De ello escribiĆ³ en los libros autobiogrĆ”ficos "Si esto es un hombre" y "La tregua".
Dos historias paralelas
El estreno de Un hombre de paso confronta pues dos experiencias radicales y opuestas: la de Levi como vĆctima y la Rossel como testigo; un testigo al que la periodista somete a un asedio incisivo planteĆ”ndole cuestiones que harĆ”n tambalear la moral de Rossel, quien da la impresiĆ³n de banalizar esta experiencia Ćŗnica, porque parece no haberse enterado de mucho en sus visitas al campo, bien intencionadas pero vacĆas de resultados y contenido.
SegĆŗn MartĆn Cuenca, el personaje de Rossel abre āun sinfĆn de preguntas y contradicciones sobre el papel de la memoria. Rossel dice no haber visto y no podemos saber si es que realmente no vio, no quiso ver o, quizĆ”s, se limitĆ³ a no verā.
Vega ha escrito un acercamiento al Holocausto que permite ir un paso mĆ”s allĆ” en su reflexiĆ³n āvolviĆ©ndolo tremendamente contemporĆ”neoā, seƱala MartĆn Cuenca. āĀæQuĆ© podemos recordar y por quĆ© lo hacemos? ĀæCuĆ”l es el papel de la memoria? ĀæQuĆ© somos capaces de negar e imaginar? ĀæQuĆ© queremos recordar y para quĆ©?ā son algunas de las cuestiones que plantea esta obra.
Una puesta en escena especial
El director de Un hombre de paso ha concebido una puesta en escena esencial, con un decorado casi inexistente, cuya atmĆ³sfera es creada mediante la luz. Explica MartĆn Cuenca que si algo le atrae de dirigir teatro āes la posibilidad de desnudar la puesta en escena y convertir la obra en un retrato del cuerpo, la luz y el espacio a travĆ©s de la emociĆ³n contenida de los actoresā.
āComo director -aƱade el cineasta de La flaqueza del bolchevique-, siempre he tratado de esquivar la mecĆ”nica y centrarme en la belleza de lo que se retrata. Una belleza que estĆ” contenida en el corazĆ³n y el rostro de los actores y actrices en el espacio. En esta obra el espacio es el negro y la luz. Nada de un decorado costumbrista o pseudorealista. Todo lo que imagino tiene que ver con abstracciĆ³nā.
FUENTE NICO GARCĆA COMUNICACIĆN
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